ENERGÍAS
LIMPIAS: QUÉ SON Y POR QUÉ CONTRIBUYEN A UN CONSUMO
RESPONSABLE
La
"electricidad verde" colabora con no seguir agravando el cambio
climático a través de la no emisión de gases nocivos y forma parte
de los recursos renovables,
WASTE MAGAZINE
Desde hace ya un par de décadas el cuidado del medio ambiente se ha
vuelto cada vez más relevante en la agenda social y económica. Con
el tiempo se va incrementando el número de personas comprometidas en
colaborar con un estilo de vida sostenible, y aunque cambiar hábitos
no es una tarea sencilla, lo importante es empezar por algún lado.
Una de las principales acciones que se puede realizar es gestionar
el uso energético, tanto en el hogar como en la oficina, ajustando
el uso de las lámparas con las que iluminamos.
Siempre se puede acudir a alguna casa especializada o a alguna
tienda
online
de LEDs, para comenzar a investigar el amplio mundo de
la tecnología, que para nuestra sorpresa nos brindará soluciones
económicas y decorativas.
Con este pequeño, pero importantísimo cambio, estaremos
contribuyendo no solo a reducir el coste de nuestra factura a fin de
mes, sino a potenciar la utilidad de energías limpias e inaugurar el
uso responsable de las mismas.
Imagen de
DaKub
en
Pixabay
La llamada
"electricidad verde" colabora con no seguir
agravando el cambio climático a través de la no emisión de gases
nocivos y forma parte de los recursos renovables, lo que quiere
decir que no estaremos agotando ninguna fuente natural con su uso.
Estas denominadas energías renovables son parte de una filosofía de
consumo cuidado que ayudan a reducir la huella medioambiental y las
emisiones de CO₂ en la atmósfera.
Una buena manera de
concientizar respecto a los gastos
energéticos que ocasionamos a diario es tomarse el tiempo de
buscar estadísticas y cifras sobre cuánto consumimos en un día
normal.
Los números exorbitantes con los que nos encontraremos probablemente
cooperen en el proceso de vida más sostenible en el que nos estamos
intentando embarcar.
Por otro lado, tampoco somos conscientes en nuestro día a día de la
cantidad de
consumo fantasma de corriente que hay en
nuestros hogares u oficinas; esto sucede cuando, por ejemplo,
tenemos ordenadores, televisores o proyectores en stand by,
generando grandes derroches por el simple hecho de no apagarlos.
Es así como en nuestra cotidianidad podemos ser un aporte en esta
lucha por aliarnos con la naturaleza y mejorar las condiciones de
vida en el planeta.
Si bien hacer estos cambios en nuestro hogar ya es un aporte enorme,
poder
replicarlos en las grandes empresas es el otro punto
en donde se debe trabajar.
Cada vez son más las compañías que apuestan a que dentro de sus
objetivos se encuentren trabajar con energías limpias y renovables,
que no afecten de manera negativa al entorno del que están sacando
provecho.
De lo que todavía somos poco conscientes la mayoría de los
ciudadanos es que realizar estas acciones comenzará a generar un
bucle
de cambios positivos más que significativos en nuestra vida,
mejorando diferentes aspectos económicos,
sociales y por supuesto medioambientales.
La gran verdad del consumo responsable es que garantiza mejores
condiciones a las futuras generaciones, mejorando la calidad de
vida, generando más puestos de trabajo, transformando las nuevas
industrias con operaciones más “verdes”, y reduciendo los niveles de
residuos.
Sin lugar a duda los beneficios son muy extensos y es imprescindible
que cada uno de nosotros aporte desde su día a día para seguir
logrando esta revolución natural.
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