Educación
ambiental
Por Cristian Frers. WASTE MAGAZINE
Técnico Superior en Comunicación Social especializado en
Periodismo Científico.
La preocupación por el ambiente posee una larga
historia relacionada con la ciencia ecológica, ya que fueron los
ecólogos los que primero dieron la voz de alerta con relación a un
industrialismo contaminante y destructivo del planeta.
Educación ambiental: "Generar una conciencia
clara de la independencia económica, social y ambiental y proveer
a cada ser humano con las oportunidades para adquirir
conocimientos, valores y actitudes que les permitan modificar sus
patrones de comportamiento para proteger y mejorar su ambiente".
Para encontrar una vida en armonía con el
ambiente, lo primero que debe realizarse es obtener una población
consciente de su pertenencia al todo que lo rodea.
Frente a un panorama que se encuentra desolador ¿Quiénes
comienzan a tomar al toro por las astas?... Un rol fundamental les
cupo a las Naciones Unidas, quienes realizaron en 1972 la Primera
Conferencia sobre el Ambiente, en el cual se creó PNUMA (Programa
de las Naciones Unidas para el Ambiente), y se identificó a la
educación ambiental como una de las armas más importantes para la
preservación de la Tierra.
Por otro lado se financiaban estudios como los del Club de Roma,
quien les decía a los banqueros y economistas que la naturaleza
posee claramente un límite. La UNESCO y el PNUMA organizaron en
1977 la Conferencia Intergubernamental en Educación Ambiental, en
Tbilisi (Rusia), y aquí nació formalmente la educación ambiental
como una disciplina cuyos objetivos son: "Generar una conciencia
clara de la independencia económica, social y ambiental y proveer
a cada ser humano con las oportunidades para adquirir
conocimientos, valores y actitudes que les permitan modificar sus
patrones de comportamiento para proteger y mejorar su ambiente".
De acuerdo a la propia
definición de la Organización de las Naciones Unidas para la
educación ambiental: Esta educación permite reconocer valores y
conceptos para crear habilidades y actitudes necesarias para
comprender y apreciar la relación natural y social entre el hombre
y su medio biofísico circundante, al tiempo que le da
posibilidades de crear normas y códigos de comportamiento para
lograr el mejoramiento de la calidad ambiental.
Para lograr esto, es necesario seguir los siguientes pasos: Dar a
conocer a un público cada vez más amplio las causas principales
del problema y lograr en él la comprensión y concientización hacia
éste, conocer, comprender, tomar conciencia y actuar, esa debe ser
la dinámica y finalmente, formar una Asociación no gubernamental
que congregue a todos los participantes activos en el proceso, con
el objeto de organizar a profesores y estudiantes del sistema
educativo nacional desde los niveles elementales hasta los
posgrados, a todas las asociaciones civiles no gubernamentales y
en fin a toda persona que responsable y organizadamente, basada en
su propia experiencia o en la de los demás, desee actuar para
ofrecer un proyecto alternativo y fundamentado que pueda dotar a
los gobiernos de mecanismos de acción cuya propuesta emane de la
sociedad civil organizada.
Esta asociación debe ser de cobertura nacional y debe contemplar
redes de intercomunicación regional, de cooperación, capacitación
e intercambio, para lograr trabajar en modificaciones y
reforzamientos de la educación ambiental escolar (curricular y no
curricular).
Propaganda verde
Hoy por hoy, mucho de los que se llama educación ambiental no
tiene nada de educación ni de ambiental. Simplemente se la puede
considerar propaganda verde, debido a la banalización de los
conceptos ambientales en muchos ámbitos educativos.
A todos los que salimos a buscar una escuela o un jardín de
infantes para nuestros hijos nos han ofrecido servicios como:
"Minihuerto Ecológico", "Clases de Reciclado" y "Salas de
Ecología". Al entrar, el minihuerto era una maceta con un tomate y
una jaula con cotorritas al lado... Nadie niega lo emocionante que
puede ser ver crecer una planta de tomate, pero la ecología y la
educación ambiental son otra cosa, no necesariamente serias y
aburridas, pero requiere una cierta metodología y especialmente un
cierto cúmulo de información ecológica básica, y que si se
considera a la educación ambiental como algo descolgado,
automáticamente pasa a convertirse en un opción, que compite con
las áreas de mayor importancia: matemática, lengua y ciencias, lo
cual termina siendo contraproducente.
La clave está en la inserción en el sistema formal de educación
oficial complementándose con la educación informal
. Las organizaciones ambientalistas no deben establecer programas
o actividades alternativas de ningún tipo, porque en general los
conservacionistas originan el peor material educativo del mundo,
simplemente porque no son docentes. Además aun en los países donde
la educación no es prioritaria y recibe magros fondos, el sistema
oficial siempre cuenta con más posibilidades y recursos que las
entidades de bien público.
De otra forma, se están generando chicos con angustia sobre el
futuro de la naturaleza que asusta, chicos que le dicen a su padre
que es un asesino porque fuma, chicos que cambian lamparitas de su
casa a una de menor voltaje y no soportan la paradoja de los
carteles luminosos de las calles; se generan chicos que consumen
"antiecológicamente" latas de gaseosas, porque en la escuela, en
las clases de ecología, éstas se reciclan. Cuando el mensaje
correcto sería el siguiente: La naturaleza es como un enfermo; las
generaciones precedentes lo enfermaron voluntariamente y a este
enfermo terminal ellos deben cuidar para que mejore y no se muera.
Este enfermo todavía está vivo y vale la pena ayudarlo a mejorar.
La naturaleza, ante todo, nos da la oportunidad de disfrutar y de
ser más felices de una manera generosa.
.
La educación ambiental en la Argentina está poco más que en
pañales, pese a los esfuerzos y los planes oficiales que se están
tratando de implementar, tanto en el Ministerio de Educación de la
Nación como en los organismos equivalentes de las provincias,
debido a: La falta de conexión entre las medidas individuales que
se implementan y la problemática social, el carácter temporal de
las acciones propuestas (no conducen a la formación de hábitos),
no se permite desarrollar la creatividad de los sujetos, ya que no
hay continuidad entre el contenido que se transmite y las
concepciones y representaciones de los sujetos y para finalizar,
la falta de la información sobre los problemas locales en
conjunción con la problemática nacional. La asistencia oficial es
escasa o prácticamente nula. Esto se debe, principalmente, a la
precaria importancia que frecuentemente se da a la educación,
tanto desde el estado como otros sectores de la sociedad, se
traduce como una contracción del sistema educativo público, como
efecto de un presupuesto bajo y la ausencia de un debate acerca de
la calidad y beneficios de la educación impartida.
La mayoría de los problemas de conservación siguen siendo los
mismos que a fines de la década del 60 y principios del 70: la
contaminación, la deforestación, la desaparición de especies.
Estos problemas no sólo continúan sino que se han agravado. Este
hecho contrasta con la creciente preocupación del público, que
peticiona por una mayor regulación por parte de los gobiernos, que
presiona para promulgar nuevas leyes y que ha motivado la creación
de organismos específicos que atiendan estas cuestiones. Si gran
parte de estos problemas son antiguos, entonces se puede inferir
que los éxitos de la educación tradicional en materia ambiental
deben ser muy pocos.
A la buena predisposición de los docentes, que roban horas de
sueño a su descanso para capacitarse en los a menudos espinosos
temas ambientales, hay que sumarle que muchas de las direcciones
educativas existen, pero no funcionan.
Los fascículos "Nueva Escuela" no llegan, los recursos económicos
no alcanzan o sencillamente no existen y para terminar las
instituciones terciarias no ofrecen carreras o posgrados para
todas las especialidades que se necesitan cubrir.
Para conservar nuestros ambientes, necesitamos un sistema
educativo dinámico, que tenga una clara relación con la realidad y
con las necesidades de la sociedad. Dentro de dicho sistema hay
tres aspectos críticos, íntimamente relacionados: el currículum
vitae, la capacitación docente y los recursos didácticos. Ninguno
de estos aspectos se están desarrollando adecuadamente.
Para subsanar estos problemas, la idea es proponer, con base a un
conocimiento científico real, a través de una sociedad promotora
del cambio ambiental autónoma, libre de presiones políticas, un
plan de acción que el gobierno federal impulse en el país
conjuntamente con la sociedad civil, a través de la consulta
sistemática y abierta, para implementar en la práctica un proyecto
alternativo comunitario, que tendrá auspiciado su propio éxito,
por haber surgido en forma conjunta, después de escuchar los
planteamientos organizados de una sociedad civil cada vez más
capacitada, consciente y dispuesta a actuar.
Para encontrar una vida en armonía con el ambiente, lo primero que
debe realizarse es obtener una población consciente de su
pertenencia al todo que lo rodea. Se debe educar a las personas
desde la infancia para que aprendan el cuidado necesario para no
malgastar los recursos del planeta, para no ensuciar su entorno y
para convivir con su vecino.
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