J. E. GÓMEZ
Pero además, esa noche vimos lo que se conoce como 'superluna', un
efecto óptico que se produce cuando el satélite se encuentra en la
fase de Luna llena y pasa por el perigeo o muy cerca de él, es
decir, el punto de su órbita más cercano a la Tierra.
En consecuencia, la Luna llena se vio con una apariencia un poco
más grande, pero realmente el cambio de tamaño es tan pequeño que
es era casi imperceptible a la vista. Desde 1900 sólo se han
producido cinco coincidencias entre superluna y eclipse. La última
fue en 1982 y la próxima será en 2033, según datos del Instituto
de Astrofísica de Andalucía (IAC).
Pero ¿qué es exactamente un eclipse lunar?. Los eclipses de Luna
tienen lugar cuando hay un alineamiento casi perfecto entre el
Sol, la Tierra y la Luna, en fase de luna llena. En esta ocasión,
la Luna se encontrará en su perigeo, es decir, en el punto de su
órbita más cercano a la Tierra, lo que hará que el satélite luzca
un 30 % más brillante y un 15 % más grande.
Un astro rojizo
Sin embargo la Luna no desapareció de nuestra vista, sino que se
tornó algo rojiza, debido a que la atmósfera terrestre actúa como
una lente, desvía la luz solar, y filtra sus componentes azules
dejando pasar sólo la luz roja, que se proyectaba sobre la Luna.
"La luz que alcanza su superficie ha atravesado un largo camino a
través de la atmósfera y está muy enrojecida, como ocurre en los
atardeceres y, al igual que en los atardeceres, la coloración
depende de las condiciones atmosféricas, de modo que nunca hay dos
eclipses de Luna iguales", explica el investigador del Instituto
de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), José Luis Ortiz.
El inicio del eclipse de penumbra (el primer contacto de la Luna
con la sombra de la Tierra) tuvo lugar a las 0.12 de Tiempo
Universal (TU), es decir, a las 2.12 de la madrugada del día 28,
en España peninsular, explica a Efe el astrónomo del Observatorio
Astronómico Nacional (www.oan.es), Francisco Colomer. El eclipse
total comenzaó a las 4.11 (hora española), el máximo se produjo a
las 4.48 de la madrugada hora peninsular, acabó a las 5.23 de la
madrugada, y el último contacto con entre la Luna y la sombra de
la Tierra fue a las 6.27 de la mañana.
EL
PRIMER ECLIPSE TOTAL DE LUNA DEL SIGLO XXI
Fue el día 9 de enero de 2001
Madrid, (COLPISA, Tomás García Yebra)
Foto EFE-IDEAL
El milenio estrenó el 9 de enero de 2001 su primer eclipse total
de Luna, un fenómeno que pudo ser visible desde toda Europa, Asia
y gran parte de Africa y que no se repetirá hasta mayo del
2003. El eclipse -interposición de la Tierra entre el Sol y
la Luna- fue perceptible a partir de las 19.40 horas,
intensificándose a medida que fueron pasando los minutos. Sin
embargo, en la mayor parte de la península ibérica no se pudo
apreciar por las adversas condiciones meteorológicas ya que las
nubes la cubrieron.
El fenómeno, que duró hasta las 23 horas, se vio mejor en
los escasos lugares de la península donde las condiciones
meteorológicas resultaron favorables. "Este tipo de eclipses se
observan a simple vista, aunque lo ideal es utilizar un telescopio
o unos simples prismáticos", afirmó el astrónomo Vicente López,
responsable del Parque de Ciencias de Granada, entidad que
organizó una serie de actividades para visualizar el fenómeno y
explicarlo al público no especializado. "La sensación de que la
Luna había desaparecido duró aproximadamente una media hora,
aunque en realidad son segundos lo que permaneció totalmente
oculta".
Los eclipses "no son augurio de nada ni tienen ninguna incidencia
en la naturaleza", dijo este experto, quien explicó que en la
observación que se hizo desde el Parque de las Ciencias granadino
"pudimos contemplar perfectamente los planetas Venus y Júpiter,
porque son los más brillantes; Saturno apareció más desdibujado".
Los eclipses totales de luna se originan de forma espaciada,
mientras que los parciales tienen lugar una o dos veces al año.
5.000 millones de años
López afirmó que el planeta Tierra no será eterno. "En un plazo de
4.000 o 5.000 millones de años la Tierra desaparecerá; el Sol se
irá enfriando y llegará un momento en que estallará y destruirá
todo el sistema solar". Este experto tampoco descarta que un
cuerpo estelar colisione con la Tierra y destruya parte de nuestro
planeta. "Tardará miles o millones de años, pero sucederá". A
corto plazo -cien años- "puede caer un meteorito como el que cayó
en Seberia en 1906; en aquella ocasión no se produjeron daños
personales ni materiales".
A su juicio es probable que haya vida inteligente en el universo,
pero el gran problema es "comunicarse con este tipo de
vida". Según explicó las distancias son tan inabarcables (millones
de años luz) que "una señal emitida desde la Tierra puede tardar
una eternidad en llegar a un lugar con vida inteligente".
Más factible ve que se viaje a Marte. "En un siglo el hombre
realizará excursiones a Marte, un trayecto en el que invertirá
como mínimo un año en llegar". La vida allí -de consolidarse-
"sería totalmente artificial", lo cual, a su juicio, "no será
impedimento para que muchos emigren y se instalen en este planeta,
pues hay gente para todo".
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