El
dióxido de carbono y su impacto en el cambio climático
Si el desarrollo mundial, el crecimiento demográfico y el consumo
energético basado en los combustible fósiles, siguen aumentando al
ritmo actual, antes del año 2050 las concentraciones de dióxido de
carbono (CO2) se habrán duplicado con respecto a las que había
antes de la Revolución Industrial.
Por Cristian Frers- WASTE MAGAZINE
El cambio climático es la mayor amenaza ambiental del siglo XXI,
con consecuencias económicas, sociales y ambientales de gran
magnitud. Todos sin excepción; los ciudadanos, las empresas, las
economías y la naturaleza en todo el mundo están siendo afectadas.
El clima siempre ha variado, es dinámico, no permanece estable y
siempre han existido variaciones. El problema del cambio climático
es que en el último siglo el ritmo de estas variaciones se ha
acelerado mucho , y la tendencia es que esta aceleración va a ser
exponencial si no se toman medidas que lo controlen. El ritmo
desbocado de esta modificación climática tendrá como consecuencia
grandes alteraciones físicas, como la elevación del nivel del mar,
enormes deterioros ambientales y serias amenazas para la
humanidad, así como extensión de enfermedades, daños por
acontecimientos climáticos violentos, pérdida de cosechas,
disminución de los recursos hídricos, entre otros problemas.
Al buscar la causa de esta aceleración se encontró que existe una
relación directa entre el calentamiento global o cambio climático
y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero
provocado por las sociedades humanas tanto industrializadas como
en desarrollo. El nivel de emisiones de dióxido de carbono (CO2)
ha aumentado un 31%; el metano (CH4) se ha incrementado un 145% y
el óxido nitroso (N2O) un 15%. Se sabe que las
concentraciones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera en la
actualidad superan las alcanzadas en el último medio millón de
años, y probablemente en los últimos 20 millones de años. Además,
la atmósfera está recibiendo otros gases que no existían:
Clorofluorcarbonados y compuestos perfluorados.
¿Qué consecuencias tiene que aumenten las concentraciones de
dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera?
1) La temperatura media de la superficie terrestre se ha
incrementado a lo largo del siglo XX en 0,6 ºC. En el siglo XXI se
prevé que la temperatura global se incremente entre 1 y 5ºC.
2) En el S. XXI el nivel del mar subirá entre 9 y 88 cm,
dependiendo de los escenarios de emisiones considerados.
3) Incremento de fenómenos de erosión y salinización en áreas
costeras.
4) Aumento y propagación de enfermedades infecciosas.
5) Desplazamiento de las especies hacia altitudes o latitudes mas
frías, buscando los climas a los que están habituados. Aquellas
especies que no sean capaces de adaptarse ni desplazarse se
extinguirán.
6) Aumento en frecuencia e intensidad de los fenómenos
meteorológicos extremos.
Para lograr los anhelados recortes de emisiones se cuenta, desde
hace años, con un amplio conjunto de propuestas en el campo del
ahorro energético, las energías renovables o los estilos de vida y
consumo. Muchas de estas ideas ya han sido probadas y han
demostrado su viabilidad y eficacia, pero no se aplican de forma
generalizada.
Si bien hay un consenso en que debemos detener el cambio
climático, no existen muchas iniciativas al respecto. Es claro que
no estamos actuando con la rapidez y decisión que un problema como
el cambio climático requiere.
¿Cómo interpretar las amplias dudas suscitadas en la opinión
pública y la tímida respuesta ciudadana? La mayoría de los
ciudadanos consideran el cambio climático como un problema grave
que necesita solución, sin embargo, éste queda al final de la
lista de preocupaciones cuando es comparado con aquellos problemas
que la gente percibe como más inmediatos; por ejemplo:
crimen, educación, terrorismo y cuidado de la salud.
¿Qué se puede hacer para mitigar el cambio climático y
disminuir las posibles consecuencias?
1) Las empresas eléctricas, responsables del 24% de la emisión de
dióxido de carbono (CO2) deben aumentar su eficiencia, utilizar
los combustibles y procesos que emitan menos gases efecto
invernadero y aumentar la proporción de energías renovables.
2) Las industrias consumidoras de energía, responsables del 16% de
emisiones de dióxido de carbono (CO2) deben optimizar sus procesos
para aumentar su eficiencia.
3) Fomentar formas de transporte que consuman menos energía por
viajante como transporte público, carburantes menos contaminantes,
entre otras medias.
4) Fomentar la eficiencia energética de los edificios, y consumir
mas eficientemente la energía en las oficinas y en el hogar.
5) Aumentar las superficies vegetales que actúan como sumideros,
es decir que absorben carbono, evitar la deforestación y aumentar
las repoblaciones, especialmente de especies arbustivas.
Si el desarrollo mundial, el crecimiento demográfico y el consumo
energético basado en los combustible fósiles, siguen aumentando al
ritmo actual, antes del año 2050 las concentraciones de dióxido de
carbono (CO2) se habrán duplicado con respecto a las que había
antes de la Revolución Industrial. Resulta evidente que la
respuesta de las sociedades humanas ante el reto del cambio
climático no se corresponde con la gravedad del problema. El
tránsito hacia una sociedad libre de combustibles fósiles afecta a
intereses corporativos muy importantes y las reacciones contrarias
al cambio son intensas en ese sector.
Conocer un problema ambiental, ser consciente de su importancia,
incluso reconocer la necesidad de actuar para mitigarlo o
resolverlo, no supone que se vaya a actuar de forma responsable en
relación al problema. Igual que se plantean barreras al
conocimiento, también hay barreras específicas que obstaculizan la
acción responsable frente al cambio climático. Si el hecho de
renunciar a determinados comportamientos, sustituyéndolos por
otros responsables, es percibido como muy costoso, es más
improbable que la gente acceda a cambiarlos. De hecho, la falta de
consistencia entre actitudes favorables al ambiente y
comportamientos responsables se puede explicar en función del
costo que requieren estos comportamientos. Las actitudes positivas
en relación con el ambiente se expresan en comportamientos de bajo
costo , como reciclar, pero no en comportamientos de alto costo,
como renunciar a realizar un viaje.
Cristian Frers - Técnico Superior en Gestión ambiental y Técnico
Superior en Comunicación social
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