PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
PARQUE NATURAL SIERRA DE HUÉTOR * CUEVA DEL AGUA
La tierra desvela sus misterios
La cueva del Agua de la Alfaguara abre sus cavidades desde la cima
más visitada del parque de Huétor
Al norte de la ciudad, sobre los montes que circundan la vega, la
Alfaguara esconde vestigios geológicos milenarios
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
![](fotos2/cuevadelagua-pagina.jpg)
Es una de las formaciones karstikas más desconocidas del sur
peninsular. Los picachos calizos que coronan la sierra de Alfacar
esconden uno de los espacios naturales de mayor interés geológico
y paisajístico del Parque Natural de la Sierra de Huétor, la cueva
del Agua de la Alfaguara, una cavidad donde a mediados del siglo
XX se describieron elementos geológicos, restos fósiles de fauna y
flora del Pleistoceno medio (hace algo menos de un millón de
años), y una especial biodiversidad vegetal y animal que en gran
parte aún se conserva. (...)
(...) Una cavidad situada casi en la cima del cerro y a la que se
puede acceder a través de un pasillo que fue excavado en la roca
caliza para poder expoliar su riqueza geológica, ágatas y
grandes estalactitas, que desde entonces adornan, troceadas,
algunos establecimientos comerciales y edificios de la ciudad de
Granada. La verdadera entrada de la gruta solo era posible desde
la cima, tras las encinas, matorrales y quejigos que durante
milenios la ocultaron a la vista de quienes recorrían el sendero
entre la Alfaguara y la Cruz de Víznar. Una imagen privilegiada
que aún es posible contemplar.
Es un recorrido sencillo, apto para todos y que no solo servirá
para conocer la cueva del Agua, permite también disfrutar con
especies de vegetación mediterránea, percibir la presencia de
numerosas aves forestales, como herrerillos, carboneros,
picapinos, arrendajos y contemplar paisajes donde la vista termina
en el macizo de Sierra Nevada y el valle de Granada. Es territorio
de aves rapaces, sobre todo cernícalos y águilas.
Son solo 1,9 kilómetros que se inician en el campamento de la
Alfaguara, al que se accede desde la A-92 y la localidad de
Alfacar a través del paraje conocido como Fuente Grande que es
donde comienza la carretera de Nívar y la sierra de la Alfaguara.
El camino
Aunque hay dos formas de acceder desde el aparcamiento hasta
conectar con el sendero de la cueva, la más sencilla y sin pérdida
posible es la que bordea el campamento por su izquierda. Es el
carril que accede desde la Alfaguara hacia Puerto Loco. Tras unos
200 metros de ascenso, en los que el área recreativa con barbacoas
queda a la izquierda, el camino llanea hasta la conexión con el
sendero de la cueva del agua, situado a la derecha, a una
distancia similar a la ya recorrida.
Un punto señalizado con un cartel informativo y una cadena para
evitar el paso de vehículos marcan el inicio del sendero. Es el
interior de un bosque de repoblación, un pinar creado
artificialmente sobre lo que eran encinares y robledales de media
montaña cargados de matorral. En algunos puntos se observa que la
alta densidad de las plantaciones que se realizaron habían
impedido el normal crecimiento de los pinos y anulado casi por
completo la vegetación original, pero en los últimos años, tras
programas de limpieza y clareo de los bosques, los pinares se han
llegado a naturalizar y han iniciado una nueva etapa en la que el
matorral mediterráneo comienza a adueñarse del paisaje.
Dependiendo de la época del año pueden encontrase agradables
sorpresas como la presencia de diversas especies de orquídeas
ibéricas, entre ellas
Limodorum abortivum, también llamada
orquídea abortiva, que tiene la característica de alimentarse de
materia vegetal en descomposición, por lo que no realiza la
función de fotosíntesis y no es verde como otras plantas, sino de
colores morados y blancuzcos.
Un camino que en sus primeros tramos llanea y que después se hace
más abrupto y empinado, pero sin dificultad a pesar de estar muy
roturado por las correntías del invierno. Abundan las jaras de
color morado, e incluso algunos ejemplares de cardo granadino,
Carduus
platypus granatensis, una subespecie endémica del sur
peninsular, de tallo alto con sus ‘alcachofas’ coronadas de un
intenso color rosado y morado.
En la parte alta del camino hay una vieja construcción que
albergaba un transformador eléctrico. Es el punto donde se
contempla ya la vertiente Este de la Sierra de Huétor, y desde
donde, a la derecha, parte el sendero que comunica la Alfaguara
con dos de los grandes picachos, los de las cruces de los Maestros
y la de Víznar. Unos cien metros más allá de donde se encuentra
esa bifurcación, está el mirador de la cueva del Agua y el acceso
a la cavidad.
Es una explanada con un gran cartel donde se muestran las siluetas
de la sierra con los nombres de los montes, y al fondo, la
impresionante imagen, aún con neveros, de Sierra Nevada. Y a la
espalda, un pasillo horadado en la roca. Es la entrada a la cueva
del Agua, el final de un recorrido que nos adentra en una gruta
que fue poblada durante el Neolítico y que ahora solo se puede
contemplar a través de una gran reja que ha tenido que instalarse
para evitar actos vandálicos y proteger el patrimonio geológico,
estalactitas y estalagmitas que posee, y las colonias de
murciélagos de herradura y murciélagos de ‘patagio’ aserrado que
habitan en su interior. Esta entrada a la cueva, a la que solo se
podía acceder desde la parte superior del cerro, fue abierta
artificialmente para poder llevarse los frutos del expolio que se
perpetró en los años cincuenta y sesenta del siglo XX. Es una gran
sala que desciende hacia el interior de la tierra. No tiene
pasadizos ni galerías, es una cavidad abierta en la que se oye el
sonido de decenas de gotas de agua que caen desde el techo y que,
con el paso de los milenios, han creado columnas de estalacticas
unidas a estalagmitas. La mayor de ellas, de ocho metros de
diámetro, situada en el centro de la cavidad, fue cortada por
completo para utilizarla como elemento de decoración en la ciudad.
A pesar de los expolios la cueva se ha convertido en un referente
del paso de la historia en la sierra de la Alfaguara, y es un
punto de especial afluencia de senderistas, naturalistas, e
incluso grupos de escolares que visitan este paraje del Parque
Natural de la Sierra de Huétor.
¿Cómo llegar?
Acceso: Desde la A-92, salida 249, hasta llegar a Alfacar y
continuar hacia Fuente Grande. Desde allí la carretera que
asciende a la sierra de la Alfaguara hasta llegar al campamento y
área recreativa.
Sendero: Tomar el carril que rodea el campamento por su izquierda
hasta encontrar, a la derecha, el camino señalizado hacia la
cueva.
Distancia: Desde el campamento hasta el sendero de la cueva, 400
metros. Desde ahí, otros 1,5 kilómetros.
Mirador: Al final del camino está el mirador y la entrada al
pasillo que lleva a la cueva, que puede verse a través de una
reja.
Desde arriba: Para verla desde arriba hay que tomar, unos metros
antes del final del recorrido, el sendero hacia la Cruz de Víznar
y tras unos 50 metros de ascenso, adentrarse en la vegetación
hacia el suroeste. A menos de 10 metros está la cavidad.
Coordenadas: Aparcamiento, 37°15’34.58’’N - 3°31’47.26’’O.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
FLORA
Acer
opalus subsp granatense (Arce de Granada)
Amelanchier ovalis
subsp. ovalis
Anthyllis
vulneraria
subsp arundana
Arctostaphylos uva ursi
Argyrolobium
zanonii (Hierba de plata)
Berberis
hispanica (Agracejo)
Carduus
platypus
subsp granatensis
Cerastium
gibraltaricum
Ceterah
officinarum
Cistus
albidus (Jarablanca)
Cistus
laurifolius (Jara)
Crataegus monogyna
Erinacea anthyllis
Geum sylvaticum
Juniperus communis
Juniperus
oxycedrus (Junipero)
Limodorum
abortuvum
Linaria
aeruginea subsp aeruginea
Linum
narbonense
Ononis
aragonensis
Orchis
mascula
Pinus halepensis (Pino carrasco)
Pinus
pinaster
Pinus
sylvestris (Pino silvestre)
Polygala
boissieri
(Poligala)
Quercus rotundifolia
Rhamnus alaternus
Rhamnus
lycioides (Espino negro)
Rhamnus myrtifolius (Carrasquilla)
Satureja
intrincata
Seseli
montanum
granatense
Silene germana
Thymus
granatensis
Ulex
parviflorus (Aulaga)