PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
Río y embalse de Cubillas
Donde renace el Cubillas
Ríos y arroyos de Sierra Arana y los Montes, barrancos de Píñar y
el nacimiento de Deifontes llenan un embalse que reúne las aguas
para dar una nueva vida al principal afluente del Genil
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Durante el estío, una fina lámina de agua baja a gran velocidad
entre las paredes del aliviadero del embalse de Cubillas, lo hace
de forma continua aunque la altura de las aguas no supere las
barreras de contención, porque encuentra los caminos subterráneos
para manar en forma de fuentes y surtidores entre las placas de
hormigón del canal construido para dar paso a los sobrantes del
pantano. Se desliza hacia el final deun camino en el que una
cascada la deja caer en una lagunilla rodeada de una densa
vegetación de ribera y coronada por enormes pinos procedentes de
las repoblaciones posteriores a la puesta en funcionamiento del
pantano en la mitad del siglo XX. Es un paraje creado de forma
artificial que el tiempo ha naturalizado, el lugar donde renace el
río Cubillas, que perdió su cauce al unir sus aguas a las de mil y
un arroyos, riachuelos y barrancos para llenar el embalse, el
punto en que recupera su nombre y vuelve a serpentear camino de la
Vega de Granada, hacia Pinos Puente,Fuente Vaqueros y llegar hasta
el cauce del Genil, donde entrega sus aguas al río que desciende
de la alta montaña nevadense y muere en el Guadalquivir. (...)
(...) El Cubillas no tiene un nacimiento definido, procede de
arroyos y surgencias de sierra Arana, que se unen en un único y
pequeño cauce al que llega el río Píñar, que en realidad cambia su
nombre por el de Cubillas y, desde el puente de Bular, al oeste de
la localidad, inicia su descenso y fertiliza tierras colonizadas
desde el neolítico. Recibe múltiples aportes de barranqueras y
correntías hasta la cabecera del pantano, ubicado en el mismo
lugar donde, de forma natural, el cauce se embalsaba en épocas de
lluvias y continuaba su camino hasta encontrarse con el cauce del
río Colomera como hace ahora aguas abajo del aliviadero, al que es
posible llegar a través de los pinares que parten desde la antigua
carretera de Madrid, o directamente desde la que accede a la
localidad de Caparacena, que atraviesa el Cubillas a solo unos 200
metros del desagüe del embalse.
La laguna naturalizada es hábitat de truchas y carpas, de aves
acuáticas, flora especializada, como juncales, carrizales y
arboledas típicas de espacios húmedos, como álamos, tarajes y
sauces, un lugar donde es posible observar la presencia de
mamíferos, como zorros, jinetas y tejones que se acercan a las
aguas para beber y cazar. Es también zona habitual de descanso de
ánades azulones, de garcillas y a veces de martinetes y garzas
reales que aprovechan los grandes árboles como oteaderos y
refugio.
La masiva presencia humana en las riberas del pantano, sobre todo
en verano se extiende también hasta la laguna del aliviadero, que
es utilizado como zona de baño a pesar del peligro evidente que
genera la cascada y las resbaladizas algas que tapizan el canal.
Pero la naturaleza impera en un espacio que ha recuperado y
asimilado, que se convierte en la antesala de un cauce que desde
el aire se asemeja a una serpiente verde dibujada por densas masas
vegetales que zizaguean durante 22 kilómetros hasta llegar al
Genil, el camino que hicieron los romanos entre sus tierras de
Iznalloz y el Soto de Roma, en Romilla.
Reflejos. En días de invierno, fríos y sin viento, las
aguas del embalse de Cubillas
se llenan de reflejos de las sierras que rodean la ciudad.
Un espejo para nubes
Pantano, emblase de Cubillas
Las aguas de Cubillas reflejan las sierras que circundan Granada y
ocultan el valle perdido de la Ilíberis romana
El embalse de los años cincuenta se ha naturalizado hasta
convertirse en un espacio único para la observación de aves y
flora de ribera
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
La lámina de agua cambia de color con el paso de las horas. Se
tiñe de naranja al amanecer para volverse azul durante el
día y rojo al atardecer, crea un gran espejo en el que se reflejan
las nubes y las sierras que protegen la gran vega de Granada. Es
la superficie del embalse de Cubillas, una extensión de casi dos
millones de metros cuadrados con un entorno natural cargado de
contrastes y que oculta lo que hasta hace poco más de medio siglo
era un valle de tierras de aluvión con vegetación mediterránea,
riberas y lagunas conocidas por el hombre desde el paleolítico y
que hace dos milenios albergó huertos, necrópolis y villas
romanas. Era el camino natural entre la antigua Ilíberis, más
tarde Medina Elvira, y el interior de la península Ibérica.
El río Cubillas, que recibe aguas del Colomera, llena la gran
cubeta del embalse, que no es tan profundo como parece y solo
llega a 20 metros, lo que aporta riberas de escasa pendiente y,
por tanto, ideales para una gran cantidad de especies animales y
vegetales que encuentran en las orillas un hábitat perfecto a
pesar de la presencia humana, que cada vez se hace más masiva e
insostenible.
Tras su construcción, que se inició en el año 1939 y comenzó a
acumular agua en 1955, las tierras de parte de su entorno más
próximo se convirtieron en bosques de pinares que fueron plantados
con fines de explotación maderera, pero que con el tiempo han
logrado naturalizarse de tal forma que ya se pueden considerar
parte fundamental del paisaje natural de esta zona, situada al
noroeste de la capital granadina, en el municipio de Albolote. Los
bosques, a pesar de que fueron creados con árboles demasiado
juntos unos de otros con el objetivo de que crecieran rectos y
alcanzasen gran altura, han generado ecosistemas propios, espacios
de matorral donde se refugian una gran cantidad de especies de
vertebrados, desde micromamíferos a reptiles y aves
forestales, que además de disponer de agua de forma
permanente, aprovechan la vegetación para protegerse y comer.
Observar aves
La presencia de grandes aves acuáticas es habitual en la ribera
izquierda, aguas abajo, del embalse. La lámina de agua de Cubillas
se ve surcada por las estelas de los enormes cormoranes. Refleja
el vuelo de estas aves de color pardo, casi negro, con más de
metro y medio de envergadura de alas, que han formado en el
embalse una de sus poblaciones más importantes en la provincia de
Granada. Se les puede observar cuando se posan sobre las ramas de
árboles que sobresalen de las aguas, y otean el horizonte o
extienden sus alas para que se sequen al sol.
Junto a las orillas, entre los tarajes y sauces, esperan las
garzas reales, majestuosas, de color grís y blanco, con sus largos
picos ribeteados de amarillo. Alzan el vuelo ante la presencia de
cualquier peligro. Estas dos especies buscan peces con los que
alimentarse, aunque no rechazan otras dietas como ranas e incluso
huevos y pollos de aves más pequeñas.
La cola del embalse es la zona más indicada para la observación de
aves. La escasa profundidad genera espacios con vegetación
lagunar, donde nadan y vuelan grupos muy numerosos de fochas,
ánades y somormujos. También hay otros hábitats en orillas más
pantanosas y enfangadas, ideales para las aves limícolas, y
especies más habituales de marismas, como archibebes, andarríos,
agujas e incluso cigüeñuelas. Un espacio natural que se ha
convertido en una ‘estación de servicio’ para las aves en sus
migraciones, y que muchas de ellas han elegido también para
nidificar y reproducirse.
Paseo circular
Una forma de apreciar la riqueza natural que rodea al embalse de
Cubillas es recorrer la vía que de forma circular parte desde la
cola del pantano, en la antigua carretera de Madrid, y se dirige
hacia la capital granadina, paralela al trazado del ferrocarril
Granada-Jaén. Este recorrido se interna entre los pinares, la
mayoría de ellos muy deteriorados, pasa junto a la vieja Estación
de Calicasas y mantiene siempre a su derecha las orillas del
pantano, donde entre los arbustos ribereños, están los mejores
puntos para la observación de aves.
Otro de los recorridos interesantes es situarse junto a la presa
del embalse, en la antigua N-323 (Granada-Jaén) pasados los
restaurantes, y caminar junto al borde del desagüe hasta llegar a
la cascada que forma el aliviadero del pantano. Es disfrutar del
sonido del agua como fondo, al que se unen los cantos de llamada y
alerta de las pequeñas aves forestales, herrerillos, mitos,
carboneros y las coloristas abubillas.
Una explosión de vida junto a aguas que se antojan espejos.
X
¿Donde está?
_Pantano:_ Al noroeste del emblase, tras la presa, parte el canal
de desagüe, que termina en una laguna.
¿Cómo llegar?
_A pie:_ A través de los pinares que parten desde la carretera de
Madrid, a la izquierda. Un recorrido de 800 metros. La
laguna está en 37°16’31.66N 3°41’22.19W. El
camino parte de: 37°16’35.40N 3°41’1.39W
MAPA DE DOS RUTAS
Ver Pantano de Cubillas en un mapa
más grande
Recorrido
Cola del emblase Por la antigua carretera deMadrid se pasa el
pantano hasta llegar al cruce con la carretera de la Estación de
Calicasas. Desde allí, en dirección contraria se recorre el
embalse.
Aliviadero: Otro recorrido natural es desde la presa. Seguir el
canal de desagüe, entre pinares, hasta llegar a la cascada donde
continúa el río Cubillas.
Datos Básicos
Cuenca: Guadalquivir
Provincia: Granada
Situada sobre el río Cubillas, en los municipios de Albolote y
Atarfe, en la provincia de Granada. Enclavado entre Sierra Elvira,
las montañas de Colomera y Sierra Harana
Tipo de Pantano: Materiales sueltos homogenea
Año de construccion: 1956
Superficie: 194 ha
La zona que rodea al Pantano de Cubillas está cubierta por pinares
de repoblación, en su mayoría plantados para la tala y con ese fin
fueron ubicaos muy juntos de manera que crecieran muy rectos, pero
eso ha dificultado que este bosque crezca de manera sana, ya que
la luz no llega al suelo y nada crece debajo de ellos, además de
la acidez del suelo por la acumulación de acículas de los pinos
que también impide el desarrollo de otras plantas. El resultado es
un conjunto de árboles en un estado deplorable, a punto de
desmoronarse. En algunas zonas se realizan talas selectivas para
resolver parte del problema.
Junto al agua podemos ver tambien algunos tarays y eucaliptos
junto a vegetación de ribera como enea (Typha dominguensis), caña
(
Arundo donax) y carrizo (
Phragmites australis)
En el entorno que rodea el pantano podemos ver una mezcla de zonas
de cultivos, alamedas y terrenos baldíos, caseríos abandonados.