Arriba e izquierda: cara y dorso del astrolabio construido en 1265
por Ibn Baso. Créditos: Real Academia de la Historia, Madrid.
Arriba y derecha: cara y dorso del astrolabio construido por
al-Raqqam (Guadix). Créditos: Real Academia de la Historia,
Madrid. Durante la dominación árabe vivieron muchos
astrónomos granadinos o ligados a Granada dignos de mención: entre
ellos Uach-Nafih, nacido en 1096, célebre matemático, o Benalbana
el Granati, de origen granadino y nacido en Marruecos, que publicó
obras matemáticas hasta hace poco estudiadas en Fez. En Baza nació
Alcalsadi, viajero inveterado que destacó en aritmética y acabó
sus días en Túnez. De notable capacidad creativa y crítica,
Benasamh el Muhandis (siglo X) se dedicó a la investigación y
enseñanza. Escribió dos obras sobre el astrolabio, un comentario
sobre Euclides, obras de geometría y, sorprendentemente para
la época, se dedicó también a la historia de la Física.
Un caso curioso es el del astrónomo granadino Benlhachach,
que llegó a ser cadí en Almería. Otros, como el lojeño Beneljatib,
también se involucraron en política, aunque éste tuvo un fin más
trágico: se le encontró estrangulado en una prisión.
Algunos astrónomos se dedicaron a trabajos más pragmáticos:
Benelcatib (siglo XII-XIII) fue el arquitecto de la Sala del
Tribunal y de un puente sobre el río Genil. Finalmente, el
astrónomo granadino Sukur, que trabajó en Siria, posiblemente
participó en lo que se considera como las primeras observaciones
coordinadas, fruto de una colaboración entre el Observatorio de
Toledo y el de Maraga, en Mongolia.
Entre los constructores de instrumentos astronómicos destacan los
Ibn Baso, padre e hijo, cuyos trabajos destacaron por su calidad
impecable (foto 1). El padre, astrónomo responsable del
horario de las plegarias en la mezquita granadina, introdujo una
innovación en el astrolabio que posibilitaba "su utilización
en todos los horizontes". También merece mención Ibn al-Raqqam,
autor de unas tablas astronómicas y de un tratado de Gnomónica
Ibn Tufayl, nacido en Guadix en el siglo XII, es probablemente el
científico granadino que más ha influido en el pensamiento de
Occidente. Pionero de la revolución anti-ptolomeica
enraizada en las enseñanzas de Aristóteles, negaba los epiciclos y
excéntricas por su imposibilidad física, detalle de suma
importancia dado que los modelos vigentes en aquella época se
basaban en la geometría. Su importancia se puede medir
también a través de su influencia sobre su protegido,
Averroes, o su otro discípulo, Alpetragio, quien escribe: "Ibn
Tufayl había encontrado una teoría nueva sobre el movimiento de
los planetas. Deducía sus movimientos mediante principios
distintos a los de Ptolomeo y rechazaba las excéntricas y
epiciclos. Con este sistema, todos los movimientos celestes podían
ser verificados. Había prometido escribir sobre el asunto". Esta
obra, si ha existido, todavía no ha sido recuperada. La influencia
de este astrónomo incluso ha llegado a la literatura europea:
tanto el «Robinson Crusoe» de D. Dafoe como el «Emilio» de
J. J. Rousseau parecen tener claros tintes de la obra de Ibn
Tufayl, «El Filósofo Autodidacta», que narra la evolución
científica, filosófica y mística de un niño que crece solitario en
una isla.
Pérdida y recuperación
Aunque bajo el influjo de las navegaciones el interés por la
investigación astronómica perduró entre los siglos XVI y XVII, la
expulsión de los árabes y judíos rompió la tradición de estudios
en Astronomía y creó un vacío ocasionado por las dificultades
socio-económicas, las guerras internas y el desprecio de las
autoridades por las ciencias en general.
Tras una ardua recuperación y los siglos de licencia mencionados
al principio, la Astronomía renace en Granada: en 1902 se funda el
Observatorio de la Cartuja, que permanece activo hasta el año
1971. En 1975, un grupo de investigadores funda el Instituto de
Astrofísica de Andalucía, del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas que opera el Observatorio de Sierra Nevada y tiene su
sede provisional en la Madrasa. Algunos años después, la Facultad
de Ciencias de la Universidad de Granada comienza sus
actividades en Astrofísica y el centro hispano-franco-alemán IRAM
(Instituto de Radioastronomía Milimétrica) empieza la
operación del Radiotelescopio de Pico Veleta en el año 1979. Todos
estos centros realizan investigaciones de alto nivel en los
diversos ámbitos de la Astrofísica y, aún hoy día, representan un
vínculo de unión con aquella Astronomía árabe y con la misma
historia de la ciudad.
La divulgación de la Ciencia en el IAA
Durante los últimos años, el IAA ha incorporado como una de sus
actividades prioritarias la divulgación de las investigaciones
científicas que se realizan en nuestro centro, tanto a nuestros
colegas científicos como a la sociedad. Con esta intención se ha
desarrollado una serie de actividades encaminadas a satisfacer la
curiosidad de nuestros conciudadanos sobre el Universo, entre las
que podemos destacar la organización de conferencias
institucionales tanto en la sede del instituto como fuera de ella,
la visita de colegios y grupos a la sede del instituto y al
Observatorio de Sierra Nevada, las colaboraciones con IDEAL, con
la revista de divulgación en Astronomía ``Tribuna de Astronomía y
Universo» y con el ``Parque de las Ciencias» de Granada.
Estas acciones se relanzaron durante el año 2000, año en el
que el IAA celebró su vigésimo quinto aniversario. En ese
año se lanzó la revista "IAA, Información y Actualidad
Astronómica", que acaba de publicar su octavo número y que, con
una periodicidad cuatrimestral, nació con la vocación de interesar
e informar al público sobre todas las disciplinas de la
Astrofísica.
Invitamos a los lectores a que lean nuestra revista (https://
www.iaa.csic.es/revista.html) y asistan a las charlas divulgativas
mensuales que se imparten en el IAA y que se anuncian regularmente
en las páginas de IDEAL y en la
página web del Instituto (https://www.iaa.csic.es).