Las cigueñas buscan el sur
A final de octubre las cigueñas buscan tierras cálidas. Parejas de
Ciconia ciconia, inician sus migraciones desde Europa hacia África.
Buscan el sur. En su viaje, Andalucía es paso obligado, un
territorio en el que, a veces, se quedan a pasar el invierno.

Translated
by
FELIPE BENAVIDES
Order:Ciconiiformes
Family: Ciconidae
Ciconia ciconia
White Stork / Cigüeña blanca; Cigüeña común
Maximum size: Their beak may reach 16 to 25 cm of length.
Their wing-span:155 cm. and 215 cm. They may weigh between 2.8
and 4.4 kg.
Habitat
They are one of the largest waders. They differ from other
big, white birds in their robust, long and red beaks, as well
as their legs. Theirwings have black spots on them.
Males may weigh as much as 10 per cent more than females and
their beaks are bigger.
They can be seen in an irregular way, scattered all over the
Iberian Peninsula, particularly in the centre and the
south-west, although theyare also regular visitors of the
wetlands in the south-east, and a common sight even in the
north-east, particularly in Navarra and Aragón.
In Doñana, they are particularly abundant in the Coto del Rey,
making their nests in paddy-fields and inland lagoons.
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Ciconia nigra (Cigueña negra) .
(ficha, fotos y datos)
Más pequeña, más airosa y mucho más rara que la blanca. Solitaria
y alejada del hombre.
ESPAÑA ES EL PAÍS DE LA UE CON MÁS CIGÜEÑAS
Alrededor de 25.000 parejas, de las que un 70% ya había regresado a
sus nidos a finales de diciembre, cuando habitualmente pueden verse
por San Blas ( 3 de febrero), informaron ornitólogos expertos en
estas aves.
Según Ángel Gómez Manzaneque, de la Sociedad Española de Ornitología
(SEO), Alemania y los países del Báltico tienen muchas cigüeñas pero
el total «nunca es comparable» con España; Francia tiene «tan sólo»
mil nidos; Suiza alberga una población pequeña y Holanda, Bélgica e
Italia prácticamente no poseen nidos de este ave zancuda. La
abundancia de comida que proporcionan los vertederos y un clima más
cálido son otros factores que han contribuido al aumento del número
de cigüeñas y a que cada vez emigren menos, explicó Gómez
Manzaneque.
Desde el final del siglo XX, la población de cigüeñas crece
anualmente entre un 7% y un 12% y las mayores concentraciones se dan
en las provincias de Cáceres y Badajoz seguidas de Salamanca,
Segovia, Madrid, Palencia y Cádiz, según el experto de la SEO.
Ezequiel Martínez, ornitólogo experto en estas aves, indicó que
alrededor del 30% de las cigüeñas que habitan en España no emigran a
África durante el invierno. Estas aves, según este ornitólogo que
lleva 20 años estudiando a las cigüeñas, no se deciden a emigrar o
hacen «falsas migraciones» hacia el sur peninsular porque el clima
es «más suave» y pueden obtener alimento de arrozales y, sobre todo,
de vertederos.
Para Martínez, el aumento de la población de cigüeñas es debido al
alimento, a la concienciación de las empresas eléctricas que
instalan en los tendidos sistemas de protección para que las aves no
se electrocuten, a la atención que la Administración ha puesto en
estas aves y a que los grupos ecologistas y sociales han hecho un
gran esfuerzo.
LAS CIGÜEÑAS QUE VINIERON DE ALEMANIA
Especialistas del CREA de Granada, logran recuperar tres ejemplares
que habían caído en su largo periplo hacia África
Cansadas, heridas y afectadas por desnutrición, fueron encontradas
en la costa de Granada y en Alhama
Por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / Ideal y Waste
Magazine

Reportaje publicado en IDEAL
6-11-2012
Noviembre 2012 . Había recorrido más de 2.700 kilómetros, estaba
exhausta y aún le quedaban muchas horas de vuelo hasta llegar a su
destino en África central. Al llegar a la costa de Motril, no pudo
más y cayó al mar. Era un ejemplar de cigüeña blanca (Ciconia
ciconia) que se encontraba en pleno viaje migratorio
para pasar el invierno en tierras más cálidas. Tuvo la suerte de ser
avistada por varias personas que avisaron a los responsables de la
Charca de Suárez. «Fuimos de inmediato y vimos como estaba en el
agua, sin posibilidades de levantar el vuelo», dice el inspector de
Medio Ambiente del Ayuntamiento de Motril y responsable de la
Charca, José Larios, que junto a un voluntario lograron sacarla del
agua. «La llevamos a la Charca donde la tuvimos hasta que llegaron
los especialistas del Centro de Recuperación de Especies Amenazadas
(CREA), que se la llevaron para intentar salvarla», dice José
Larios.
Cuidados
La cigüeña estaba herida, tenía problemas en un ala, además de
síntomas claros de agotamiento. «En el CREA la cuidaron
durante días hasta que se constató que podría valerse por sí misma»
dice el responsable del departamento de Fauna y Flora de la Junta de
Andalucía en Granada, José María Irurita.
Este ejemplar de cigüeña blanca llevaba una anilla que aportó los
datos necesarios para conocer su evolución y su procedencia. «Vinos
que venía de Alemania, pero es lo habitual desde el final del verano
y el inicio del otoño, porque esta especie realiza su migración para
invernar en el continente africano», dice Irurita.
No estuvo sola. A los pocos días de ser encontrada y trasladada a
las instalaciones del CREA, otra cigüeña era localizada en el
municipio de Alhama de Granada. Los agentes de Medio Ambiente la
trasladaron al centro de recuperación. Tenía una pata herida y la
inflamación, agravada por la anilla metálica de identificación, le
impedía volar. «Lo normal es que hubiesen muerto, pero en estos
casos fueron localizados y pudimos ayudarles a recuperarse y que
reemprendiesen su viaje migratorio», comenta José María Irurita, que
señala que este ejemplar también procedía de Alemania.
Y ha habido una tercera. Se le encontró también en la localidad de
Alhama de Granada y posiblemente volaría junto a la anterior. En
este caso no estaba herida, pero sí padecía problemas de
desnutrición y agotamiento.
En la Charca
En los tres casos, las cigüeñas fueron liberadas en el humedal de la
Charca de Suárez, un lugar donde se dan las condiciones ambientales
necesarias para que estas especies puedan encontrarse bien y retomar
su vida en libertad.
«Han estado aquí durante días, incluso desaparecían y cuando
creíamos que ya se habían marchado, volvían», comenta José
Larios, para quien resultaba especialmente gratificante que
dos de las cigüeñas se interesasen en el gran nido que habían
construido para atraer a aves rapaces. «No sería normal que se
instalasen aquí y nidificaran en esta zona. No hay referencias de
algo así en los últimos setenta años», dice.
En las últimas semanas también se ha visto volar sobre las lagunas
de la Charca de Suárez algunos ejemplares de cigüeña negra (Ciconia
nigra), una especie protegida por estar en peligro de extinción y
que no gusta de la cercanía con el hombre.
POR SAN BLAS, LA CIGÜEÑA VERÁS
Si no la vieres, año de nieves"
EFE/IDEAL
Cigüeñas domésticas
Cerca de 120 parejas de cigüeñas anidan en la localidad. riojana de
Alfaro. Álava y Navarra también. cuentan con colonias permanentes
JULIÁN MÉNDEZ //FOTOS: BERNARDO CORRAL / ALFARO

ALFARO, una población riojana de 9.500 almas, es famosa por sus
verduras, por sus partos múltiples (hay más de cien parejas de
gemelos y hasta unas cuatrillizas) y por los vinos de autor que
prepara Álvaro Palacios en estos pagos. Alfaro es también uno de
esos sitios en los que, todavía y por respeto, se apagan las luces
de los comercios y de las cafeterías al paso de un entierro, una
localidad donde todos se dan los buenos días por la calle,
levantándose por un instante las bufandas con que cubren sus caras
del frío viento del Norte. Y si uno mira al cielo encontrará el otro
gran motivo de orgullo de estas gentes: las cigüeñas.
Al caer del día aparecen desde todas las direcciones. Algunas
planean, otras permanecen como detenidas en el cristal de la tarde,
mirándolo todo. Luego calculan la aproximación al nido, pliegan sus
alas y descienden con precisión de acróbata sobre los
amontonamientos de ramas grises por entre las que se cuelan los
domésticos gorriones.
En la Colegiata de San Miguel, un enorme edificio del Barroco
aragonés hecho en ladrillo rojo, hay ya decenas de nidos en los que
descansan, copulan o se saludan las parejas entrechocando los picos.
Cinco de ellos, cenicientos y gigantes, coronan la cúpula de
cubierta de media naranja de esta Colegiata que dependía de la
diócesis de Tarazona. En Alfaro -como en muchos otros lugares-, el
dicho Por San Blas, la cigüeña verás se ha quedado viejo.
Muy madrugadoras
Aquí las primeras cigüeñas llegaron a finales de noviembre. Hace
semanas que los ultramarinos venden los roscos anisados que, antes,
festejaban la arribada de estas aves el 3 de febrero, como un
anuncio de la primavera. «Es cierto, en los últimos años se están
acortando los periodos de migración de las cigüeñas. Antes emigraban
en invierno a África. Ahora retrasan la partida y vuelven antes. Y
muchas parejas se quedan todo el año en el Sur de la Península»,
explica José Aguirre, el biólogo navarro responsable del
Departamento de Conservación de la Sociedad Española de Ornitología
(SEO). Un ejemplo sería la población permanente de Malpartida de
Cáceres, el enclave español con mayor presencia de estas aves, o las
colonias de Doñana.
La bonanza de los últimos inviernos, el buen trato y la abundancia
de alimento han llevado a estas aves a evitar el engorro de las
migraciones. También, según resalta Aguirre, se produce un hecho
curioso. Las parejas habituales de una comarca emigran hacia el Sur,
a la búsqueda del buen tiempo. Sus nidos, ahora vacíos, son ocupados
por parejas llegadas del Norte. «Y como todas son iguales, parece
que no se marchan nunca», apunta Aguirre.
Las guías de aves señalan todavía que las cigüeñas emigran en
invierno hacia el sur del Sáhara, al Sahel. Para llegar allí hay dos
grandes caminos. Las cigüeñas que viven al Oeste del Danubio
atraviesan el Mediterráneo por el Estrecho de Gibraltar, formando
espectaculares bandadas en Tarifa. Las del este (sólo en Polonia hay
unas 31.000 parejas) pasan a África por el Bósforo o por el Estrecho
de Mesina.
«Han roto las reglas»
Las de Alfaro siguen emigrando. Pero las parejas de Legutiano,
Zambrana o Gamarra, en Álava, -y otras del sur de Navarra- son
cigüeñas domésticas.
Los vecinos de Alfaro están habituados a verlas en la iglesia de San
Francisco, en la del Burgo o en la Inmaculada Concepción. Las
observan mientras se alimentan en el río Alhama o en la hermosísima
reserva natural de los Sotos del Ebro. «Estos últimos años han roto
todas las reglas. Vuelven en noviembre y tienen sus polluelos en
febrero», resume María Milagro, responsable de la Oficina de Turismo
de la localidad que ha hecho de esta zancuda su símbolo. «Cada día
vienen más y más pronto», apunta Luisa Capitán.
José Sáenz Gil, 83 años cumplidos, se orea al sol del mediodía en la
Plaza de la Esperanza, a espaldas del Mirador de las Cigüeñas, desde
donde se ven decenas de poblados nidos. En el suelo se encuentran
ramas, regueros de excrementos... Y aunque hay quejas (ha habido que
cerrar ventanas de la Colegiata y retirar algunos nidos ante el
temor de que se desplomen), las gentes de Alfaro se muestran
satisfechas con sus vecinas volanderas. Es más, las miman como
benefactoras de la agricultura y del turismo. «Son buenas para el
campo. ¿No ve que se comen culebras, sapos, pesca y madillas? No
hacen estragos, no. Hacen limpieza», explica José Sáenz. «La única
dificultad que tienen son los nidos. El año pasado se cayó uno de un
pilar y escachó todo el techo de un coche. Y cagan cosa mala... Como
están todo el día con el culo fuera », ríe el jubilado de la
gorrilla de lana verde. «¿Sabe? -dice el hombre-, me gusta el ruido
que hacen, el cascanteo ... Cada día hay más. Se conoce que estos
bichos son como las personas. Donde les va bien, vuelven. Y como no
se les ha martirizado, pues aquí están».
El guano corrosivo
Nacho Bea y Carlos Arbizu, dos chavales camino de las clases de
inglés, se paran a mirar el planeo de las aves. Un macho expulsa a
un intruso de su nido en una breve pelea. «Cuando hicimos el
peregrinaje de Alfaro en clase, María Milagro nos llevó a ver las
cigüeñas», recuerda Arbizu.
En Alfaro hay unas 120 parejas. De ellas dicen que son muy
cabezonas: «tercas a más no poder», apunta la responsable de
Turismo. Ya les pueden cegar una ventana o ponerles tela metálica
para evitar que aniden, que si ellas se empeñan acabarán por abrir
cristales o por plantar su armazón de ramas donde quieran. «Y el
guano es muy corrosivo», dice Milagro.
A su hora, la campana María corta el aire con sus sonidos de bronce.
Pero las cigüeñas ni pestañean.
«Deben de estar acostumbradas desde el huevo», aventura María
Milagro. Y eso que de la campana María dicen en estas tierras que
era tan potente que hasta rompía cristales. Tuvieron que hacerle una
muesca en el bronce («un casco») para reducir su resonancia y
aliviar estragos.
En los nidos enormes, las cigüeñas cortejan a sus parejas, atusan
sus plumas, intercambian arrumacos con el pico... Son el orgullo de
Alfaro.
Ciconia ciconia . Entre 100 y 110 centímetros de envergadura. A
menudo se la observa en grupos.
Alimentación: Humedales, lagunas, charcas, orillas de los ríos.
También en pastizales, dehesas y zonas de cultivo. Se adapta a comer
en vertederos urbanos. Se alimenta de saltamontes, lombrices, ranas,
peces, reptiles, topillos... En vertederos, las gomas elásticas -que
confunden con gusanos- causan estragos entre los polluelos. En 2002,
dos de cada tres polluelos censados en Alcalá de Henares murieron
por esta causa, según la SEO.
La mayoría emigra, aunque hay muchos ejemplares invernantes, sobre
todo en las marismas del Sur. Después de un gran declive de
población, aumento del censo: más de 17.000 parejas (7.500 en
Extremadura y 5.000 en Castilla y León). Para emigrar se concentran
en el Estrecho.
Es una especie considerada todavía como vulnerable.
Puesta: De 4 a 6 huevos blancos, un poco mayores que los de gallina.
Incuban de 32 a 35 días. Nacen de 2 a 4 polluelos. Pasan entre 55 y
58 días en el nido, hasta que aprenden a volar. Los jóvenes se
agrupan para emigrar. Los polluelos no se aparean hasta los 2 ó 3
años de edad.
Nidos: Hechos con ramas, limo, plásticos. Pesan de
500 a 600 kilos. Los hacen sobre postes de luz, tejados o torres de
alta tensión. Accidentes por electrocución. Causan problemas por
caídas de tensión eléctrica y cortocircuitos.
Vida: De media, entre 16 y 18 años. El récord está
en un ejemplar anillado en Sudáfrica, con 24 años.
Fidelidad: Las cigüeñas, en general, se mantienen
fieles toda su vida a su pareja y ocupan siempre el mismo nido.
Crotoreo: El sonido característico que producen con
sus picos. Es una muestra de identidad sexual y de fijación de la
pareja. En Extremadura se dice que «están haciendo el gazpacho». En
La Rioja, que «majan los ajos». I
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