EL CIERRE, SU HISTORIA
La noche del 25 al 26 de abril de 1986, a la 1 y 23 de la madrugada del sábado, en el reactor número 4 de Chernóbil, tuvo lugar el mayor accidente de la historia nuclear.
Los efectos de la radiactividad han superado todas las previsiones, y la verdadera magnitud de los daños se va conociendo catorce años después. Ya han muerto más de 30.000 personas, y al menos 10 millones han sido contaminadas por la radiactividad. La catástrofe de Chernóbil afectó gravemente a Bielorrusia, Ucrania y Rusia, causando pérdidas incalculables, y daños terribles a las personas, a la flora y a la fauna. Más de 160.000 km2 están contaminados. El accidente de Chernóbil fue una de las mayores catástrofes ambientales, y sus costes en el 2000 superan los 250.000 millones de dólares, según un estudio oficial del gobierno ruso, revelado por el Wall Street Journal. Los cuatro reactores existentes en Chernóbil son del modelo RBMK-1.000, un peligroso modelo de agua en ebullición, moderado por grafito. Todavía hay en funcionamiento varios reactores nucleares del tipo RBMK, y su cierre ha sido pospuesto por razones económicas, a pesar de sus riesgos, puestos de manifiesto en la catástrofe de Chernóbil. En Chernóbil funcionaban 4 reactores, y se estaban construyendo dos más.
JOSÉ SANTAMARTA, Director de World Watch
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El 15 de diciembre se cerraba el último de los reactores en funcionamiento. Curiosamente el accidente se produjo al realizar un experimento relacionado con la seguridad, en el que se pretendía demostrar que la electricidad producida por el alternador a partir de la inercia de la turbina sin vapor podría usarse para alimentar ciertos componentes del sistema de refrigeración de emergencia, durante periodos cortos, hasta que pudiera disponerse de los generadores de emergencia. Inicialmente se preveía experimentar con una reducción de la potencia, desde 3.000 megavatios térmicos a 1.000 MWt, pero sin embargo el reactor no pudo estabilizarse con suficiente rapidez, y la potencia se redujo a sólo 30 MWt. Al acumularse una energía en el combustible del orden de 300 cal/g, se produjo una disgregación del combustible seguida por una explosión. Dos o tres segundos después ocurrió una segunda explosión, causada probablemente por la liberación de hidrógeno cuando el vapor oxidó al zirconio de las varillas del combustible. La violencia de la energía desprendida provocó la elevación de la losa soporte del reactor, de dos toneladas, haciendo inoperativo el sistema de contención. La entrada de aire facilitó la combustión del grafito. Fueron necesarios nueve días de heroico esfuerzo para poder controlar el incendio posterior a la explosión del reactor. Para controlar el fuego y contener la radiactividad, los helicópteros lanzaron sobre el núcleo del reactor más de 5.000 toneladas de plomo, boro y otros materiales. Posteriormente se construyó un gigantesco sarcófago, hecho con 410.000 metros cúbicos de hormigón y 7.000 toneladas de acero; el sarcófago fue terminado en noviembre de 1986 y hoy debería ser sustituido por otra estructura. El reactor dañado permanecerá radiactivo como mínimo los próximos 100.000 años. El accidente fue detectado el lunes 28 de abril de 1986, a las 9 de la mañana, en la central nuclear sueca de Forsmark, unos 100 kilómetros al norte de Estocolmo, donde los contadores Geiger registraban niveles de radiactividad 14 veces superiores a lo normal. Primero se pensó en un escape en la propia central (las primeras noticias de las agencias de prensa hablaban de un accidente en una central sueca), pero un exhaustivo control mostró que la central funcionaba perfectamente y que la radiactividad venía de lejos.
Cuando los suecos reclamaron una explicación, las autoridades soviéticas respondieron con evasivas. Doce horas después de la primera alerta de Forsmark, un comunicado del consejo de ministros de la URSS leído en la televisión reconoció que se había producido un accidente en Chernóbil. La población de la zona no fue informada en los primeros días de la gravedad de la situación, lo que agravó los efectos. En el accidente de Three Mile Island, en Pensilvania (Estados Unidos), en 1979, se liberaron 17 curios. En Chernóbil, según las autoridades soviéticas, fueron 50 megacurios (50 millones de curios) de los más peligrosos radionucleidos, a los que hay que añadir otros 50 megacurios en gases radiactivos inertes. Las cifras reales fueron mayores que las declaradas por el gobierno soviético. Para la OCDE las emisiones ascendieron a 140 megacurios.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el accidente de Chernóbil se emitió 200 veces más radiactividad que la liberada por la suma de las bombas nucleares lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, aunque el gobierno de Ucrania afirma que fue 500 veces más.
LA ENERGÍA NUCLEAR EN EL MUNDO
Estados Unidos: no ha habido encargos de nuevos reactores desde octubre de 1973 que no hayan sido cancelados. En los últimos 35 años las compañías eléctricas han cancelado 120 reactores, con una potencia de 132 GW. Las 104 centrales nucleares existentes en 2000, con una potencia (97,1 GW) inferior a la cancelada, producen algo menos del 20% de la electricidad. Se han cerrado 30 centrales nucleares, y no hay ninguna en construcción.
Francia: cuenta con 59 centrales nucleares, otras 10 cerradas y ninguna en construcción. La deuda de la empresa pública Electricité de France asciende a cerca de 200.000 millones de francos. La sobrecapacidad instalada, los problemas de seguridad y de residuos, y los costes de la deuda, hipotecan el futuro de un sector público mantenido gracias a las subvenciones públicas directas e indirectas.
Japón: cuenta con 53 reactores y una capacidad de 43,7 GW. Los accidentes nucleares. En septiembre de 1999 se produjo uno de los mayores accidentes nucleares en una fábrica de combustible nuclear. En diciembre de 1995 el reactor rápido de Monju sufrió un grave accidente. La creciente oposición, los costes crecientes, varios accidentes graves y la falta de lugares, en un país que sufre frecuentes terremotos, hipoteca el futuro nuclear.
Antigua URSS: el accidente de Chernóbil y la crisis económica casi han acabado con la industria nuclear en Rusia, país que firmó un contrato con la Siemens para el desarrollo de un nuevo tipo de reactor, el VVER 640. Unas 50 centrales nucleares en construcción o en avanzado proyecto fueron paralizadas después de Chernóbil. Hoy sólo hay 4 en construcción. Los reactores en funcionamiento en Rusia, Ucrania, Lituania y Armenia plantean graves problemas de seguridad, al igual que los de la misma tecnología existentes en Bulgaria y la antigua Checoslovaquia.
Alemania: los 6 reactores existentes en la Alemania oriental, después de la unificación, fueron cerrados, y los 5 en construcción abandonados. Desde hace 25 años no se encarga ninguna nueva central. El movimiento antinuclear siempre ha sido potente. El gobierno de socialdemócratas y verdes prevé cerrar las 20 centrales nucleares existentes en los próximos años.
Canadá: la construcción de nuevos reactores está paralizada, tras cancelarse varios proyectos en la provincia de Ontario.
Reino Unido: una prueba de lo ruinosos que son los programas nucleares fue la imposibilidad de privatizar las centrales nucleares inglesas. No hay planes para construir ninguna nueva central nuclear en el futuro.
Suecia: tras el referéndum de 1980 los planes fueron cerrar las 12 nucleares suecas antes del año 2010.
Corea del Sur: en 1999 había 16 centrales nucleares y actualmente construye 4 nuevos reactores. En 1988 tuvo lugar la primera manifestación antinuclear en la historia del país. En enero de 1996 el municipio de Yonggwang retiró la autorización para construir dos centrales nucleares.
España: la moratoria definitiva desde enero de 1995 de 5 centrales nucleares que nunca funcionarán (Trillo II, Valdecaballeros I y II y los dos grupos de Lemóniz) había costado ya en 1995 a los consumidores 624.000 millones de pesetas sólo en intereses, y aún quedaba por pagar 730.000 millones, más los intereses. El negocio siempre fue la construcción, aunque nunca funcionasen las centrales nucleares. Ya se encargará el estado de hacer pagar a los consumidores.
Bélgica: los 7 reactores producen el 55% de la electricidad del país. No hay planes para aumentar el parque nuclear. Taiwan: las 6 nucleares producen el 32% de la electricidad. Los planes para construir dos reactores en Yenliao se han retrasado. En septiembre de 1994 un policía murió en una manifestación antinuclear.
China: tiene un reactor de 288 MW de tecnología propia en Qinshan y otros 2 de 906 MW cada uno de tecnología francesa en Daya Bay, cerca de Hong Kong, donde más de un millón de personas (el 20% de la población) han firmado una petición pidiendo el cierre de los dos reactores por razones de seguridad. En 1994 comenzó la construcción de 2 nucleares en Qinshan de 600 MW cada una, y tiene planes ambiciosos para alcanzar los 20 GW en el año 2010, y a tal fin mantiene relaciones con empresas francesas, rusas y canadienses. India: cuenta con 11 pequeña centrales nucleares (suman 1.897 MW) con un impresionante historial de accidentes y mal funcionamiento, y actualmente construye otras 3, Kaiga 2 y Rajasthan 3 y 4. Posee un importante programa nuclear de uso militar dirigido contra Pakistán y sobre todo China.
México: cuenta con dos reactores de 654 MW cada uno en Laguna Verde, a pesar de los recursos energéticos del país.
Argentina: la central Atucha 1 se inauguró en 1974 y Embalse (600 MW) en 1983. Los refugiados nazis Ronald Richter y Walter Schnurr jugaron un papel clave en el programa nuclear argentino y en el contrato con la firma alemana KWU, del grupo Siemens.
Brasil: los nazis Alfred Boettcher y Wilhelm Groth están en el origen del programa nuclear brasileño, y sobre todo en el absurdo y leonino contrato que Brasil firmó con la Kraftwerk Union (Siemens) para adquirir 8 centrales nucleares. El programa se paralizó, pero el país siguió pagando a la Siemens. Hoy sólo funciona de tarde en tarde la nuclear de Angra 1 y desde 1976 está en construcción Angra 2.
Cuba: en 1992 se paralizaron por falta de fondos la construcción de 2 reactores de la obsoleta y peligrosa tecnología soviética. Desde entonces cada cierto tiempo se vuelve a hablar de ellos, la última vez a raíz de la visita de Putin a Cuba en diciembre de 2000.
Pakistán: Kanupp, el reactor de 125 MW de tecnología canadiense inaugurado en 1972, está ligado al programa que permitió hacerse con la bomba atómica. El conflicto con la India convierten a la zona en la "más peligrosa del mundo", y no es descartable una guerra nuclear entre India y Pakistán.
Italia: en el referéndum de noviembre de 1987 se decidió abandonar la energía nuclear, cerrando las centrales en funcionamiento o en construcción, como Garigliano (150 MW), Latina (153 MW), Trino (260) y Caorso (860 MW).
Austria: en 1986 se decidió clausurar definitivamente la central nuclear de Zwentendorf.
LAS CENTRALES ESPAÑOLAS A SALVO DEL SÓNDROME DE CHERNÓBIL
Por Raúl de Mora Jiménez Foro de la Industria Nuclear Española
El accidente de la central nuclear de Chernóbil nunca se podrá producir en las centrales españolas, por los siguientes motivos:
1. Las centrales nucleares españolas se basan en el concepto de seguridad a ultranza, usando las barreras físicas interpuestas al escape de la radiación o productos radiactivos. La cuarta barrera1, edificio de contención, no existente en reactores similares al de Chernóbil, hubiera sido capaz de retener toda la energía liberada en el accidente, así como los productos radiactivos. En el caso de que Chernóbil hubiera tenido una barrera de estas características, el accidente se hubiera producido sin liberación de productos al exterior.
2. No existe ninguna central nuclear española con diseño similar a Chernóbil. Este diseño fue desechado por los países occidentales por los problemas de seguridad y control que presentaba. Además, tiene coeficientes de reactividad del moderador y refrigerante positivos, lo que puede provocar un aumento incontrolado de la potencia del reactor.
3. La seguridad intrínseca de los reactores nucleares españoles es tal que los coeficientes de reactividad son siempre negativos, es decir, nunca se podrá producir un aumento incontrolado de la potencia del reactor. Por tanto, ante condiciones extremas de seguridad, nunca se podría producir un accidente de reactividad.
4. Las centrales nucleares españolas, como las del resto de países de nuestro entorno social y económico, están sometidas a un exhaustivo y continuo control público por parte de organismos reguladores independientes. En España, este control es ejercido por el Consejo de Seguridad Nuclear. El accidente de Chernóbil se debió, entre otras causas, a la carencia de una "cultura de seguridad", derivada de la falta de un régimen político y social democrático en la Unión Soviética.