PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
REPORTAJE, FOTOGALERÍA Y VÍDEO-VISITA
ENCHARCADOS, VISITA GUIADA A LA CHARCA DE SUÁREZ
En época de reproducción, el humedal de la licalidad de Motril no mantiene sus puertas abiertas. Para visitarlo es necesario formar parte de las visitas guiadas (gratuitas) que se organizan cada día.
La mejor forma de conocer y disfrutar de la biodiversidad de esta reserva natural del sureste de Andalucía
La época de cría en el humedal de la vega de Motril muestra la gran riqueza biológica de un espacio protegido convertido en un nuevo activo económico para la costa granadina
Por JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE / IDEAL - Waste Magazine
Cada día son más. Todo el que se sumerge en el interior del humedal de la Charca de Suárez, en pleno corazón de la vega motrileña, entre la playa de Poniente y Playa Granada, acaba formando parte del grupo de los ‘encharcados’, aquellos que se han quedado prendados ante la impresionante explosión de biodiversidad, de la gran cantidad de especies de aves que han convertido este espacio natural en su lugar de invernada, veraneo, e incluso para reproducirse y críar a su descendencia. (...)
VÍDEO * 'ENCHARCADOS' VÍDEO-VISITA GUIADA A LA CHARCA DE SUÁREZ
VÍDEO: MERCHE S. CALLE Y J. E. GÓMEZ
(...) Desde el inicio de la primavera, los técnicos de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Motril, encargados de este espacio, tienen un cuidado extremo con lo que ocurre en el interior de la Charca. La reproducción, nidificación y cría, necesita de la máxima tranquilidad, por lo que las puertas se cierran y solo se puede entrar en grupos y englobados en visitas guiadas. Pero es también el mejor momento para conocer a sus habitantes y las características de un territorio protegido que posee la calificación de Reserva Natural y que a pesar de estar tan cerca de la ciudad de Motril, sus urbanizaciones, e incluso de la capital de la provincia de Granada es uno de los grandes desconocidos.
«Puede venir todo el que lo desee, y dentro de nuestros horarios, haremos un recorrido de aproximadamente un kilómetro y medio entre la vegetación, charcas , lagunas y observatorios de aves», dice Manuel Mañani, biólogo y técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Motril, que recibe a las personas que llegan a la Charca con una petición. «Silencio y cuidado para no molestar a los animales, a las aves, que aquí están libres, vienen y se van a su antojo, porque este lugar concentra una serie de ecosistemas que les permiten vivir, incluso reproducirse», dice y apostilla que «veremos los primeros patitos recién nacidos, zampullines, fochas, gallinetas, garzas y cormoranes, y seguramente otros recién llegados de sus largas migraciones».
La Charca tiene una extensión de 13,8 hectáreas en las que se encuentra un espacio lagunar formado por tres cubetas principales, cada una de ellas con diferentes profundidades, lo que favorece la presencia de aves buceadoras, que necesitan más cantidad de agua, otras que prefieren aguas muy superficiales, e incluso las que les basta con una fina capa líquida. «Recientemente hemos iniciado la recuperación de otra charca de aguas muy someras y orillas, que atraen ya a aves limícolas», cuenta Mañani a un grupo formado por familias de Motril que decidieron conocer el interior de un espacio «que siempre habíamos visto por fuera, que sabíamos que estaba aquí, pero en el que nunca habíamos entrado», dice José Rojas que junto a familiares y amigos, realizaban la visita guiada de un sábado por la mañana y «nunca pensamos que era así. Impresiona ver a los grandes cormoranes, a los pequeños recién nacidos...». Este enclave fue incluido en el catálogo de Humedales de Andalucía en el año 2007 y declarada como Reserva Natural Concertada en 2009. El Ayuntamiento de Motril aceptó las peticiones de grupos de naturalistas que, encabezados por la Asociación Ecologista Buxus, lucharon para que el avance de las urbanizaciones en la costa granadina no afectase a este espacio, y que el municipio adquiriese los terrenos para poder acotarlos y convertirlos en lo que fueron antes de la industrialización, un paraíso para las aves en pleno delta del río Guadalfeo, y que con otros humedales, como los de Cabo de Gata, Roquetas y el Egido, la desembocadura del río Guadalhorce, en Málaga, Fuente de Piedra, la Bahía de Cádiz y Doñana, forman una línea perfecta que recorre el sur de Europa y garantiza la supervivencia de especies que, en su mayoría están catalogadas como en peligro de extinción, además de ser refugio para las migraciones de verano, invierno, prenupciales y postnupciales.
200 especies
Los censos y anillamientos realizados en este espacio natural han llegado a catalogar más de 200 especies, de las que 27 están incluidas en el Libro Rojo de los Vertebrados amenazados de Andalucía y de España. Desde que la Charca de Suárez posee un trabajo sistemático de mantenimiento y cuidados, se ha incrementado el número de especies que son avistadas cada año. «Influye de forma positiva la mejor calidad de las aguas, menor presión humana, una vegetación más adecuada, e incluso se han regenerado ecosistemas que casi habían desaparecido», dicen los técnicos de la Charca. «Este año, por ejemplo, se han visto más cantidad de patos cuchara, una anátida muy difícil de ver, y cercetas, otra ave acuática de pequeño porte y vivos colores», además de hacerse casi permanente la presencia de ejemplares del precioso y pequeño pájaro azul y anaranjado, Martín pescador, que encuentra peces para poder alimentarse en la laguna grande, donde se le puede oír y observar a la caída de la tarde. «Ver a esta especie, Alcedo atthis, es todo un lujo para los sentidos, y en esta época en la que hay alevines de gambusia (pequeños peces de laguna), se le ve con cierta facilidad». También ha llamado la atención de los especialistas la llegada de moritos, unas aves procedentes del norte de áfrica que suelen anidar en grupos de centenares de individuos en las marismas de Doñana, pero que no se habían visto en Motril. Los cinco ejemplares que llegaron a mediados del invierno, se han quedado y se mantienen en este espacio, donde también se ha detectado la presencia de agachadizas, e incluso de agujas colinegras, además de una gran variedad de gaviotas y las grandes y vistosas garzas imperiales, habitantes anuales de los carrizales de Doñana y la desembocadura del Guadalquivir.
Los visitantes de la Charca de Suárez aprenden que las aves son útiles para el hombre, que la vieja creencia de que las lagunas son solo un reducto de ratas y mosquitos, como decían los motrileños hace décadas, «es una de las grandes mentiras con las que el hombre ha tratado a la naturaleza», cuenta Manuel Mañani a los visitantes. «Desde que la Charca está mejor y cuidada, hay menos mosquitos, y la razón es muy simple, los pájaros insectívoros, carriceros, mosquiteros, lavanderas, bisbitas, golondrinas, comen insectos, muchos insectos», y otras aves se alimentan de roedores, reptiles, anfibios... Todo ello supone un importante beneficio para el hombre. «Por eso os voy a pedir algo especial. No comáis nunca pajarillos fritos, primero porque está prohibido y es un delito, y después porque estaréis acabando con el mejor insecticida natural, además de que son todo huesos», dice Manuel Mañani, junto a un panel en que se muestran fotografías de las especies más comunes en el humedal. En ese momento suena un canto entre el cañaveral. «Un sonido largo, una pausa, y otro corto... una pausa, y otra vez», alerta el técnico, que explica que se trata de «un ruiseñor común, es la primera vez que se oye este año. Acaba de llegar al humedal. ¿Y ese otro? Es un carbonero. Tiene veinte cantos distintos». Los chavales se quedan prendados e intentan repetir el sonido.
Los trabajos que se realizan para el mantenimiento de la Charca de Suárez, intentan conseguir un sistema sostenible de utilización de recursos. Mañani explica que para construir las vallas vegetales que separan las lagunas de los caminos, se emplean cañas que crecen junto al camino. «Se controla su crecimiento y sirven para los parapetos», y así con casi todo lo que crece en el interior del humedal, «se intenta reutilizar».
La Charca, cuenta con el trabajo de voluntarios para tareas de limpieza y adecuación de hábitats, con la Asociación Ecologista Buxus, y que son dinamizados por otro de los técnicos de la Charca, enamorado de su trabajo y uno de los pioneros en la defensa de este espacio natural, José Larios.
Un grupo de martinetes despide a los visitantes entre los álamos y sauces. «Desde hoy la vega de Motril tiene otro significado para nosotros», dicen.
Los niños hacen una pregunta a sus padres: ¿Cuándo vendremos otra vez?
Calamón entre la vegetación
«Ornitólogos de todo el mundo pasan días en Motril para observar especies »
La Charca de Suárez se ha convertido en un referente para ornitólogos y aficionados de todo el mundo. Hasta la playa de Poniente llegan grupo de personas atraídos por la posibilidad de observar, de cerca, especies que no son fáciles de ver en otros puntos del continente. «Un día llegó un ornitólogo inglés al que habían comentado que aquí podría ver ejemplares de Calamón. Era su máximo interés», dice Manuel Mañani, que comenta que ese ornitólogo con su pareja se quedaron durante una semana en el hotel situado junto a la Charca, comieron y vivieron en Motril, con el único objetivo de observar y fotografiar aves en el humedal. Otros llegan atraídos por el comentario, cada vez más generalizado, de que en Motril es más fácil fotografiar especies que han buscado en otros humedales tan importantes como Doñana y Fuente de Piedra, y no han logrado observar lo suficientemente cerca.
La presencia de especies que se encuentran en peligro de extinción y otros grados de amenaza, como la Malvasía cabecinegra, atraen también a científicos y periodistas especializados. Durante gran parte del invierno, la playa de Poniente está prácticamente desierta. Los bloques de viviendas están vacíos, pero en el principal hotel de la zona y en los pocos restaurantes que se quedan abiertos, hay un chorreillo constante de personas que tienen como objetivo visitar la Charca. «También vienen grupos de profesionales, como por ejemplo maestros, que incluyen la visita como parte de cursos de formación». Sin dura, se trata de un dinamizador económico del que nadie duda, como no lo hacen en municipios como Fuente de Piedra, o Daimiel, donde sus lagunas y humedales son la principal fuente de atracción turística. Motril, tiene muchos atractivos, pero la Charca de Suárez se ha convertido ya en uno de ellos, y especialmente apreciado por un turismo de calidad que busca tranquilidad, cultura y valores naturales.
Visitas guiadas en marzo y abril
Horarios
Puedes consultar los horarios en la web del Ayuntamiento de Motril,
en este enlace
BIODIVERSIDAD
Martinete
Guías de fauna y flora presente en la Charca de Suárez en Waste Magazine, consulta fichas con fotos y datos de las especies de aves, mamíferos, reptiles, vegetación y una amplia
TEMAS RELACIONADOS
Una serie de reportajes para mostrar la riqueza natural que nos rodea, sus ecosistemas y a sus singulares habitantes.
Granada y las tierras del sureste de Andalucía poseen la mayor diversidad biológica de Europa, parajes únicos para vivir en tiempos de estío