PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
PARQUE NATURAL SIERRA DE HUÉTOR
CERRO DEL PÚLPITO
EL PÚLPITO NACIÓ EN EL JURÁSICO
Grandes peñones calizos afloran entre los bosques y prados del
corazón de la Alfaguara
Es un territorio apreciado por científicos de todo el mundo por su
riqueza botánica, y paso obligado en las rutas para conocer la
sierra de Huétor
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Aparece como una surgencia rocosa entre el verde de los pinares y
cedros de repoblación. Es una afloración de materiales calizos que
tienen su origen en el jurásico, hace 160 millones de años, en la
época de los dinosaurios, cuando la tierra experimentó una serie
de movimientos que generaron pliegues en su superficie, y la
aparición de enormes rocas y peñones en terrenos que hasta ese
momento eran llanos o incluso grandes lagos. El cerro del Púlpito,
en la sierra de la Alfaguara es una de las fracturas de rocas que
se generaron en esta etapa de la historia de la Tierra y que hoy
se consideran territorios excepcionales por sus valores geológicos
y biológicos. (...)
(...) Está situado en un punto que puede considerarse como una
encrucijada de caminos, muy cerca de pistas forestales
transitables en coche y de fácil acceso a pie, y rodeado de
pequeños prados. En esos espacios, los cortados calizos del cerro
y sus alrededores, se desarrollan numerosas especies vegetales
exclusivas de estas sierras y del sur de la península. Francisco
Valle, catedrático de Botánica de la UGR indica que «la riqueza de
especies endémicas es elevada y se convierte en un verdadero
paraíso para botánicos y naturalistas. En pocos metros cuadrados
se pueden observar gran cantidad de especies que buscan
científicos de todo el mundo».
Entre Alfacar y las Mimbres
El cerro y los llanos del Púlpito se encuentran junto al carril
que comunica la Alfaguara, desde Alfacar, con Las Mimbres y
Pradonegro. Unos tres kilómetros después del desvío que se dirige
hacia el campamento de la Alfaguara, donde se acaba la carretera
asfaltada, hay un cruce de caminos. A la derecha baja hacia la
Fuente de la Teja (cortado con una cadena) y a la izquierda
continúa en un pequeño ascenso. Es el territorio en el que el
paisaje se abre hacia Sierra Nevada, al sur, y entre el camino y
los colosos nevadenses, el Púlpito.
Para llegar hasta el cerro, lo mejor es parar en la primera pista
que parte a la derecha del carril principal. Andando, recorrer el
camino que a modo de vereda discurre por una pequeña vaguada y
barranco poblada de retamas y vegetación mediterránea, con encinas
y algunos robles. Desde ahí se accede a un gran prado poblado de
enormes cedros y pinos silvestres, todos ellos fruto de
repoblaciones de hace medio siglo que se encuentran ya integradas
en el paisaje. Tras los grandes cedros, algunos de ellos con casi
10 metros de altura, el picacho del Púlpito, que se llama así por
la forma en que se recorta sobre el cielo y por dar la sensación
de que ha crecido por sí mismo y no forma parte de otra cadena
rocosa.
Convolvulus boissieri
El prado y las veredas que discurren hacia la base del cerro
forman parte del sendero del Collado del Sereno que recorre
gran parte del Parque Natural de la Sierra de Huétor, desde el
cortijo de los Peñoncillos, en la entrada al parque desde la A-92
y que bajo el Púlpito se dirige hacia el barranco de Polvorite, y
el mirador de las Minas. Son recorridos largos y que necesitan de
horas de caminar para completarlos, pero conocer el cerro y sus
prados no requiere más de media hora de paseo, y el tiempo que se
quiera emplear en su contemplación, tanto paisajística como de
observación biológica.
Vivir en las rocas
No es nada fácil crecer y vivir entre las rocas y grietas calizas.
Las especies vegetales tienen que adaptarse y adquirir
particularidades que llegan a convertirlas en exclusivas de las
zonas donde habitan. El cerro del Púlpito, formado por calizas muy
fragmentadas, posee multitud de pequeñas grietas que aprovechan
las plantas para introducir sus raíces y buscar algo de tierra y
humedad. Es un territorio calificado como tomillar dolomítico,
donde crecen especies como
Centaurea granatensis, un
endemismo de las sierras béticas, que parecida a un pequeño cardo
rastrero posee, como la mayoría de las especies que crecen en
estos hábitats, hojas gruesas y pilosas para recoger todo el agua
que pueden. Entre ellas, una planta que tapiza pequeños espacios
entre rocas con flores blanco-rosadas en forma de campanillas,
Convolvulus
boissieri, otro endemismo de las sierras béticas. Y otras de
flores rastreras amarillas similares a las retamas y que tapizan
grandes espacios en formas almohadilladas, como
Echinospartum
boissieri. Una planta específica de la región subbética. Las
encinas, que rodean este cerro, en los cortados y pendientes
crecen muy poco y se parecen a arbustos rastreros.
Y en los prados, la riqueza vegetal es exuberante en primavera, y
se mantienen algunas especies aún en flor en pleno verano. Encinas
dispersas entre las que crecen retamas, como la
Genista
cinerea, que tapiza de amarillo las laderas de las vaguadas,
en las que las plantas ruderales (de caminos) forman prados de
colores blancos y amarillos.
Junto a los bosquetes, en zonas más húmedas, crece una especie
endémica bética, Adonis vernalis, de brillantes flores compuestas,
amarillas y hojas verdes, que solo se puede ver en primavera y en
un corto periodo de tiempo.
Los invertebrados, especialmente insectos, y dentro de ellos, las
mariposas, son omnipresentes en el verano. Más de una veintena de
especies de lepidópteros pueden observarse en un único paseo, las
grandes
Argynnis adippe, los géneros
Melanargia,
Colias y Gonepteryx, hasta los pequeños licénidos de color
azul. Las grandes plantas con influorescencias, como las
atrapamoscas, se ven plagadas de hemípteros (como las chinches) y
coleópteros (escarabajos).
Plantas e insectos facilitan la vida a multitud de pájaros. El
cerro es hábitat de rapaces, y en los bosques viven arrendajos,
que nidifican y se reproducen en esa zona, y las aves forestales,
pequeños herrerillos, pinzones, carboneros, e incluso un ave que
ha incrementado su presencia en la sierras del sur, el trepador
azul.
Entre los grandes vertebrados, solo es posible ver cabras
montesas. La presencia de gato montés, zorros y garduñas
únicamente se puede constatar mediante sistemas de fototrampeo, o
por las huellas que dejan a su paso, como excrementos sobre
pequeñas plantas en el caso de los zorros.Si son fáciles de ver
las ardillas, que viven en los bosques de cedros y grandes pinos.
Si el recorrido hacia el cerro del Púlpito se quiere continuar por
la vereda que pasa bajo su base, se llega hasta el prado donde se
inicia la subida al mirador de las minas, que también es el carril
entre la Alfaguara y las Mimbres, y que en dirección Alfacar,
llevará hasta donde se inició el recorrido hacia el Púlpito.
Arrendajo
¿Cómo llegar?
Acceso: La mejor forma de llegar es a través de la carretera que
desde la A-92 se dirige a Alfacar y desde allí hasta Fuente
Grande, donde se toma la subida a Nívar y la sierra de la
Alfaguara.
Carril: Al terminar la calzada asfaltada el carril continúa hacia
Las Mimbres. Unos tres kilómetros después, seguir a la izquierda
hasta una pequeña subida desde donde se divisa el Púlpito al sur.
Un camino entre pinos parte a la derecha. Dejar el coche y empieza
el camino a pie. Solo unos 500 metros de vereda llegan a los
prados y a la base del cerro.
Desde las Mimbres: Para llegar en sentido contrario hay que entrar
desde la A-92 hacia Las Mimbres y tomar la vía hacia Alfacar.
Coordenadas: La vereda está en: 37º16'36,63''N - 3º30'15,43''O.
Cerro del Pulpito: 37º16'18,68''N - 3º30'8,32''O
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
FLORA
Berberis hispanica
Bryonia dioica
Carduncellus hispanicus
subsp. araneosus (Cardo cabrero)
Cedrus atlantica
Centaurea ornata (Cabeza de espinas,
abrepuños)
Centaurea triumfetti
subsp. lingulata
Centranthus macrosiphon (Valeriana mayor)
Cirsium pyrenaicum
Crataegus monogyna
Crupina crupinastrum
Cytisus scoparius
Dianthus hispanicus
Filago nevadensis
Cytisus scoparius
Genista cinerea
(Hiniesta)
Lathyrus filiformis
Linaria verticillata
Paronychia aretioides
Pinus pinaster
Pinus sylvestris
Pistacia terebinthus
(Cornicabra)
Ptilostemon hispanicus (Cardo
perruno)
Quercus rotundifolia (Encina)
Rhamnus myrtifolia
Rosa canina
Rosa
pimpinellifolia
Rosa pouzonii
Scolymus hispanicus
Scrophularia canina
(Escrofularia menor)
Sisymbrium crassifolium
Teucrium webbianum
Thymus mastichina
Velezia rigida
Verbascum giganteum
FAUNA
Mariposas
Argynnis adippe * Adipe
Colias alfacariensis * Colias de Berjer
Colias croceus * Amarilla
Gonepteryx cleopatra * Cleopatra
Hyponephele lupinus * Lobito anillado
Lycaena phlaeas * Manto bicolor
Melanargia lachesis * Medioluto ibérica
Melitaea phoebe * Doncella de la centaurea
Ochlodes sylvanus
Pyronia cecilia * Lobito meridional, Lobito jaspeado
Sayrium esculi * Querquera
Thymelicus sylvestris * Dorada línea larga
Otros insectos
Anthaxia hungarica
Carpocoris fuscispinus
(Chinche mediterránea, Chinche de las semillas)
Chrysanthia viridissima
Coccinella
septempunctata subsp septempunctata
Dolycoris baccarum
Enicopus (Enicopus)
pilosus
Graphosoma lineatum (Chinche
rayada)
Heliotaurus ruficollis
(Heliotauro de cuello rojo)
Nemoptera
bipennis
Mylabris (Mylabris)
quadripunctata
Trichodes leucopsideus
(Escarabajo ajedrezado)
Argynnis adippe * Adipe
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