PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
Castillo de Huarea
El ‘tesoro’ oculto del delta
Las tierras de aluvión de las ramblas de la Contraviesa son
colonizadas por un tapiz de plástico impide la evacuación de
avenidas y facilita el avance del mar
En el límite oriental de Granada, el castillo de Huarea mira hacia
un territorio modificado en sólo medio siglo y que aún conserva
sorpresas históricas y naturales
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Las arenas, gravas y limos que desde el inicio del Cuaternario
sedimentaron los caminos del agua hacia el mar en las ramblas de
Huarea y Albuñol, hasta formar uno de los principales deltas del
litoral oriental andaluz, ocultan las piedras del que fue una de
las principales fortalezas defensivas prenazaríes de la costa
granadina. El castillo de Huarea no se puede ver, está sepultado
bajo capas de tierra depositada sobre sus estructuras por el
efecto de la erosión en las laderas de rocas carbonatadas de la
Contraviesa, que durante decenas de milenios se han desplazado por
barrancos y arroyos hasta crear ramblas que al llegar al mar se
abren en forma de abanico y despliegan sus materiales al
encontrarse con la fuerza de las olas. Fue en este delta, que
sirve de límite geográfico entre las provincias de Granada y
Almería, donde los primeros pobladores árabes de al-Andalus, en
los siglos IX y X, construyeron una primitiva fortaleza sobre
posibles restos de otros baluartes defensivos romanos y visigodos.
Esa fortificación desconocida, de la que no existen datos fiables,
solo referencias en algunos documentos del siglo XV, ha puesto
nombre a la cortijada conocida como Castillo de Huarea, que
depende del municipio de Albuñol. (...)
(...)Sobre el cauce central de la rambla y las casas de este
núcleo de población aún queda una torre defensiva que se supone
parte de aquel castillo y que fue recuperada en el siglo XVIII
como elemento de vigilancia y defensa de la costa sur peninsular,
una construcción de vigilancia que recoge Rafael Jiménez en el
libro ‘Faros y Torres de la Costa de Granada’ y reseña Antonio
Malpica en ‘Poblamiento y castillos en Granada’ .
Es el único vestigio que aún queda de la historia milenaria de
este enclave natural de la provincia, que ha sufrido una de las
mayores y más rápidas alteraciones en su imagen y ecosistemas. En
menos de medio siglo, y especialmente desde el año 1973 tras la
riada que asoló esta zona del litoral y provocó el aumento
considerable de la lengua de tierra de las ramblas de Albuñol y
Huarea, la superficie del delta, de aproximadamente tres
kilómetros cuadrados, ha desaparecido a la vista. En su lugar se
extiende un tapiz de plástico, una sucesión de invernaderos que
solo es interrumpida por las edificaciones de casas y empresas o
la existencia de acantilados de roca que caen directamente sobre
el mar e impiden la construcción de nuevas terrazas para cultivos
intensivos. La torre de Huarea, bajo la que se extendían cultivos
tradicionales considerados de primor, ha sido testigo de un cambio
que se ha reproducido en todos y cada uno de los deltas de la
costa mediterránea andaluza, desde Carchuna hasta Castell,
Albuñol, Huarea, Adra, El Ejido y toda la costa occidental
almeriense.
Es un nuevo paisaje, una imagen formada por instalaciones
temporales que crecieron como fórmula para ayudar a las familias
afectadas por la riada del 73 y se ha convertido en permanente a
pesar de que la ocupación de los deltas aumenta el riesgo de
catástrofe por avenidas de aguas desde el interior y facilita la
entrada del mar, que con el efecto del cambio climático crecerá
irremediablemente en los próximos años, ya que no se producen
aportes de sedimentos desde las ramblas que actúen de parapeto al
empuje de las mareas.
En un territorio reconvertido, aparentemente inhóspito, aún hay
elementos que demuestran el imperio de la naturaleza. La rambla
que discurre bajo la torre de Huarea hasta llegar al mar es un
espacio donde crece una variada vegetación ribereña y
subdesértica, especializada en zonas semiáridas, con adelfas,
esparragueras, alcaparras, y plantas típicas de cortados arenosos
como alhucemilla, bolinas e incluso juncos y bolagas, además de
eucalíptos de repoblación, cañaverales que a pesar de ser una
especie invasora ya forma parte de un paisaje en el que se mezclan
las aves de roquedos con las marinas y las especies oportunistas
asociadas a los núcleos humanos y agrícolas, como gorriones y
vencejos. Un territorio árido en el que es posible ver una
mariposa amenazada de extinción,
Colotis evagore, que
vuela junto a las piedras de la vieja torre.
En la desembocadura, bajo el mar, la proliferación de algas verdes
producto de la mayor contaminación de las aguas no ha impedido aún
la supervivencia de praderas de posidonias y que miles de peces y
especies marinas vivan a expensas de los aportes que aunque sean
mínimos, aún realiza el último delta de Granada.. .
Capparis spinosa
¿Dónde está?
_Costa oriental:_ Al este de la pedanía de El Pozuelo, en el
límite entre Granada y Almería, bajo los puentes de la A-7, se
extiende el delta de Albuñol y de Huarea.
¿Cómo ir?
_A la torre:_ Por la carretera N-340, tras pasar los puentes, bajo
un mirador con zona de restaurantes.
_Coordenadas:_ La torre se sitúa en el punto
36°45’1.77N 3° 8’30.13W. La desembocadura del delta
está al este de la playa de El Pozuelo.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Lavandula multifida
FLORA
Arundo donax
Asparagus albus
(Esparragos trigueros)
Asteriscus
maritimus
Atriplex
halimus
Capparis spinosa
(Alcaparra)
Dittrichia viscosa
Eucaliptus camaldulensis
Fagonia cretica
Ficus
carica (Higuera)
Foeniculum vulgare (Hinojo)
Genista umbellata (Bolina)
Glaucium flavum
Lavandula multifida (Alhucemilla)
Lycium
intrincatum
Maytenus senegalensis (Arto)
Nerium oleander (Adelfa)
Moricandia
moricandioides
Nicotiana glauca
Opuntia- ficus-indica
(Chumbera)
Papaver hybridum (Amapola meztiza)
Patellifolia patellaris
Phragmites australis (carrizo)
Pinus pinaster
Reichardia tingitana
(Lechuguino)
Ricinus communis (Ricino)
Rumex induratus
Sonchus tenerrinus
Papaver hybridum
Colotis evagore
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