PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
CANAL DE LOS FRANCESES
EL ACUEDUCTO FRANCÉS
Una obra de ingeniería hidráulica salva el barranco de Dúdar para
llevar agua desde el río Aguas Blancas hacia Granada
Agua para las minas de oro de Granada, bajo la colina de la
Alhambra
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE

De fábrica decimonónica, formó parte del Canal de los
Franceses y 130 años después aún oculta la belleza de sus arcos
entre hiedras y zarzas
Le llaman el Puente de Línea. Los vecinos de Dúdar saben que
junto al pequeño cementerio de la localidad, se encuentra una
parte fundamental de la historia del agua y la minería granadinas.
Es uno de los acueductos que sirvieron para salvar barrancos y
permitir que circulase desde las captaciones realizadas en los
ríos, hasta aljibes, albercas, lavaderos de mineral, e incluso que
aún se utilicen para el consumo de la ciudad. Una obra de
ingeniería hidráulica que levantaron especialistas franceses a
final del siglo XIX con la intención de llevar agua hasta las
minas de oro que, mucho antes, romanos y árabes explotaron sobre
Cenes de la Vega, en las formaciones geológicas de conglomerados
depositados allí desde hace ocho millones de años. (...)
(...) Es un gran puente con
dos arcadas que alza su majestuosa presencia sobre el reducido
caudal del barranco de Fiñana (también llamado de Dúdar). Una
imagen desconocida, que solo puede observarse desde el cauce de la
barranquera y que ofrece una extraña dimensión a una obra con 130
años de vida y que aún mantiene el paso del agua por su interior
camino de Granada.
En invierno, las hiedras cubren de color verde las piedras que
forman el acueducto. Las zarzamoras, secas, se enredan entre los
pilares que sustentan los arcos de la extraña estructura que ya
forma parte intrínseca del paisaje. Ciclistas y senderistas están
acostumbrados a verla desde lejos cuando realizan la ruta entre el
Cerro del Sol y Quéntar, y circulan junto a una parte del viejo
canal, pero el acueducto de Línea no está en el sendero, hay que
acercarse expresamente para disfrutar de su visión, e incluso para
poder cruzar por encima de él y utilizarlo como puente entre las
dos laderas del barranco.
Muy cerca
No es necesario hacer grandes esfuerzos para descubrirlo. Solo hay
que recorrer 400 metros desde el centro de la localidad de Dúdar
hasta donde se encuentra el acueducto. Un trayecto que puede
hacerse en coche pero que es recomendable realizar a pie por lo
estrecho de su calzada. Es el camino del cementerio, que parte
desde la carretera de Quéntar y asciende hacia los terrenos
arcillosos típicos del paisaje geológico de esa zona, y que posee
una denominación científica propia: ‘Conglomerados Dúdar-Pinos
Genil’. Pocos metros después de abandonar el pueblo, a la derecha,
se pueden ver, entre la vegetación, los arcos del Puente de Línea
entre las dos laderas que forman la depresión que tenía que salvar
el canal. Unos metros antes de la puerta del cementerio, una
vereda bordea un olivar para bajar hasta el cauce del barranco.
Entre sauces y zarzales, se alza el puente, que tiene unos 30
metros de longitud y algo más de diez de altura.
Otra forma de llegar es unos metros más allá del cementerio, donde
otra vereda baja hacia el puente y enlaza con su calzada superior,
donde se situaba la cubeta por la que pasaba el agua y que ahora
está cubierta de tierra y esconde tuberías en su interior. Es
posible cruzar el acueducto como si de un puente real se tratase.
En el otro extremo, la vereda baja pegada a la ladera para llegar
al cauce del barranco.
Las torres del canal del oro
Pasar bajo los arcos, en los que la luz siempre es rasante,
ya sea por la mañana o por la tarde, es un viaje en el tiempo, a
la década de 1880, cuando el ingeniero de minas francés, Edmond
Guillemin-Tarayre, construyó el Canal de los Franceses, con el
objetivo de llevar agua desde el río Aguas Blancas, (de una
captación que fue cubierta por el actual pantano) hasta las minas
de oro de su compatriota, Adolphe Goupil, situadas en Cenes de la
Vega. Necesitaban agua para deshacer el conglomerado arcilloso de
la montaña y extraer oro.
Guillemin-Tarayre, utilizó el sistema de sifón y vasos
comunicantes para hacer que el agua bajase más de 100 metros
hacia el barranco donde construyó el acueducto y luego subiese
otro tanto para continuar su camino por el canal, que muestra
aún las torres que sostenían la canalización,
solitarias, sobre los montes de Dúdar en dirección hacia el
cerro del Sol. Abajo, el puente centenario cuenta su historia a
quien camina bajo sus arcos.
¿Cómo llegar?
El acueducto francés en un
mapa más grande Ver mapa más grande
¿Dónde?: En Dúdar, en el
barranco de Fiñana, situado junto al cementerio.
Acceso: Desde el pueblo parte un carril que asciende hasta el
camposanto. Una vereda, a la derecha, baja hacia el cauce.
Más allá del cementerio, otra vereda, lleva a la parte superior
del acueducto. El puente se ve claramente poco después de salir
del pueblo. Solo son 400 metros de recorrido.
Coordenadas: En Dúdar, inicio del camino en
37°11’10.95” N - 3°29’3.33” O.
El puente de Línea o el acueducto de los Franceses está en
37°11’20.56” N - 3°29’13.01” O.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Puente de linea
Flora
Antirrhinum hispanicum (Conejitos de
roca)
Coriaria myrtifolia
(Emborrachacabras)
Daphne gnidium
(Torvisco)
Dorycnium
rectum (Unciana)
Equisetum
ramosissimum (Cola de caballo)
Hedera helix
(Hiedra)
Mentha suaveolens (Mastranzo)
Olea europaea (Olivo)
Populus nigra
Ptilostemon
hispanicus
Retama sphaerocarpa
Rosmarinus officinalis (Romero)
Rubus ulmifolius
(zarzamora)
Salix fragilis
(Mimbrera)
Scirpoides
holoschoenus (Junco)
Spartium
junceum (Retama de olor)
Stipa tenacissima (Esparto)
Ulex parviflorus (Aulaga)
Salix fragilis
Aulaga
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