PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
CUANDO A MOTRIL LLEGADA EL 'CABLE'
Los restos del teleférico que unió Granada con la Costa aún
resisten ocultos entre la vegetación de espacios naturales
Junto a Tablate, Rules y la Gorgoracha, esperan el reconocimiento
de haber sido el primer medio de transporte ecológico entre el
puerto y la ciudad, y el tren aéreo más largo de la península
Ibérica
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Al extremo oeste del puerto de Motril, a poniente, le han llamado
siempre la playa del cable, una denominación que responde a que
era el punto al que llegaban las vagonetas del único ferrocarril
aéreo público de la historia de España, un teleférico que se
convirtió durante 25 años en el principal eje de comunicaciones
entre la ciudad y la costa, un ‘tren’ de mercancías en el que era
posible llegar desde Granada a Motril en seis horas y media de
viaje. Un medio de transporte ecológico que algunos se atreven a
soñar para el siglo XXI y que ya fue una realidad en la primera
mitad del XX. (...)
(...) Entre la vegetación de pinar y monte bajo de la sierra de
Lújar, sobre la presa de Rules, dos grandes tocones de hierro,
viejos railes ya oxidados, sobresalen sobre una plataforma de
piedra y cemento. Marcan la dirección por la que se desplazaba un
larguísimo cable de acero de casi 40 kilómetros de largo y que
comenzaba en Dúrcal para llegar al puerto de Motril y volver de
nuevo a su punto de partida. Desde esos dos viejos testigos del
único teleférico granadino, se divisa la línea serpenteante de la
autovía de la Costa. Dos sistemas de comunicación separados por
menos de medio centenar de años.
No es fácil encontrar los restos de la que fue una de las grandes
obras de ingeniería ferroviaria de los años treinta. «El valor
económico del metal y los elementos conductores de electricidad,
provocaron el desmantelamiento casi total de las instalaciones del
cable de Motril, pero a pesar de ello, todavía podemos contemplar
restos de estaciones, puntos de paso de vagonetas, e incluso
edificaciones que se utilizaban para el traspaso de mercancías y
también centrales de transformación eléctrica», afirma el
presidente de la Asociación Granadina de Amigos del Ferrocarril,
Carlos Peña Aguilera, que junto al tesorero de esa organización,
Francisco Manuel García-Montes, y el profesor de Ferrocarriles de
la Escuela Superior de Ingenieros de Caminos, Francisco Javier
Calvo Poyo, han localizado algunos de los vestigios más
significativos de lo que fue el ferrocarril aéreo granadino, y que
permanecen en lugares situados junto a las principales carreteras
actuales y pasan completamente desapercibidos a quienes circulan
junto a ellos.
Estación en el ramal de Lanjarón
Fue en 1924 cuando la Compañía de Tranvías Eléctricos de Granada
(TECSA), que funcionaba en la ciudad y parte del área
metropolitana desde 1903, decidió poner en marcha el teleférico
con la costa como primer paso a un ferrocarril convencional hacia
el puerto de Motril y aprovechar la salida natural al mar
desde el interior provincial, para la que se materializó el primer
tramo entre Granada y Dúrcal, inaugurado en 1924. Un año después
todo estaba en marcha, y en 1926 el cable aéreo hacia Motril era
una realidad con seis tramos que funcionó hasta el año 1950, fecha
en la que se cerró por falta de rentabilidad económica.
El viaje en cable desde Granada a la costa se realizaba en dos
tipos de transporte. Entre la capital y Dúrcal las mercancías
viajaban en tranvía eléctrico, que llegaba hasta la estación de
esta localidad tras circular por el que ahora se denomina ‘Puente
de Lata’. Allí, eran descargadas y pasaban a las vagonetas del
ferrocarril aéreo, que comenzaba su andadura suspendido de ese
larguísimo cable movido por grandes motores situados en diferentes
puntos del trayecto, en estaciones y secciones ubicadas en Dúrcal,
Tablate, Rules, la Gorgoracha y la azucarera del Pilar de Motril,
para terminar en la playa de poniente.
En la carretera hacia Lanjarón, a unos doscientos metros después
del puente de Tablate, una construcción semiderruida es lo que
queda de la primera de las estaciones de lo que ingenieros
ingleses de la época bautizaron como ‘ Railes in the wind: Dúrcal
-Motril’. «Desde este punto, en el que todavía se encuentran parte
de los pilares de hierro que sustentaban el cable, la línea
comenzaba un recorrido que tenía que salvar enormes dificultades
orográficas y larguísimos vanos sin posibilidad de pilares
intermedios», afirma el profesor Calvo Poyo. A una velocidad de
algo más de seis kilómetros por hora, el trayecto entre Dúrcal y
el puerto de Motril era lento, pero más seguro que circular por
las carreteras de la época y similar en cuanto a duración.
El cable recorría 33,4 kilómetros en 5,5 horas a las que había que
sumar dos horas de manipulación de la mercancía en Granada, otra
hora de manejo en Dúrcal y otra más del viaje en tranvía entre la
capital y el inicio del cable», afirma Francisco Javier Calvo.La
estación de Tablate comunicaba con la de Rules, que unos años
después se convirtió en el punto de confluencia de toda la red de
teleféricos mineros que desde Órgiva y la sierra de Lújar, con las
minas del Conjuro, hacían llegar sus vagonetas hasta el puerto
motrileño. En la carretera entre Vélez de Benaudalla y Órgiva, se
encuentra una gran construcción abandonada, con grandes túneles y
hangares que era el lugar donde confluían los cables antes de
enlazar con la estación central de Rules, de la que solo quedan
vestigios de pilares de hierro y los huecos que a modo de silos
servían para cargar y descargar las vagonetas. Desde allí, el
cable continuaba su lento periplo hacia la Gorgoracha, donde aún
hay elementos del viejo ferrocarril aéreo junto al túnel de la
primitiva carretera de la costa.
En la playa
Luis Antelo, un empresario granadino, recuerda que el cable no
solo era una forma de transportar mercancías al puerto, sino que
también servía para llevar enseres a los veraneantes. «Mi padre,
durante los veranos, nos mandaba cosas desde Granada en el cable y
nosotros íbamos a recogerlas a la estación al lado del puerto».
Afirma que durante años, y hasta hace poco tiempo, en la que
llamaban la playa del cable, hubo un bar construido en la vieja
estación que mantenía algunos restos de los rotores y
elementos de una obra de ingeniería con título de novela de
ciencia ficción: ‘El tren aéreo hacia mar’.
En la zona donde se encuentran los restos del Cable de Durcal -
Motril podemos localizar una serie de interesante vegetación.
Cercana a la Alpujarra y Sierra de Lújar
El viaje.
De Granada a Dúrcal se hacía en tranvía hasta llegar a la estación
de esa localidad. Desde allí a Tablate (9,09 km), para seguir
hasta la Estación Central de Rules (6,8 km) con conexión de los
cables de Órgiva y el Conjuro. De allí a la Gorgoracha (11,3 km)
para seguir hasta la azucarera del Pilar en Motril (3,5 km) y
desde ese punto al puerto (2,6 km).
La línea
Funcionamiento: Se inauguró el 17 de abril de 1926 y estuvo
en explotación hasta 1948 y fue cancelado en 1953.
Recorrido: Salía desde Dúrcal para llegar a la playa de
poniente, con 34,5 kilómetros de recorrido, y 39 de longitud de
cable, fue el más largo de España.
Tiempo: El trayecto de las mercancías comenzaba en Granada
con dos horas de preparación. Seguía en tranvía hasta Dúrcal (una
hora) y 5,5 horas en llegar a Motril. El total era de 8,5 horas.
Transporte: El volumen transportado en la época de más
actividadd, era de algo más de 210 toneladas diarias de
mercancías.
Ecológico
Motores: El cable era movido por motores eléctricos de gran
potencia que obtenían la energía de centrales hidroeléctricas
situadas en puntos estratégicos donde saltos de agua generaban la
electricidad necesaria que era transformada en instalaciones
situadas en las estaciones principales.
Energía límpia: Este tipo de medio de transporte no
producía emisiones contaminantes, ya que su funcionamiento era
eléctrico, en contraste con el resto de sistemas de transporte de
la época, camiones con combustibles fósiles poco depurados.
Salto de Dúrcal: Fue el salto de agua de la estación
hidroeléctrica de Dúrcal construida para abastecer el tren aéreo.
Público: Fue el único ferrocarril aéreo de uso público que
funcionó en España, ya que el resto formaban parte de compañías
mineras.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Genista umbellata
FLORA
Ailanthus altissima
Andryala integrifolia
Anthyllis cytisoides (Albaida)
Antirrhinum
hispanicum (Rompepiedras)
Asparagus albus
Asparagus horridus
Asperula hirsuta
Aristolochia baetica
(Aristoloquia)
Artemisia barrelieri
Ballota hirsuta
Bituminaria bituminosa
(Trébol hediondo)
Capparis spinosa
(Alcaparra)
Carduus pycnocephalus
Centaurea aspera
Centaurea
sulphurea (escoba amarilla)
Centaurium barrelieri
Eruca vesicaria
Ferula communis subsp. catalaunica
(Cañabeja)
Ficus carica (Higuera)
Foeniculum vulgare
(Hinojo)
Genista umbellata
Helichrysum stoechas(Manzanilla
mala)
Mantisalca salmantica
Nerium oleander (Adelfa)
Phagnalon saxatile Manzanilla
yesquera
Pinus halepensis (Pino carrasco)
Pinus sylvestris (Pino silvestre)
Pistacia lentiscus
Quercus coccifera (Coscoja)
Retama sphaerocarpa
Rhamnus lyciodes
Rhamnus alaternus
Rosmarinus offcinalis
Rubia peregrina
Rubus ulmifolius (Zarzamora)
Ruta angustifolia (Ruda)
Scolymus hispanicus
Sedum sediforme
Silene vulgaris
Teucrium lusitanicum
Thymelaea
hirsuta (Bolaga)
Thymus longifolius
Tymbra capitata
Verbascum sinuatum
Truxalis nasuta, el saltamontes narigudo, un insecto
habitual de estos parajes
Canthophorus melanopterus
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Una serie de reportajes para mostrar la riqueza natural
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habitantes.
Granada y las tierras del sureste de Andalucía poseen la
mayor diversidad biológica de Europa, parajes únicos para
vivir en tiempos de estío