· Luchar por la conservación
y supervivencia de las especies, sin importar su belleza o porte es, ni
más ni menos, pelear por nuestro presente y futuro. Es una tarea
monumental que persigue la propia supervivencia del ser humano.
· "Bloque ballenero", mientras hace cuatro
años eran nueve los países a favor de la caza comercial de
ballenas, este año fueron 27, de los 57 miembros del Comité
Ballenero Internacional (CBI). En la votación para reanudar la pesca
comercial de las ballenas votaron 24 a favor y con la opinión contraria
de 29 Estados, el número mas elevado de las últimas décadas.
En la ciudad italiana de Sorrento (Italia) en julio
del 2004 se celebro la quincuagésima sexta Reunión anual
de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Países de todo
el mundo debatieron cuestiones fundamentales para la conservación
y recuperación de las poblaciones de ballenas, muchas de ellas
amenazadas de extinción tras la herencia que dejá más
de un siglo de caza comercial de ballenas, pero sólo en 1925, cuando
casi todas las especies de grandes cetáceos estaban al borde de
la extinción, se comenzo a hacer esfuerzos para salvarlas mediante
regulación internacionales.
La caza de ballenas data de al menos los
comienzos de 1600, fue una actividad pesquera importante y, dada la tecnología
de cada época intensiva. Si bien se afirma que ninguna especie de
ballena ha sido extinguida por el hombre, no es menos cierto que la historia
de la industria ballenera se caracterizo por el agotamiento recurrentes
de las reservas de diferentes especies. A comienzos del siglo pasado se
registraron casos de poblaciones reducidas a muy pocos individuos. Se trataron
de especies de fácil captura tales como la ballena de Groenlandia
(Balaena mysticetus) y en particular el rorcual
de aleta blanca (Balenoptera acutorostrata). El avance tecnológico
tanto de las artes de pesca como de navegación permitió ampliar
el radio de las capturas e intensificarlas. La captura de especies lentas
y costeras se extendío a la de especies veloces en mar abierto y
en la Antártica. La caza intensiva del rorcual azul, que alcanzó
su máximo en 1930 con la captura de 29.490 individuos, redujo la
reserva a niveles inferiores al de sustentabiliad. Ello provocó
la caída de sus capturas a unos 5.000 individuos en 1940. A comienzos
del siglo pasado la población de rorcual azul , intensamente capturado
en el Pacífico norte, se calculaba en 5.000 individuos, su protección
data de 1966, pese a lo cual en 1972 su población era de unos 1.500
individuos, que equivalía a 65 por ciento de máxima captura
sostenible estimada. Algo similar ocurre con las reservas del Atlántico
norte cuya protección data de 1955 y 1960 (Islandía). Su
reserva inicial se estimaba en algo más de 1.100 individuos, de
los cuales actualmente existen unos pocos centenares. En el hemisferio
sur la reserva de rorcual azul, prácticamente sin explotar, era
a comienzos del siglo pasado del orden de 200.000 individuos. Su captura
intensiva entre 1920 y 1955 la redujo a menos de 1.000l en 1964; en 1965
se prohibió su caza; a comienzos de los ochenta la reserva era de
7.000 a 8.000 ejemplares. En la actualidad la reserva es de unos 9.000
individuos.
.

.
Con la desaparición de las grandes ballenas
motivó la caza de especies más pequeñas, tales como
la ballena boreal o rorcual del norte (Balaenoptera borealis) y la ballena
jorobada o jibarta (Megatera noval angliae). La primera que alcanza 23
tonelada de peso por 12 a 18 metros de longitud, redujo su población
en 33 por ciento en sólo 3 años (1963-1967); la actual es
de unos 23.000 individuos frente a una reserva inicial de 45.000 a 50.000
a comienzos de los sesenta. A su vez la jibarta, que alcanza peso promedio
de 54 toneladas y 17 m de longitud, redujo su reserva de unos 100.000 individuos
antes del inicio de su caza, a una población actual estimada en
5.000. Está protegida desde 1966.
En los sesenta la industria ballenera intensifico
la captura de cachalote (Physeter macrocephalus), especie migratoria de
unos 60 t de peso por 20 m de largo. Se caracteriza por la distribución
de sus hembras e individuos jóvenes en aguas tropicales y subtropicales
de ambos hemisferios. Sus capturas alcanzaron un maximo en 1965, posteriormente
cayeron al disminuir la reserva. En el hemisferio sur se estimaba en 1946
una reserva de 257.000 machos y 330.000 hembras, que en 1972 se habían
reducido a 128.000 y 295.000 respectivamente.
La Comisión Ballenera Internacional (CBI)
es el único órgano reconocido por los países del orbe,
con autoridad para regular la caza de las ballenas. Desde un comienzo,
los paises miembros han estado divididos en dos bloques, el de los países
balleneros y el de los conservacionistas. Su creación en 1946 significó
una reacción ante el dramático retroceso poblacional experimentado
por los grandes mamíferos marinos, a causa de la caza abusiva. El
mayor éxito se alcanzo en 1986 al entrar en vigo una moratoria en
la caza de ballenas en todos los mares del planeta. Si bien se trata de
una veda transitoria y no siempre respetada, de cualquier manera significó
un alivio significativo a la depredación registrada en los dos hemisferios.
Además lanzó un mensaje muy positivo al mundo a favor de
la conservación de las especies subordinando la rentabilidad al
equilibrio de las poblaciones.
La Cumbre de la Tierra realizada en Río
de Janeiro en el año 1992, represento sin lugar a dudas un nuevo
hito histórico a favor del medio ambiente. Renació el Espíritu
para la Conservación del planeta y su gente, contemplando las futuras
generaciones al que llamaron: Desarrollo Sostenible. Los pueblos originarios
lo han aplicado sin saberlo desde antaño. Más sabios y pragmáticos
demostraron que es posible obtener bienestar económico, crecimiento
cultural y calidad de vida sin agredir a la naturaleza.
La ignorancia de la humanidad está poniendo
los océanos de nuestro planeta en peligro. Hemos creado este problema
debido a la falsa impresión que los océanos son infinitos
y estos deben disolver, absorber, purificar y que vuelva inocuo todo lo
que la humanidad produce.
El caso ballenero nos permite ilustrar las implicaciones
económicas y ecológicas de la explotación de recursos
renovables libre o públicos, en especial, ilustrar diferentes externalidades
negativas vinculadas con la sobrepesca, tales como: reducción de
reservas, agotamiento, caida de capturas, aumento de esfuerzo pesquero,
caida de rendimiento, aumento de costo etcétera.
La humanidad esta descubriendo de la peor manera
que los océanos no son infinitos ni muchos menos invulnerables.
Aparte del hombre, las ballenas son la única especie que aún
migra libremente por todos los océanos de este planeta y ocupan
un lugar importante en la estructura y el funcionamiento de los mares y
océanos. Gran parte de estos animales son el último eslabón
de las complejas cadenas alimenticias y en consecuencia pueden servir como
indicadores de la salud de todo un ecosistema. Además son los mamíferos
más grandes de la tierra y ciertamente los más misteriosos
e interesantes, ya que se ignoran muchas cosas acerca de ellos. Los problemas
alarmantes que enfrentan muchas poblaciones de ballenas delfines y marsopas
reflejan la gravedad de la crisis que enfrentan los océanos.
No sólo las especies y poblaciones tales como la ballena franca
en el Atlántico Norte, la Vaquita o la ballena gris en el Pacífico
Occidental se enfrenta a una posible extinción en este siglo, sino
tambien a las poblaciones de peces, (actualmente, más del 70 por
ciento de las poblaciones mundiales de peces están o cerca de la
sobreexplotación, sobreexplotados o en recuperación. Algunas
poblaciones de peces que se suponían inagotables como el bacalao
de Terranova, casi han desaparecido y no muestran signos de recuperación.
Por todo el mundo, los ecosistemas marinos se están degradando y
en algunos casos han sufrido grandes cambios que afectan a su funcionamiento.
Cada vez más los ciéntificos están
recomendando el establecimiento de reservas marinas, áreas donde
no estan permitidas las capturas, con el objetivo de reparar el daño
hecho durante decadas por la sobrepesca. Japón argumenta que es
necesario matar a más ballenas que hasta ahora para probar que son
ellos los responsables de la disminución de las reservas pesqueras.
Existen trabajos cientificos en los cuales no se encuentra indicios de
que se superpongan los caladeros y las zonas donde se alimentan las ballenas.
Estos mamíferos comen además fundamentalmente plancton, calamares
de aguas profundas y pequeños cangrejos.
Desde la perspectiva ecológica es interesante
explorar el efecto de la sobrecaptura sobre las relaciones entre especies
y sus alimentos. En la zona antártica, cinco especies de ballenas
y tres de focas, varias especies de aves marinas y especies ictiológicas
pelágicas así como algunos cefalópodos, compiten por
el mismo sustento: el krill (Euphausia superba). Según se a observado,
las poblaciones de krill han aumentado con la disminución
de las reservas de ballenas, lo que está siendo aprovechado
por los otros consumidores. Así algunas poblaciones de pingüinos
han aumentado notablemente. A su vez, la rarificación de las poblaciones
de algunas especies ha favorecido a una de ellas: el rorcual del norte,
éste, gracias a la mayor disponibilidad de alimento, revela mayores
tasas de crecimiento y de preñez y edades de maduración sexual
más tempranas. Ello plantea la interrogante de si este hecho no
dificulta la recuperación de las reservas agotadas de ballenas (
un fenómeno similar al de la sardina del Pacífico norte).
La inesperada abundancia de Krill ha despertado
también el apetito de otro predador: el ser humano, quien, ignorando
una de las causas de la repentina abundancia, esto es, la desaparición
de su mayor depredador , las ballenas, ha especulado sobre la explotación
comercial de krill, a decir de algunos un "enorme e inagotable" recurso
marino para la producción de proteína, tanto para consumo
humano directo como para consumo animal. Es obvio que cualquier captura
masiva de Krill desencadenará una serie de efectos en cadena, en
especies de mamíferos marinos, ictiológicos, de cefalópodos
y aves marinas, que en el hemisferio sur dependen de este alimento y carecen
de otro sustento de las mismas dimensiones y concentración.
Algunos expertos han observado que la conversión
de Krill en proteína para alimento animal implica una escasa eficiencia
energética, no sólo por los costos de captura relativamente
elevados en relación al volumen mínimo necesrio, sino por
las fases de conversión en proteína y por último por
la conocida ineficiencia energética en la producción de proteína
animal, en circunstancias que como se ha señalado, el krill es un
eslabón de una cadena alimentaria muy eficiente. Estos expertos
concluyen que la mejor utilización del krill es en contexto de una
eficiencia gestión de los recursos del mar, antes que en su captura
para alimentación animal.
Algo similar ocurre con especies ictiológicas
por las cuales la competencia entre seres humanos y ballenas es grande.
Es el caso del capelán del Atlántico norte, sustento básico
de la jebarta, del rorcual de aleta blanca y del rorcual común.
Se calcula que en la región de Terranova una reserva de 2.500 rorcuales
comunes consumen unas 250.000 t de capelán en cada estación
veraniega y que la reserva de rorcual de aleta blanca consume otras 35.000
t, comparadas con 250.000 descargas en 1974 por diversas flotas pesqueras
para consumo humano, y cantidades muy superiores consumidas por especies
depredadoras del capelán como focas, bacalao, túnidos etc.
A su vez, el hombre compite con el rorcual común y el de aleta blanca
por el arenque, con otros por la sardina y la anchoa, y con diversas especies
por el bacalao y la caballa, complemento dietético de los copépodos
en la alimentación del rorcual del norte.
Durante los últimos años viene
empleándose un nuevo argumento para justificar la caza de ballenas.
Sus defensores se apoyan sin base ciéntifica que las ballenas están
agotando las poblaciones de pescado, pero no son capaces de producir un
solo informe que apoye sus teorías, la verdad es que, a través
de los océanos del mundo, la crisis pesquera es uno de los resultados
de la explotación irracional de los océanos.
Actualmente hace 18 años que se prohibio
en todo el mundo el comercio de ballenas. Sin embargo Noruega caza sin
pretender hacer ciencia, más allá de ser mienbor de la CBI,
pues esta Convención deja abierta la posibilidad de acatar sin sanciones
(artículo 5°) las resoluciones que adopten los países
parte. Mientras que Japón e Islandia justifican su captura sistemática
bajo la excusa de "investigación científica". Anualmente
Japón mata más de 540 ballenas (el 10 por ciento preñadas),
las cuales no van a investigación, sino directo al plato del lujosos
restaurantes nipones. Es más, para nadie es un misterio que Japón
caza ballenas en un santuario reconocido internacionalmente en el Océano
Antártico, pero- claro que faltan brazos y voluntad mundial para
sancionar y fiscalizar.
El reclutamiento de Japón de los votos
de algunos de los países más pobres del mundo se ha convertido
en una actividad anual en la CBI con el objetivo de conseguir los votos
suficientes para acabar con la prohibición de la caza comercial
de ballenas.
Para levantar la moratoria se requiere el voto
de las tres cuartas partes de los miembros de la Comisión (CBI),
pero una mayoria simple del bloque ballenero abriria las puertas para el
aumento de las cuotas para caza con fines científicos.
Hoy en día la persecución se realiza
solamente por la carne, pero hace mil años se usaba su grasa para
aceite para lámparas, velas, jabones y perfumes. Las barbas de ballena-
las láminas córneas y elásticas que cuelga de la mandibula
en vez de dientes se usaban para cepillos y para enderecer prendas de vestir
como corsets y paraguas. Más tarde, el esperma, para uso como combustible,
el aceite se usó para producir margarina o para curtir el cuero.
Durante la explotación intensiva japonesa
de los años treinta, lo más apreciado era el aceite; después
de la segunda guerra mundial se aprovechaba la carne junto con el aceite;
por último , en la época de captura intensiva del cachalote,
cuya carne es apreciada en pocos lugares, el objetivo era su conversión
en aceite y harina.
En este siglo la causa por la que se las mata
es que su carne es una exquisitez en varios paises de Asia. Así
cada tanto hay carne de ballena azul- con 32 metros, el mamifero más
grande del mundo y en peligro de extinción- en los supermercados
japoneses. Y eso que la caza de este cetáceo, que puede pesar hasta
150 toneladas, esá completamente prohibida.
Las ballenas son animales de vida relativamente
corta, alrededor de 30 años, y se reproducen poco y tarde. Uno y
muy raramente dos ballenatos a la vez, con lo cual su potencial de recuperación
y por consiguiente de sobrevivencia despues de una caza excesiva, es relativamente
debil. Por otra parte, algunos de estos mamíferos se caracteriza
por estar en la cumbre de una cadena trófica muy corta, entre las
más cortas de la naturaleza. Por ejemplo la ballena boreal o rorcual
del norte está en el cuarto nivel trófico, y los que se alimentan
de krill como el rorcual azul e el rorcual común en el tercero,
reflejando por lo tanto un relativo elevado rendimiento energético.
Los cetáceos tienen una capacidad
casi increíble de enriquecer las vidas de las personas con las que
llegan a entrar en contacto pacífico. Ejercen una atracción
universal única sobre el espíritu humano. Son incomparables
generadores de asombro y admiración. Existe una mística a
su alrededor que inspira un sentido de maravilla y felicidad en personas
de todas las razas y nacionalidades, algo que ningún otro grupo
animal ha llegado a igualar con tal magnitud. Los cetáceos ejercen
tal fascinación en la gente que se han transformado en poderosas
herramientas para la educación de personas de todas las edades.
Además, parecen tener una afinidad especial por los seres humanos.
A pesar de su tamaño y fuerza amenazadores,
y a pesar de siglos de haber sido víctimas de la depredación
humana, las ballenas en su ambiente natural demuestran una y otra vez ser
excepcionalmente tolerantes de la proximidad de los humanos, y no sólo
toleran sino que además muchas veces inician deliberadamente interacciones
positivas con las personas.
El espacio vital de las ballenas, alcontrario
del de los animales terrestres, no está delineado por límites
nacionales claramente definidos. Sus territorios pertenecen en buena medida
a la globalidad de las naciones: son los mares del mundo que no pertenecen
a ninguna nación en particular, constituyendo un recurso especialmente
global. Así, las ballenas se encuentran bajo el control internacional,
y dado que legalmente no son un recurso de ningún país, ninguna
nación puede reclamar el derecho moral de matarlas. Las decisiones
sobre la explotación o la protección de las ballenas lógica
y legalmente deben ser tomadas a través de un organismo internacional
como la Comisión Ballenera Internacional.
Gracias a la moratoria las grandes ballenas como
el gigantesco rorcual azul, que puede alcanzar las 150 toneladas de peso,
hasta el diminuto rorcual aliblanco de 15 toneladas no corren peligro inmediato
de extinción. Pero el rorcual azul y su prima la ballena franca
del Atlántico están clasificadas como especies en peligro,
mientras que la ballena franca boreal, la franca de la Patagonia, el rorcual
boreal, el rorcual común y la yubarta están considerados
como especies vulnerables. La población de ballenas grises del noroeste
atlántico apenas cuenta con 300 o 350 ejemplares y la del noroeste
del Atlántico ha sido tan severamente dañada que está
a punto de desaparecer del planeta. Igualmente de la especie gris del noroeste
del Pacífico hay entre 100 y 200 ejemplares, mientras que otros
cetáceos incluyendo delfines y marsopas, también han caído
hasta niveles críticos.
Japón siempre se ha puesto a la moratoira.
Si bien el consumo de carne de ballena forma parte de su cultura ancestral,
también es cierto que hoy es un país moderno, vanguardista
y lo suficientemente instruido como para comprender los límites
de los ecosistemas y las especíes. A pesar de la prohibiciones resueltas,
continua Noruega, Rusia, Corea, China, Islandia y Japón con la matanza
de ballenas aunque tratando de disfrazarloas mediante supuestos programas
de investigación cientifífica. Desde luego el interés
científico nunca impidio que la carne de esas ballenas termine inexorablemente
a la venta en los mercados y restorantes de las ciudades.
Los océanos que ahora habitan los
cetáceos no son los mismos que existian en 1925 cuando se créo
la CBI. Actualmente las principales amenazas para los cetáceos son
la polución, escasez de alimentos, choque con embarcaciones, disminución
de la capa de ozono, la contaminación acústica, la sobrepesca,
capturas accesorios, el cambio climático y la creciente degradación
de su hábitat pone en grave peligro la existencia de siete de las
13 especies de ballenas grandes que hay en el mundo, que además
sufren el incumplimiento de la moratoria internacional. Según las
últimas investigaciones, las ballenas se ven cada vez más
afectadas por la acumulación de elementos químicos en sus
grasas, que se liberan lentamente a través de su leche a sus crios.
La revolución química de la última
mitad del siglo 20, ha creado una multitud de nuevos productos y subproductos,
muchos de los cuales son acompañados por materiales altamente tóxicos
que cuando están concentrados se convierten en venenos casi mortales.
Entre los más peligrosos y persistentes se encuentran los organohalogenados
(compuestos orgánicos que incluyen al cloro, flúor y bromo)
; ejemplos de estos compuestos son el diclorodifeniltricloro etano o más
conocido como DDT, los bifenilos, policlorinados, los furanos y las dioxinas.
Se pueden encontrar algunas de estas toxinas en algunos pesticidas y herbicidas.
Muchos de estos compuestos duran cientos hasta
incluso miles de años. Existe evidencia que sugiere que estas sustancias
pueden ser responsables de una menor producción de espermatozoides
en los hombres, malformaciones anatómicas, problemas de desarrollo
en fetos, problemas de aprendizaje en niños y un aumento en las
deficiencias producidas en los sistemas inmunitarios de todos los mamíferos.
Los niveles de ruido por actividades marinas industriales
han aumentado afectando gravemente a estos animales que utilizan un sistema
de sonar para navegar y comunicarse, así como para encontrar comida.
Todas las especies de odontocetos (cetáceos
con dientes) utilizan un sistema de "sónar" para comunicarse y detectar
a sus presas. El delicado y perfecto siste ma craneal
de un zifio es capaz de producir sonidos que rebotan sobre objetos y seres
del fondo marino, especialmente en aquellos lugares donde la visibilidad
es baja o nula, y que le son devueltos en forma de ondas a través
de su mandíbula inferior, dándole una completa definición
de lo que hay a su alrededor.
Por tanto no es casual que la Armada estadounidense
se haya centrado sobre esta especie de cetáceos como modelo experimental
para desarrollar y perfeccionar sus sónares militares.
Paradójicamente, el complejo sistema de
comunicación de estos mamíferos marinos, copiado por los
humanos para controlar los océanos, se está volviendo contra
ellos y empieza a ser una seria amenaza.
Los zifios tienen un sistema especialmente complicado
de ecolocación que los ha convertido en punto de interés
especial. El cráneo tienen una gran cantidad de cavidades (senos)
que le permiten articular gran diversidad de sonidos y su mandíbula
inferior (dos hemimandíbulas fusionadas en su extremo más
exterior) es muy frágil y de poca consistencia, los que las dota
de una gran capacidad y precisión a la hora de recoger los sonidos
rebotados.
Estos animales suelen alimentarse en lugares
de gran profundidad, donde las temperaturas del agua son muy bajas y la
entrada de la luz es nula, por lo que sólo la bioluminiscencia o
la ecolocación pueden permitir conseguir la captura de sus presas.
La OTAN ha llevado a cabo estudios que han permitido
conocer una amplia gama de sonidos utilizados por estos cetáceos;
desde las secuencia de clicks a un intervalo de 0.07 segundos a otros de
mayor duración, como los silbidos. Aunque muchos de los sonidos
que emiten se encuentran entre 1 y 10 kHz, se han detectado sonidos que
van entre los 300 Hz y más de 40 kHz) y se cree que pueden oír
sonidos en un rango muy superior (entre los 100 Hz y los 80 kHz). También
se ha comprobado que son especialmente sensibles a las frecuencias intermedias
de este rango, lo que hace que coincida con las utilizadas en sistemas
de sónar de media y baja frecuencia.
Las investigaciones se ampliaron con posterioridad
a conocer el impacto de la contaminación acústica, en especial
por los sónares militares que se estaban desarrollando, sobre estos
animales. Esto se intensificó tras el varamiento de zifios en las
costas griegas después de los ejercicios navales realizados por
la OTAN (y que concluyeron que uno de los animales había sufrido
un golpe de una onda de sonido de 290 Hz a 15 kilómetros del emisor).
Similares conclusiones han sido sacadas de los experimentos realizados
por la Armada estadounidense en zonas como Hawai, California o Bahamas,
donde también se detectaron, o bien varamientos, o comportamientos
anormales en los cetáceos.
Otro problema que sufren los cetáceos son
los cambios del clima de los últimos años, que han causado
severas perturbaciones en las corrientes oceánicas, así como
el calentamiento global que provoca el deshielo polar, lo que podría
provocar una desestabilización ecológica del Ártico
y Antártico que pondría en peligro a las especies que viven
en la zona.
En Sorrento se llevo la ritual guerra verbal entre
los que buscaban incrementar sus cuotas de caza y los que se opusieron
a la llamada "caza con fines científicos" de cetáceos que
desarrolla Japón, Noruega y Islandia. Los especialistas estan indicando
que otro grave problema con el que se enfrentan las ballenas es la pesca
artesanal. Decenas de miles de cetáceos son capturados accidentalmente
cada año en actividades pesqueras y algunas especies y poblaciones,
como la ballena franca del Atlántico Norte, el delfín baiji,
la vaquita o la ballena gris del Pacífico noroccidental, podrían
extinguirse este siglo si no se toman medidas inmediatas.
La prohibición de la caza internacional
no ha logrado impedir que anualmente perezcan 60.000 ballenas, según
los cálculos más pesimistas el número asciende incluso
a 300.000 entre delfines y ballenas, victimas de la pesca normal. Perecen
en redes o quedan atrapados en las cuerdas que atan las canastas de caza
de la langosta. Otras son víctimas de redes fantasmas, redes perdidas
que navegan sin rumbo y continúan matando en su camino. En la actualidad
mueren más ballenas que en las décadas de máxima caza.
Las cuotas de caza de los noruegos y japoneses es de 1301 ballenas enanas,
10 cachalotes, 50 Sei y 50 ballenas Bryde en el 2003. En el Mar Báltico
por ejemplo, la pesca normal ha diezmado a la ballena cochino casi por
completo y se estima que sobreviven cuando mucho unos 100 ejemplares. En
este mar mueren anualmente 7.500 ballenas en las redes de pesca normal.
La pesca accidental es uno de los principales problemas para las ballenas
en este siglo, pero este tema no ocupa a la Comisión Internacional
sobre la Caza de la Ballena.
Por otra parte, desconocida hace unos decenios,
la observación comercial de las ballenas se ha convertido rápidamente
en un negocio mundial y multimillonario en varios países. Bien manejada,
esta actividad recreativa es una buena oportunidad para desarrollar el
turismo sostenible en regiones costeras que cuentan con este recurso natural.
La Conservación de los cetáceos permite su explotación
turística que es muy lucrativa, superando el billón de dólares
cada año, con un crecimiento promedio anual del 18,6 por ciento.
Muchos países, han adoptado directrices
de navegación y normas para el avistamiento de las ballenas, adaptados
a cada especie y lugar. El objetivo es causar a estas extraordinarias criaturas
la menor molestia posible, para de esta forma ayudarlas a sobrevivir y
garantizar que las generaciones futuras puedan continuar disfrutando de
esta productiva actividad.
En algunos casos, el avistamiento de ballenas
puede haber surgido precisamente porque su caza está en descenso.
Islandia fue un ejemplo, la observación de cetáceo se incrementó
250 por ciento entre 1994 y 1998.
En lo que sí ha tenido algo de éxito
Japón es la compra de votos dentro de la CBI. Se trata de algunos
países de economías pobres de reciente ingreso a la Comisión.
La idea es inclinar la balanza a su favor, a la hora de votar propuestas.
En la Reunión de la CBI en Italia, Japón nuevamente movio
sus piezas para tratar de levantar la moratoria que impide la caza comercial
de ballenas. Por fortuna, no lo consiguio. Tampoco logró que se
impusiera el voto secreto. Está medida permitiría comprar
el voto de varios países sin que los mismos quedaran expuestos ante
la opnión pública nacional e internacional.
La actitud de Japón de comprar votos de
naciones pertenecientes a la Comisión Ballenera Internacional (CBI)
a cambio de ayudas económicas, esta maniobra es conocida desde hace
tiempo. Esta actitud desacredita aún más la credibilidad
ambiental de Japón. Si bien el consumo de carne de ballena forma
parte de su cultura ancestral, también es cierto que hoy es un país
moderno, vanguardista y lo suficientemente instruido como para comprender
los límites de los ecosistemas y las especies. A pesar de la prohibiciones
resueltas, contiuo con la matanza de ballenas, aunque tratando de disfrazarlas
mediante supuestos programas de investigación científica.
Desde luego el interes científico nunca impidio que la carne
de sus ballenas termine inexorablemente a la venta en los mercados y restaurantes
de las ciudades niponas.
El interés nipón por cazar ballenas
es de un grupo muy pequeño de japoneses, unas quinientas familias
que se dedican al negocio. El argumento científico de los japoneses
es una mentira-fachada para mantener una lucrativa industria ballenera
en Japón, donde la carne se sigue vendiendo en restaurantes y comercios,
esto suma unos 80 millones de dólares al año. Los subsidios
del gobierno llegan a 4 millones de dólares anuales.
El gobierno japonés de forma unilateral
anuncio su decisión de incrementar el número de ballenas
que matará cada año, en oras de la ciencia.
Japón lleva a cabo en este siglo una guerra
de desgaste en la cual año tras año se va metiendo cada vez
más y los países que se oponen a la caza de ballena van perdiendo.
Tokio propuso en Sorrento una modificación
al plan de cuotas de caza conocido como ESQUEMA DE GESTIÓN REVISADO
(RMS por sus siglas en inglés), que lleve asociado al final inmediato
de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas. El RMS es un conjunto
de reglas y procedimientos destinados a gestionar la caza de ballenas en
el futuro, que ha sido debatido durante muchos años y que hasta
ahora no ha llevado implícito la reanudación inmediata de
la caza comercial de ballena. Si se llegará a probar el RMS, la
moratoria sobre la caza comercial de ballenas bebería ser levantada
de forma autómatica. Los votos secretos, las reuniones a puerta
cerrada y la compra de votos fueron las palabras claves de la CBI. EL mundo
reclama mayor transparencia, la CBI sigue funcionando en forma opaca, y
el proceso del RMS es un ejemplo claro. La propuesta fue apoyada por Dinamarca,
España, Estados Unidos, Holanda y Suecia busco autorizar la pesca
de ballenas Minke, la especie más pequeña y abundante. Pese
al sorpresivo apoyo de Estados Unidos, tradicionalmente opuesto a la caza,
la moción no consiguió el 75 por ciento de los votos necesarios
para su aprobación.
Como consecuencia Japón , el principal
defensor de la explotación comercial de cetáceso, dijo que
si la Comisión no flexibiliza la moratoria en un futuro abandonará
el organismo y reamidará unilateralmente la caza. Aduciendo fines
científicos, Japón, Noruega y Islandia cazaron 25.239 ballenas
desde 1986.
Japón caza ballenas con propósitos
entre comillas cientificos. Toma una muestra de tejido y el resto de la
ballena lo venden en el mercado.
La campaña pro caza japonesa es respaldada
por un creciente gurpo de países en vías de desarrollo con
Antigua y Barbuda, Costa de Marfil, Dominica, Granada, Guinea, Mauritania,
Mongolia, Surinam y Tuvalu.
Cuando la CBI se creó, heredó, de
su predecedor (el Consejo Internacioanl para la Regualción de la
Caza de Ballenas), un santuario que ocupaba la cuarta parte del Oceéano
Antártico y que albergava poblaciones de ballenas sin explotar.
Este santuario fue conservado hasta 1955. En ese año, se abrío
a la caza de ballenas debido a la presión de la industria ballenera.
En tan sólo dos años se produjeron en el 40 por ciento de
las capturas de ballenas en todo el Océano Antártico; en
los siguientes tres años las capturas de ballenas fueron disminuyendo.
Este año se cumple el décimo aniversario de la creación
del Santuario Antártico.
Uno de los mayores exitos de Sorrento fue la
condena al uso de arpones explosivos que causan una merte lenta y dolorosa.
Aunque el organismo rechazó la cración de nuevas reservas
en Argentina y Brasil y Nueva Zelandia, estendió por 10 años
más el Santuario del Océano Sur que protege al 75 por ciento
de la población mundial de cetacéos. Los santuarios o reservas
balleneras, son refugios que garantizan a las ballenas protección
a largo plazo frente a la caza y surgen como uno de los mecanismos necesrios
para segurar su supervivencia. La propuesta para el establecimiento del
Santuario Ballenero del Atlántico Sur , que es liderada por Argentina
y Brasil, recibio el apoyo de países como Chile, Perú, Estados
Unidos y Sudáfrica, a pesar de haber recíbido 26 votos a
favor, 22 votos en contra y 4 abtenciones, no logró contar con la
mayoria necesaria. De haber sido establecido hubiese sígnificado
para las ballenas del Hemisferio Sur la oportunidad de vivir toda su vida
en un mar libre de la caza comercial. Sin embargo, el resultado negativo
no debe sorprender ya que Japón sumo aliados al bloque pro cacería
para que lo acompañen en el voto y de ese modo bloquear las iniciativas
conservacionistas propuestas en el seno de la CBI.
La creación de Áreas de Santuario,
está contempalda en el Artículo V de la Convención
Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas y contiene
disposiciones bajo las cuales la CBI puede enmendar la Agenda, adoptando
regulaciones con rspecto a la conservación y manejo de ballenas
y productos balleneros. Los Santuarios son considerados de gran importancia
para la utilización sustentable de los recursos vivos del mar y
su estableciminteo es totalmente coherente con las tendencias de conservación
marina que hoy se realizan en todo el mundo. También ofrece la posibilidad
de reforzar actividades de gran importancia para la sociedad como la investivación
y la educación particularmente en los paises en vías de desarrollo.
Otra propuesta que tampoco logró aprobación,
fue la de la creación de un Santuario en el Océano Pacífico
Sur, llevada adelante por Australia, Nueva Zelandia y copatrocinada por
Chile. Los resultados de las votaciones fueron 26 a favor , 21 en contra
y 4 abstenciones.
A pesar de estos resultados desfavorables, pudo
acordarse de que el Santuario Ballenero Austral continuará vigente
por una década más. Dicho santuario es crucial en la conservación
y dearrollo de los recursos balleneros ya que cubre el área
circumpolar alrededor de la Antártica que incluye la mayoría
de las aguas al sur de los 40°S, protegiendo así a poblaciones
de ballenas devastados por la industria ballenera en áreas de reproduccioón,
alimentación y crianza. Con respecto a esta Santuario, los gobiernos
de Japón , Noruega e Islandia expresaron su rechazo a su mantención
argumentando que éste carece de validez científica. Japón
por su parte, presentó una propuesta para eliminarlo y auto-otorgarse
una cuota de 3.000 ballenas minke austral para ser capturadas durante los
próximos cinco años. Esta propuesta fue rechazada ya que
no fue sometida previamente al Comité Científico y no existe
una estimación de abundancia sobre esta población.
Japón quería poder matar en los
próximos cinco años a 2914 ballenas de la especie rorcual
aliblanco (minke) por año en la zona protegida de la Antártica.
Pese a la prohibición de la caza comercial los japoneses captúra
al año ya 400 de estos cetáceos bajo la escusa de su uso
en investigación científica.
En Sorrento se exigio además medidas urgentes
para proteger a las ballenas grises -de las que quedan apenas 100 ejemplares-
de la explotación petrolera en la isla rusa de Sakhalin.
Otro de los aspectos más positivos es la
instauración del Comité dedicado exclusivamente a políticas
de conservación de los cetáceos, la iniciativa aprobada en
la reunión del año pasado en Berlin y que progresa lentamente
pero en la adecuación adecuada.
También ha obtenido el visto bueno de
la CBI la resolución presentada por una docena de países,
entre ellos Nueva Zelandia, México, Brasil y Argentina, que contempla
la adopción de medidas para mitigar el sufrimiento de los grandes
mamíferos marinos durante la caza, como loas causados por los arpones
con granadas en su cabeza.
La agenda de la reunión de Sorrento abordó,
por otra parte la cuestión de las capturas accidentales de delfines
y ballenas, el mayor problema que acutalmente se enfrenta estos cetáceso.
Según el WWF, los miles de kilometros
de redes desplazadas diariamente en los mares del mudno provocan cada año
la muerte accidental de cerca 300.000 ballenas, delfines y marsopas.
Está previsto que en su próxima
asamblea, que tendrá lugar en Corea en Junio de 2005, la CBI debata
medidas concretas como la regulación de los tipos de redes autorizadas
para la pesca a fin de solventar este problema.
La Comisión (CBI) rechazo con ajustadas
mayorías propustas de Japón para aumentar la cuota o suprimir
santuarios marinos.
También rehusó implantar el voto
secreto dentro de la asamblea, una iniciativa que la delegación
nipona presenta puntualmente todos los años y que, de salir adelante,
significaría un duro golpe a la transparencia de la CBI.
Una de las pocas concesiones que se ha otorgado
al frente ballenero ha sido la autorización a ciertas comuniades
locales para que practique en forma controlada la caza ballenera, por tadiciones
culturales y gstronómicas.
Los cientos de millones de personas que se oponen
a la caza de ballenas tienen derecho a vigilar los planes de la CBI
para reanudar su caza . Estos no puden desarrollarse en secreto y luego
votarse antes de que nadie fuera de la CBI sepa lo que dicen. Es necesario
y es fundamental un proceso transparente en la CBI si esta organización
quiere mantener su credibilidad en el mundo . Cualquier mayoría
a favor de la caceria de ballenas sera comprada y no ganada. Es terrible
que una medida de conservación de las ballenas apoyada por cientos
de millones de personas en todo el mundo puedan desaparecer por una campaña
de compra de votos bien financiada por un gobierno que representa los intereses
de una industria insostenible.
Lo angustiante de este siglo es que mientras existan
países como Japón que aprovechan resquicios legales para
su propios fines, nunca se podrá garantizar el futuro de las ballenas.
Luchar por la conservación y supervivencia
de las especies, sin importar su belleza o porte es, ni más ni menos,
pelear por nuestro presente y futuro. Es una tarea monumental que persigue
la propia supervivencia del ser humano.
Dr. Marcos Sommer
Ökoteccum-Kiel Alemania
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