PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
LA BELLEZA DE LAS 'MALAS TIERRAS'
Los territorios desérticos del noreste de Granada encierran
paisajes y hábitats modelados por la erosión desde hace 23
millones de años
Sobre la meseta del altiplano se alzan los picos erosionados de
gigantescas formaciones de rocas blandas que dejan ver las huellas
del tiempo, desde el Mioceno
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Los geólogos les llaman ‘Bad-lands’ que significa ‘malas tierras’.
Rocas calizas, espacios karsticos plagados de yesos, cuarzos,
arcillas y tierras rojas, que en el sureste de la península
Ibérica se muestran en toda su plenitud, tanto en el desierto de
Tabernas, como en las comarcas granadinas de Guadix y el
Altiplano, donde estas ‘malas tierras’ son parte inherente de la
vida de sus gentes, de la evolución de los ecosistemas, y de la
historia. Las marcas del paso de más de veinte millones de años
pueden contemplarse en las montañas que se alzan entre las
localidades de Gorafe y Alicún de las Torres, entre el pantano del
Negratín y Cuevas del Campo. Son la base geológica en la que los
habitantes de toda esta gran extensión de terreno han hecho, desde
siempre, sus viviendas-cueva. Los montes terrizos y arcillosos a
los que llaman cárcavas.
(...) Recorrer la carretera que une la localidad de Gorafe con
Alicún es adentrarse en uno de los mayores ‘bad-lands’ del sur
peninsular, con cotas altitudinales de un millar de metros sobre
el nivel del mar. Es una gran cordillera que cambia de imagen, que
fluctúa en función de las lluvias y los vientos, que se
erosiona a razón de unas 25 toneladas por kilómetro cuadrado cada
año, lo que los expertos consideran un deterioro moderado pero que
es la causa de que el paisaje tome formas caprichosas y
atractivas.
Bajo las montañas de cárcavas discurre el arroyo de Gorafe, que se
convertirá en el río Gor y que crea un pequeño y fértil valle
rodeado de desierto. Para los geólogos estas frágiles formaciones
montañosas, no son demasiado antiguas. Desde el inicio de la era
mesozóica, hace más de 250 millones de años, el sureste peninsular
actual era parte del mar. Muchísimo después, hace alrededor de 23
millones de años, los movimientos de las placas continentales
provocan que el mar desaparezca y en su lugar se generen grandes
lagos. Es el caso de la depresión de Guadix y zonas como las
tierras de Orce, Baza, Galera y los territorios situados hacia el
Este. Es cuando se inicia la afloración de rocas y sustratos que
emergen de los grandes lagos para formar el relieve que ahora
conocemos. Es desde hace 5 millones de años, durante el Plioceno,
cuando los ‘bad-lands’ de la península Ibérica se pueden
considerar ya como parte del paisaje que conocieron los primeros
pobladores europeos tras su llegada y asentamiento en el noreste
granadino.
El desplazamiento del agua de los lagos al levantarse las montañas
aceleró la desecación de los lagos y la aparición de ríos y
cuencas que son las que a lo largo de los milenios han erosionado
la base de las ‘malas tierras’, que en sus zonas altas son
modeladas por la lluvia y el viento, sobre todo en las zonas
desprotegidas de vegetación.
Es fácil comprobar como el agua ha limado las paredes verticales,
los tajos en los que las rocas más duras se han quedado marcadas
como líneas transversales y los cambios de coloración, además de
mostrar diversas composiciones minerales, son también un perfecto
mapa estratigráfico de los milenios, desde el Mioceno (23 millones
de años) hasta la actualidad.
Ecosistemas
Pero todo este complejo sistema geológico no es un desierto, sino
un territorio especialmente rico en biodiversidad y en el que
algunas especies han experimentado adaptaciones que les permiten
vivir en una zona con una aridez próxima a espacios con clima
desértico, que los geólogos consideran como semiárido, cálido y
seco en verano, muy frío en invierno y con lluvias en primavera,
pero escasas y torrenciales, lo que incrementa la erosión de las
cárcavas. Pero ese clima es aprovechado por especies animales como
los abejarucos (Merops apiaster), que encuentran en las paredes
arcillosas un lugar para horadar sus nidos, y la proliferación de
insectos supone una gran fuente de comida.
Las aves rapaces, águilas culebreras y cernícalos,
aprovechan la presencia de pequeños mamíferos y reptiles, mientras
que los buitres buscan cadáveres de grandes animales, como cabras
montesas y domésticas.
Aves de ambientes rupícolas, como las grajillas, collalba negra y
roqueros, son también habituales de los ‘bad-lands’.
Espartal
La vegetación es también muy especializada. No solo se ha adaptado
a la falta de agua sino que tiene que soportar lluvias y avenidas
torrenciales. Los espartales son las formaciones vegetales más
comunes. En pleno verano se aprecian los largos jopos de los
espartos de color amarillo junto a tomillares, con especies de
flores sedosas como los linos (
Linum suffructicosum).
Pequeñas coronillas, manzanillas y romeros. Hay muestras de la
gran concentración salina que se produce en algunas zonas de estas
tierras que fueron mar, con especies halófitas, que necesitan la
sal, como
Salsola oppositifolia.
La cubierta vegetal de estos espacios semiáridos y de acantilados,
generan ecosistemas en los que la vida animal y vegetal puede
desarrollarse. Aquí, el desierto avanza, lento y persistente, la
aridez crece y la erosión rasga la tierra y modela las rocas, pero
no deja de ser una imagen cargada de belleza.
Rodeado de ríos, ramblas y barrancos
Bajo las grandes ‘cárcavas’ discurren ríos, arroyos y ramblas. Al
noreste de esta arcillosa cordillera, pasa el Guadiana Menor, el
río que da agua al pantano del Negratín, y al suroeste (la
vertiente que muesta la imagen) el arroyo de Gorafe. Más allá,
pero con influencia directa en las formaciones de ‘bad-lands’, el
río Fardes y multitud de otros arroyos. Son los restos de lo que
fue un mar y después un gran lago.
¿Cómo llegar?
Acceso: A través de la A-92 Norte en la salida 16, hacia Gorafe.
Una vez pasado este pueblo, en dirección a Baños de Alicún, en una
zona de curvas, se divisa a la derecha la mayor concentración de
‘bad-lands’.
Parada: No es fácil parar, por lo que es recomendable hacerlo
antes o después de la zona de curvas, en huecos de caminos
agrícolas.
Coordenadas: El lugar desde donde contemplar los ‘bad-lands
Merops apiaster (Abejarucos) un ave que forma bandos
y nidifica en las arcillas de las cárcavas del noreste
granadino.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Abubilla
Aves
Athene noctua (Mochuelo europeo)
Corvus
monedula (Grajilla)
Bubo bubo (Búho real)
Falco tinnunculus (Cernícalo
vulgar)
Merops apiaster (Abejarucos)
Monticola solitarius
(Roquero solitario)
Oenanthe leucura (Collalba
negra)
Petronia petronia (Gorrión chillón)
Pyrrhocorax pyrrhocorax
(Chova piquirroja)
Upupa epops (Abubilla)
Flora
Anthyllis cytisoides
Andryala ragusina
Artemisia barrelieri
Ballota hirsuta
Bombycilaena erecta
Brachypodium retusum
Centaurea ornata
Coronilla juncea
Dactylis glomerata
subsp. hispanica
Eruca vesicaria
Fumana thymifolia (Jara
tomillo)
Linum suffruticosum
Lygeum spartum
Ononis tridentata
Populus alba (Alamo blanco)
Populus nigra
(Alamo negro)
Rosmarinus officinalis
Stipa tenacissima (Esparto)
Thymus zygis subsp. gracilis
La flor de Coronilla juncea, que tapiza de amarillo algunas
extensiones de estas tierras, en verano.
La flor del lino es especialmente suave y omnipresente en
esta zona.
Las florecillas de Ballota hirsuta, una planta adaptada a las
más duras condiciones.
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