SALVAR SUS POBLACIONES (foto superior:
Aguilucho cenizo, hembra. Foto: F. Contreras Parody)
AVES ESTEPARIAS: SU FUTURO, LA
EXTINCIÓN
UNIDOS EN DEFENSA DE LAS ESTEPAS
(Reportaje aquí)
Los últimos colonos de los altiplanos y zonas áridas del sureste
ibérico
Pierden territorios y opciones para sobrevivir al avance de la
agricultura intensiva, el efecto del calentamiento global y la
antropización de las estepas
TEXTOS: JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE / WASTE Magazine
FOTOS: FRANCISCO CONTRERAS PARODY
En los campos áridos, semidesérticos del noreste de Granada,
cuando el sol de la mañana ya calienta y el canto de las
chicharras empieza a convertirse en el sonido omnipresente, una
línea recta oscura se dibuja en el cielo, recortada con el
horizonte. Se mueve rápida hacia el interior de la estepa, en
dirección al único manantial que, en forma de fuente y bebedero de
ganado, aporta una mínima humedad al desierto. Se oyen pequeños
chasquidos hasta que la proximidad permite descubrir que es un
grupo de seis aves de tamaño medio que se dejan caer hasta el
suelo y desaparecen. A los pocos minutos vuelven a aparecer a paso
rápido entre el matorral seco próximo al manantial. Beben de forma
tranquila. Son machos y hembras de Ortegas, un ave esteparia muy
escasa, habituales en otros tiempos en Granada y que en la
actualidad sufren una situación de merma de sus poblaciones, hasta
el punto de convertirlas en candidatas a la extinción, al menos en
el sureste ibérico. Tras saciar la sed, acumulan agua entre un
complicado trenzado de las plumas de su pecho para llevarla hasta
los nidos y dar de beber a sus polluelos. Esta población de Ganga
ortegas, que mantiene su territorio en la depresión de Guadix,
podrían considerarse como de las últimas colonias que habitan las
estepas granadinas. (...)
FOTOGALERÍA DE AVES ESTEPARIAS
Un sisón macho con su plumaje de
cortejo. Foto: F. C. Parody. FOTOGALERIA DE AVES ESTEPARIAS
(...) «Para las Ortegas, como para la mayoría de las aves que
consideramos esteparias porque viven en estos territorios y
dependen de los ecosistemas asociados a ellos, el futuro es muy
negro», afirma el naturalista, Francisco Contreras Parody, celador
forestal de la Junta de Andalucía y fotógrafo especializado en
naturaleza, que se encuentra inmerso en la elaboración de un
trabajo de seguimiento de estas aves en la provincia de Granada,
«con el objetivo de darlas a conocer, sacarlas de anonimato y
concienciar a los habitantes de la provincia de que si no hacemos
nada por ellas, muy pronto dejarán de existir».
Los territorios semiáridos y áridos situados en el noreste de
Granada, los campos de cereal y tierras del poniente, más allá de
Loja y hacia el límite con Córdoba, y las estepas leñosas que
atraviesa la carretera de la Cabra, junto a Padul, son los
espacios donde hasta hace poco tiempo era posible encontrar
grandes bandadas de Sisones, contemplar el vuelo de los cernícalos
primilla, escuchar los suaves cantos de los alcaravanes, e incluso
oír de madrugada, el silbido corto de las alondras de Dupont, la
alondra Ricotí, una de las más amenazadas y que a pesar de contar
con un área de protección especial en su territorio, junto a la
Cabra, es posible que ya haya desaparecido por completo.
«Hace cuatro y cinco años, había algunas parejas, pero últimamente
creemos que la población ha dejado de existir, se podría
considerar extinta en este espacio», afirma Parody, que recuerda
que muy cerca de los parajes que aún están calificados como
reserva para la alondra Ricotí, hay zonas que se llaman los
Ortegas, porque era donde vivían nutridas poblaciones de estas
aves que hace ya años que desaparecieron de ese espacio a causa de
la presión humana, la desaparición de los manantiales y el avance
de la agricultura. Recuerda Francisco Contreras Parody que hasta
hace poco tiempo había avutardas en Granada. Era posible verlas en
algunas zonas, entre los trigales, hasta que la caza
indiscriminada acabó con sus poblaciones. Granada perdió la
posibilidad de disfrutar de la presencia de ese gran ‘pavo’ de
vivos colores.
Los sisones, el ave esteparia más grande después de la avutarda,
corretean entre los matorrales de las llanuras para lucir su
llamativa corbata negra y rayas blancas, con la que pretenden
atraer a las hembras para reproducirse. Aún hay sisones en las
estepas que rodean la Vega, las tierras del Temple, las llanuras
de la Malahá, pero la Sociedad Española de Ornitología (SEO) la ha
calificado este año como el ave esteparia en mayor peligro de
extinción. Los equipos de la SEO realizan controles y seguimientos
para conocer la realidad de sus poblaciones.
Polluelos de aguilucho cenizo.
Foto:J. E. gómez.
Cereal
Estas especies, al igual que los cernícalos primilla, que se
reúnen en grupos para anidar en cortijos y haciendas abandonadas,
sufren el abandono de los cultivos tradicionales, entre ellos las
plantaciones de cereal, en favor de olivares, campos de frutales e
incluso la conversión de las llanuras en grandes factorías de
producción rápida de lechugas y otras hortalizas, lo que provoca
la desaparición de los ecosistemas básicos para la supervivencia
de estas aves. Contreras Parody, alerta de situaciones drásticas
como la desaparición de manantiales, los únicos en los que pueden
beber las Ortegas, refugio para las nidificaciones, e incluso la
merma en las posibilidades de alimento para las aves rapaces, al
eliminarse la fauna asociada a los espacios esteparios.
Entre las rapaces, el aguilucho cenizo, sufre otra amenaza. La
conversión de los trigales en olivares, elimina sus territorios de
reproducción, pero es un ave que construye sus nidos entre los
trigos, en el suelo, y la siega, con grandes máquinas, se realiza
cuando los polluelos aún no pueden escapar de los nidos. El cambio
climático y la necesidad de incrementar la producción, adelantan
las siegas y, con ellas, la muerte de los polluelos y la posible
extinción de la especie. Desde hace años, existen programas de
protección de aguilucho cenizo, que al menos, señala los nidales
para que las cosechadoras los respeten, e intenta concienciar a
los agricultores de la necesidad de protegerlos.
La Junta ha declarado algunas zonas con la calificación de ZAPRAES
(especialmente habitadas por aves esteparias), pero es una
calificación que no lleva consigo ninguna figura de protección. La
única posibilidad de que estas poblaciones no desaparezcan es que
los agricultores tomen conciencia de su existencia y que entre
todos se hagan políticas de mantenimiento de las estepas y los
campos de cereal.
Dar a conocer su presencia, imagen y costumbres, es la única
posibilidad para cambiar el futuro de los últimos colonos de la
estepa.
BIODIVERSIDAD
GUIA DE AVES * WASTE MAGAZINE
Grupo de sisones hembra. Foto:J. E.
Gómez. / Guía de Aves