ATAPUERCA, EL PARAÍSO NEANDERTHAL
EL MÁS IMPORTANTE YACIMIENTO ANTROPOLÓGICO DE ESPAÑA
Yacimientos pleistocenos y holocenos situados en la sierra de
Atapuerca, provincia de Burgos.
Restos fósiles:
Homo sp., Homo antecessor, pre-neandertales,
Homo neanderthalensis y Homo sapiens.
La sierra de Atapuerca, formada por calizas y dolomías del
Cretácico superior, se localiza a unos 15 kilómetros de la
ciudad de Burgos, en el límite suroeste del corredor de la Bureba
que conecta el valle del Ebro con el valle del Duero. El sistema
kárstico formado durante el Neógeno posibilitó la formación de
numerosos yacimientos arqueológicos y paleontológicos durante el
Pleistoceno y el Holoceno.
Los yacimientos se excavan de manera sistemática desde 1978 y han
proporcionado un registro excepcional de varias especies de
homininos: Homo sp., Homo antecessor, pre-neandertales, Homo
neanderthalensis y Homo sapiens. También se han obtenido fósiles
de numerosas especies de diferentes vertebrados, así como un rico
registro arqueológico del Pleistoceno inferior, medio y Superior,
y del Holoceno. El registro más antiguo de ARN, ADN y proteínas
humanas se ha obtenido en H. antecessor (830.000 años) y en los
homininos de la Sima de los Huesos (430.000 años).
Los yacimientos de la sierra de Atapuerca fueron declarados en
2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En 2015, el Comité
de Patrimonio Mundial de esta Organización ratificó la máxima
protección mundial para los yacimientos, a los que otorgó la
calificación de "Valor Universal Excepcional". Los más importantes
son:
Gran Dolina
Conjunto de la Covacha de los Zarpazos-Galería
Sima del Elefante
Sima de los Huesos
Cueva Fantasma
Portalón de la Cueva Mayor
Cueva Mirador
Galería de las Estatuas
Paredeja
Penal
Atapuerca, clave en la evolución humana
Los primeros homínidos europeos
Los yacimientos de la Sierra de Atapuerca
La edad de los fósiles estaría entre 780.000 años y prácticamente
un millón de años.
Por Juan Luis Arsuaga
(artículo
aquí)
El estudio de los fósiles y sus datos cronométricos llevaron a
conocer
episodios fundamentales en la historia del hombre, la postura
normal
en vertical y el andar erguido y de forma bípeda
Por Emiliano Aguirre
(artículo aquí)
Entrevista con Aida Gómez Robles
La investigadora Aida Gómez Robles, sorprende a la comunidad
científica al retrasar en miles de años la separación de
neandertales y H. sapiens
'HOMO ANTECESSOR' LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD
Un artículo de
José María Bermúdez de Castro & María Martinón-Torres
Mayo 2015
En mayo de 1997 el equipo investigador de los yacimientos de
la sierra de Atapuerca publicó la diagnosis de Homo antecessor
en la revista Science (Bermúdez de Castro et al., 1997, Science,
276, págs. 1392-1395). Fue todo un acontecimiento, puesto que
desde 1964 (Homo habilis) no se había vuelto a publicar una
especie del género Homo. En aquella publicación de 1997 no solo
nombramos la nueva especie, sino que nos atrevimos a proponer
que Homo antecessor podía ser el último ancestro común de los
neandertales (Homo neanderthalensis) y de los humanos modernos
(Homo sapiens). Si la propuesta de una nueva especie recibió no
pocas críticas por parte de nuestros colegas, esta última
hipótesis fue muy contestada. Desde hacía pocos años, cuando se
aceptó la teoría del origen africano de nuestra especie, se
buscaba poner nombre a ese último ancestro común. Con la
información que disponíamos y con la mayor honradez, pensamos
que habíamos dado con él en la sierra de Atapuerca.
La especie Homo antecesor acaba de cumplir 18 años. Ha llegado a
la mayoría de edad, no sin sufrir críticas injustas e
injustificadas o de ser ignorada por algunos colegas. Sin
embargo, la razón se va imponiendo y la especie ha entrado en la
mayoría de las filogenias del género Homo. Estamos convencidos
de que su aceptación será unánime cuando excavemos el nivel TD6
en toda su extensión y dispongamos de varios centenares (quizá
miles) de restos fósiles de la especie. La diagnosis será mucho
más completa y convincente.
En estos 18 años hemos seguido estudiando los restos encontrados
entre 1994 y 1996, así como los hallados entre 2003 y 2005.
Aunque el estudio continúa en la actualidad, tenemos mucha más
información que en 1997. Podemos confirmar que Homo antecessor
tiene caracteres muy similares a los nuestros, así como un buen
puñado de rasgos compartidos con los neandertales. A este
conjunto tenemos que añadir los caracteres primitivos
compartidos con los especímenes más antiguos del género Homo y
otros rasgos derivados y compartidos con los humanos de la Sima
de los Huesos de Atapuerca y sus contemporáneos de Asia.
La peculiar constelación de rasgos morfológicos ha dejado
perplejos a propios y extraños. En este nuevo escenario, hemos
tenido que realizar una nueva interpretación de la especie, que
será confirmada o rechazada cuando tengamos ocasión de volver a
excavar en TD6.
La especie Homo antecessor tiene una antigüedad bien confirmada
de unos 850.000 años. Su presencia en el extremo más occidental
de Europa resulta un tremendo hándicap para sostener que esta
especie dio lugar de manera directa a Homo sapiens. Así lo
reconocemos también nosotros. Además, los genetistas parecen
estar de acuerdo en que el último ancestro común de los
neandertales y de los humanos modernos no puede tener más de
medio millón de años, un dato incompatible con la antigüedad de
Homo antecessor. Esa antigüedad y su morfología única nos lleva
a pensar que Homo antecessor fue anterior a ese ancestro común,
pero tuvo mucho que ver con él. La prudencia nos lleva a
proponer que los humanos de Gran Dolina fueron algo así como los
tíos carnales del ancestro común, que para muchos se identifica
con la especie Homo heidelbergensis. Los humanos de la sierra de
Atapuerca habrían constituido un linaje propio, que tal vez tuvo
su origen y su final en tierras europeas.
No obstante, nuestras investigaciones y las de otros colegas
revelan que hace alrededor de un millón de años existieron un
padre y una madre, cuyos hijos evolucionaron para dar lugar a
varias especies relacionadas con la nuestra. Entre ellas
estarían los propios neandertales, los humanos de la Sima de los
Huesos, los llamados Denisovanos y tal vez otras especies o
subespecies de Asia, que aún no han sido encontradas o
nombradas. Entonces, ¿dónde situar a la Homo antecessor? Dada su
antigüedad solo caben dos alternativas: los humanos de Gran
Dolina representan a la hija mayor de esos padres todavía no
nombrados, o son los propios padres, que tuvieron una
distribución muy amplia por buena parte del oeste de Eurasia.
Sea como fuere, Homo antecessor ha cumplido su mayoría de edad y
solo falta un poco de paciencia para encontrar esos miles de
restos que aún esperan en el nivel TD6 de Gran Dolina.
EL ADN HUMANO MÁS ANTIGUO
Los científicos logran secuenciar el genoma de un homínido de hace
400.000 años a partir de un fémur encontrado en la Sima de los
Huesos de la sierra burgalesa
El genoma de un individuo que vivió hace 400.000 años revela un
parentesco inesperado con humanos de Siberia
Antonio Paniagua / IDEAL
La ciencia depara sorpresas. Un humano que vivió hace 400.000 años
en la actual península Ibérica ha descolocado a los científicos y
ha puesto del revés lo que se tenía por certeza inamovible sobre
la evolución humana. Resulta que el análisis de apenas dos gramos
de un fémur, enterrado en la Sima de los Huesos del yacimiento de
Atapuerca (Burgos), revela que su ADN está relacionado con los
denisovanos, un nuevo grupo de humanos descubierto hace tres años
gracias a un par de dientes y un pequeñísimo hueso del dedo
meñique que aparecieron en una cueva de Siberia. El genoma
corresponde al fósil humano más antiguo en el que se han podido
hallar restos de ADN.
El descubrimiento es obra de un equipo de paleontólogos de
Atapuerca y el grupo de Matthias Meyer del Instituto Max Planck de
Alemania, que representa la mayor autoridad mundial en descifrar
ADN antiguo. Los expertos han logrado obtener la secuencia casi
completa de los genes, lo que evidencia que los individuos de
Atapuerca están emparentados no con los neandertales, como era lo
previsible, sino con una remota población que se afincaba en los
montes de Altai, en Siberia.
El estudio, publicado en la revista ‘Nature’, obliga a retrasar la
más antigua secuencia genética humana en más de 200.000 años. Por
ahora, únicamente se había descifrado un ADN tan antiguo en
animales, concretamente el de un caballo que data de 700.000 años
atrás. Estaba conservado en Canadá, en la capa de hielo permanente
que cubre las regiones muy frías.
El hallazgo plantea muchos interrogantes. ¿Cómo es posible que el
ADN más arcaico leído hasta ahora tenga similitudes inequívocas
con los denisovanos, cuyos restos se encontraron a miles de
kilómetros de Atapuerca? Para dar con una explicación coherente se
manejan cuatro hipótesis. El estudio, que pone todo «patas
arriba», según el paleontólogo Ignacio Martínez, induce a pensar
que los humanos que hace 400.000 años poblaron Atapuerca tuvieron
un ancestro común con los denisovanos, y que ese antepasado
carecía de cualquier tipo de relación con los neandertales. Una
segunda suposición trabaja con la idea de que los humanos de la
Sima estén íntimamente relacionados con los ancestros tanto de
neandertales como de denisovanos. Es la hipótesis preferida por
Matthias Meyer, del Instituto Max Planck de Antropología
Evolutiva.

Tercer escenario
Otro de los coautores del trabajo, el paleoantropólogo José María
Bermúdez de Castro, anticipa un tercer escenario. A su modo de
ver, el Homo antecessor, una especie humana de 900.000 años
también hallada en Atapuerca, a un kilómetro de la Sima de los
Huesos, podría haber transmitido su ADN mitocondrial a los
denisovanos.
La cuarta idea plantea que el flujo de genes de otra población
trasladara el ADN mitocondrial a los denisovanos y a la Sima de
los huesos o a sus ancestros. En ese supuesto, más de un linaje
evolutivo humano estaría presente en Europa hace unos 400.000
años.
Con todo, no se pueden extraer conclusiones precipitadas. El ADN
logrado conseguido es el que se hereda de la madre, con lo cual
solo se sabe una parte de la historia.
El equipo de Matthias Meyer ya había secuenciado, hace muy poco
tiempo, el genoma completo de un oso precedente del mismo
yacimiento y encontrado junto a los fósiles humanos. Para ello fue
preciso desarrollar nuevas técnicas analíticas, debido a la
intensa degradación del material genético. Los investigadores
compararon a continuación el genoma extraído del fémur de la Sima
de los Huesos con el de las especies más cercanas, tanto vivas
–concretamente humanos actuales y grandes simios–, como fósiles:
neandertales y denisovanos.
Los científicos estimaron que la edad aproximada para el fósil de
la Sima de los Huesos era de unos 400.000 años, muy parecida a la
calculada con el mismo procedimiento para el oso, que se pensó que
habitó en la sierra de Atapuerca hace 430.000 años. «Extraer ADN
humano de 400.000 años es una revolución», aseguró el director
científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos, Juan Luis
Arsuaga.
ATAPUERCA, LOS PRIMEROS
HOMÍNIDOS EUROPEOS
Una mandíbula hallada en la Sima del Elefante "confirma y refuerza
la teoría de la antigüedad de la presencia de los primeros
homínidos que llegaron a Europa"
(Hallazgo previo)
Un
equipo de Atapuerca halla un diente con 1,2 millones de años,
posiblemente el resto humano más antiguo de Europa

La mandíbula de 1,2 millones de años, encontrada en la sima del
Elefante en 2007.
Foto: Javier Trueba
28-03-2008 / Ideal
Un artículo de la revista Nature (marzo 2008) revela que el
europeo más viejo de la historia vivió en la sierra de Atapuerca
hace 1,2 millones de años, un dato sobre el que los científicos ya
estaban trabajando pero que ha corroborado el hallazgo de su
mandíbula en este yacimiento burgalés.
'El primer homínido de Europa' recoge las principales conclusiones
del nuevo descubrimiento del equipo investigador de Atapuerca,
dirigido por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez y Eudald
Carbonell, y que se produjo el 30 de junio de 2007.
Los científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la
Evolución Humana (CENIEH) de Burgos y del Institut Catalá de
Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES) de Tarragona
evidencian con multitud de pruebas la presencia de homínidos en el
sur de Europa en una fase muy temprana del Pleistoceno Inferior.
Perteneciente al
Homo antecessor
La mandíbula ha sido encontrada en la cueva denominada Sima del
Elefante situada a unos doscientos metros del yacimiento de la
Gran Dolina, donde en 1994 se encontraron los primeros restos del
Homo antecessor y a unos mil de la Sima de los Huesos, donde se
han localizado más de 6.000 fósiles de la especie Homo
heidelbergensis.
Según ha informado el propio equipo investigador, el hallazgo
"confirma y refuerza la teoría de la antigüedad de la presencia de
los primeros homínidos que llegaron a Europa". Asimismo, junto a
la cavidal fósil, la conocida como T-9, se han encontrado
utensilios de sílex de tradición Olduwaiense así como especies de
roedores que demuestran el espacio temporal al que pertenece el
hallazgo.
La mandíbula conserva algunos dientes y a ella corresponde además
un segundo premolar inferior que fue encontrado dos días antes en
el nivel TE-9, y que se presentó a los medios de comunicación el
29 de junio de 2007. Este descubrimiento fue crucial, al igual que
el de este nuevo fósil, porque hace retroceder en casi medio
millón de años la llegada de los primeros homínidos a Europa.
En cuanto a la procedencia originaria del espécimen, aún por
determinar, se apunta que la morfología de la cara anterior de la
sínfisis, la región anterior de la mandíbula donde se reúnen las
ramas horizontales, es primitiva y recuerda a la de fósiles
africanos del Pleistoceno Inferior atribuidos a Homo habilis y
Homo rudolfensis, aunque, por el momento, se ha vinculado
provisionalmente al Homo antecessor.
Técnicas utilizadas
Los científicos creen "probable" que la primera población europea
proceda de la región del Oriente Próximo, verdadero cruce de
caminos entre África y Eurasia, y que estuviera relacionada con la
primera expansión demográfica fuera de África que, en la
actualidad, está representada por los homínidos de Dmanisi.
Los investigadores descubrieron hasta un total de 32 herramientas
de sílex que estos homininos posiblemente utilizaron para
aprovechar la carne de algunos grandes herbívoros, como muestran
las marcas que los útiles líticos dejaron sobre algunos huesos
animales.
Los científicos han sido capaces de obtener todas estas pruebas
mediante la utilización de una variedad de técnicas, como
paleomagnetismo, biocronología y el estudio de la descomposición
radiactiva de los isótopos en los sedimentos.
Atapuerca, Patrimonio de la Humanidad
Las excavaciones de Atapuerca, declaradas Patrimonio de la
Humanidad, ofrecen desde hace treinta años continuas revelaciones
sobre el modo de vida de los primeros humanos que habitaron el
continente europeo.
Considerado uno de los yacimientos prehistóricos más importantes
de Europa y de los más relevantes del mundo, en Atapuerca se han
encontrado restos desde una cronología perteneciente al
Pleistoceno Inferior (con una antigüedad superior al millón de
años) hasta el Holoceno (época actual), con datos sobre la fauna,
flora y clima.
Los yacimientos son excepcionales por la abundancia de registro
fósil, su buena conservación e importancia científica.
Excavaciones en Atapuerca, foto: Filippe Desmazes / Ideal
Fotos: Javier Trueba
Los homínidos de Atapuerca, de gran
corpulencia.
Europa Press / Ideal
El descubrimiento, en el yacimiento de la Sima de los Huesos de
Atapuerca (Burgos), de la primera pelvis completa de un homínido
del pleistoceno medio (de unos 300.000 años de antigüedad) puede
revolucionar las teorías de la evolución humana vigentes hasta el
momento, aportando nuevas claves para comprender las verdaderas
razones de la extinción del Homo Neanderthalensis (hombre de
Neandertal) después de "competir" durante más de 10.000 años con
nuestra especie, el Homo sapiens.
Según las conclusiones del equipo científico, dadas a conocer tras
cinco años de investigaciones, la pelvis encontrada en la Sima de
los Huesos, a la que denominan cariñosamente "Elvis" ("es una gran
cadera") revela muchísimos datos acerca de la anatomía de estos
homínidos, descendientes del Homo Antecessor de Atapuerca (de
800.000 años de antigüedad y antepasado común del Homo Sapiens) y
antepasados del Homo Neanderthalensis.
Así, los investigadores, dirigidos por Juan Luis Arsuaga, José
María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, han concluido a
partir del estudio de esta pelvis que estos homínidos,
pertenecientes a la especie Homo Heidelbergensis, tenían una
altura similar a la del hombre moderno (de 1,75 a 1,80 metros),
aunque presentaban una corpulencia un tercio superior a la
nuestra, pesando una media de 100 kilogramos (sólo contando
osamenta y masa muscular, sin depósitos de grasa).
Además, tal como ponen de manifiesto los científicos en la última
edición de la revista "Nature", que sale mañana, estos homínidos
eran mucho más longevos de lo que se pensaba, alcanzado edades en
algunos casos superiores a los 50 años.
Además de "Elvis", que fue encontrada en el verano de 1994 (aunque
se dió a conocer ayer), sólo se conocen dos pelvis de
Australopithecus, una de ellas de Australopithecus afarensis
procedente de Etiopía (datada en 3,5 millones de años) y otra de
Australopithecus africanus de Sudáfrica (2,5 millones de años),
además de otra neandertal del yacimiento israelí de Kebara, con
una antigüedad de unos 60.000 años.
Fue precisamente lo reducido del canal pélvico de esta última
pieza lo que hacía pensar a los investigadores, hasta ahora, que
los partos difíciles habían podido causar la extinción de la
especie, que competía con el Homo Sapiens. No obstante, los
investigadores han conseguido demostrar que el pequeño tamaño del
hueco se debe a que la pelvis israelí fue deformada "post mortem"
por el sedimiento en el que estaba fosilizada a través de miles de
años, siendo en realidad mucho mayor, como lo pone de manifiesto
la "tremandamente grande" pelvis de la Sima de los Huesos.
Nuevo modelo de evolución
De este modo, según Juan Luis Arsuaga, "Elvis" permite dibujar un
nuevo modelo de evolución humana, según el cual Homo Sapiens y
Neanderthalensis, con capacidad craneal similar, se diferenciaban
sobre todo en el físico, siendo los segundos mucho más
corpulentos, mientras que los primeros sufrieron un proceso de
gracilización.
Ahora bien, si el hombre de Neandertal era considerablemente más
fuerte e igualmente inteligente, ?por qué el triunfador evolutivo
fue el Homo Sapiens?. Para los investigadores de Atapuerca, la
razón hay que buscarla en la mayor eficacia social, que se tradujo
en un grupos sociales más fuertes.
Papel central en el ecosistema
Por otro lado, los científicos españoles deducen que, lejos de los
que sostienen que aquellos homínidos ocupaban un lugar marginal en
en ecosistema, dedicándose principalmente a la recolección de
frutos y a la carroña, "Elvis" y sus parientes eran "poderosos
cazadores" que competían "de igual a igual" con los grandes
carnívoros para conseguir las mejores piezas, situándose, por
tanto, "en la cúspide de la pirámide ecológica".
Otro de los elementos que llama poderosamente la atención al
observar esta pelvis es el enorme diámetro de su cavidad, pese a
tratarse de un individuo masculino. Es tan grande que permitiría
el paso de un feto actual. Además, de sus características se
deduce que el parto en los Homo Heidelbergensis era de
características modernas (rotacional y ventral), aunque más
holgado que en nuestra especie.
Los científicos presentaron sus resultados en el Museo Nacional de
Ciencias Naturales, que acoge desde esta semana la exposición
"Atapuerca: nuestros antecesores", en la que, por primera vez, se
exponen al público varios fósiles originales correspondientes a
los homínidos de este yacimiento paleontológico y arqueológico.

Imagen del diente encontrado en Atapuerca, y la descubridora, Rosa
Huguet, que halló el premolar 2 inferior el miércoles 29 de
junio a las 9 en la Sima del Elefante, que tiene a sus
espaldas. / Foto: Fernando Gómez
Un equipo de Atapuerca halla un diente con 1,2 millones de años,
posiblemente el resto humano más antiguo de Europa.
El hallazgo de Atapuerca es un premolar inferior, un poco gastado,
perteneciente a un ejemplar de entre 20 y 25 años que habitó en
las montañas burgalesas
Se trata, al parecer, de un ancestro de Homo antecessor
Por
J. Méndez / IDEAL
El miércoles día 27 de junio de 2007 Rosa Huguet Pamiès, una
paleontóloga nacida en Tarragona y adscrita al Equipo de
Investigación de Atapuerca, descendió la rampa de madera que da
acceso a la Sima del Elefante. Se trata de un corte abierto al
lado derecho de la trinchera de ferrocarril donde la casualidad en
forma de proyecto ferroviario hizo surgir el yacimiento
arqueológico más importante de Europa. En principio nada hacía
sospechar que esta acumulación de estratos de tierras arcillosas,
piedras y polvo ocultara en su seno los vestigios que nos ayudan a
entender cómo vivían nuestros antecesores hace más de un millón de
años.
Eran poco más de las nueve de la mañana cuando un golpe de piqueta
de Rosa hizo desprenderse de su almohada de tierra un fragmento de
hueso, de unos 3 centímetros de largo, coronado en una de sus
puntas por una zona ancha, plana y del color del marfil. «La pieza
cayó entre la tierra arcillosa, negruzca... Lo cogí entre las
manos y se lo enseñé a mi compañero Jan Van der Made, especialista
en dentición animal», recuerda la doctora.
Lo que no explica Rosa Huguet es el temblor de manos, la emoción y
las esperanzas que le asaltaron en la sima.
Descartes
Tras el hallazgo en 2005 en el mismo lugar de una serie de
herramientas de sílex datadas hacia 1,4 millones de años, los
paleontólogos acariciaban la idea de que los útiles pudieran venir
acompañados de alguna evidencia humana. «Pero no esperábamos que
los restos humanos aparecieran tan pronto. Ha sido una sorpresa»,
declaraba José María Bermúdez de Castro, director del Centro
Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana. Pero así es.
El equipo de excavación de Atapuerca ha descubierto los restos del
hombre más antiguo de Europa y que vivió en estas tierras hace 1,2
millones de años. Se trataría, según las primeras impresiones, de
un ancestro de Homo antecessor, especie que ha sido descubierta en
el yacimiento de la Gran Dolina, también en Atapuerca.
Van der Made relata cómo, con el diente bajo las lentes de un
binocular, fueron descartando especies. «Vimos que no pertenecía a
ciervos ni a bisontes ni a otros bóvidos. No era de un hipopótamo,
ni de un rinoceronte... Tampoco de un perro. Y menos, de un cerdo.
Esos los controlo todos. He estudiado todos los dientes de
especies de cerdo del Pleistoceno en Europa», dice sin asomo de
presunción este holandés que trabaja en el Museo Nacional de
Ciencias Naturales y que ha examinado los fósiles animales de más
de un centenar de institutos de Europa, Asia, África y América.
¿De qué se trataba entonces? «Nadie se atrevía a pronunciar el
nombre. No hacía falta. Pero nadie quería decir que podía tratarse
de un resto humano. Lo de hombre no se usa porque parece que no
gusta a las mujeres. Lo políticamente correcto también ha llegado
a la antropología», sonríe Van der Made. «En Atapuerca tenemos
primates, macacos; también theropithecus, una especie rara de
babuino que hoy vive en Etiopía... Pero no. Era una pieza de
homo», concluye Van der Made. «Entonces, yo me eché a llorar»,
suspira la antropóloga Rosa Huguet que excava en Atapuerca desde
1993. Trabaja en un filón, un entorno donde los restos se
conservan como en una nevera de arcilla. Para demostrarlo, Rosa se
acerca a una mesa y muestra un huesecillo de ave del tamaño de un
dedo. Es marrón y tiene un millón de años. Luego enseña el diente
de un zorrillo de la misma edad. Un lujo.
Más descubrimientos
«El resto humano encontrado es un premolar inferior. Está un poco
gastado y podría corresponder a un individuo de entre 20 y 25
años», resaltó ayer durante la presentación del diente en
Atapuerca José María Bermúdez de Castro. La pieza fue empaquetada,
entre gasas, en una bolsita de plástico donde se anotó el nivel
del yacimiento (TE 9), la zona (1624), su número (14), el material
(hueso) y la fecha (27/06/07).
«Se trata del diente del homínido más antiguo de Europa. Trece
años después de que en Atapuerca aparecieran los restos,
esqueléticos y craneales, más antiguos de Europa Occidental, este
yacimiento vuelve a suministrar datos fundamentales. Y esperamos
más descubrimientos, y más importantes aún, en el futuro», aireó
Eudald Carbonell, ataviado con su clásico salacot.
En el nivel 9 excavado se habían localizado restos de especies de
mamíferos como bisontes, jabalíes, ciervos y un macaco así como
piezas de aves y de una especie de minúsculo ratón ('Allophayomis
lavocati') que permitió datar el estrato (junto al estudio del
magnetismo terrestre) en un millón de años. «Y es probable que
encontremos restos humanos aún más antiguos», aventuró Bermúdez de
Castro.
Bajo la zona excavada en la actualidad quedan otros dos niveles
con restos arqueológicos suficientes para dar trabajo durante 10
años más a los 130 especialistas (40 de ellos doctores) que
trabajan este verano en Atapuerca.
El 8 de julio de 1994 se descubrieron en la Gran Dolina un
centenar de restos humanos de una especie desconocida hasta
entonces y asociada a numerosos instrumentos de piedra. Tres años
después, la revista 'Science' bautizaba a aquellos ancestros como
'Homo antecessor' (el explorador), el primer colonizador de
Europa, con una antigüedad de 800.000 años, explican los
responsables del yacimiento burgalés.
La campaña de 2007 ha sido «clave» para el debate científico que
trata de dilucidar en qué momento (y por dónde) se produjo la
primera colonización humana del continente europeo. El presentado
ayer se trata del resto fósil humano «más antiguo» de Europa
occidental. «Por fin tenemos la evidencia anatómica de los
homínidos que fabricaron aquellas herramientas hace más de un
millón de años», apunta Bermúdez.
«Comían de todo, pero no
sabemos aún si cazaban»
Se estima que recolectaban frutas y bayas, y que poseían
habilidades para pescar
José María Bermúdez de Castro y su colaboradora, la doctora María
Martinón (especialista en dentición de homínidos), estaban
radiantes. «Tenemos la absoluta seguridad de que se trata del
diente de un homínido. El segundo premolar inferior izquierdo, la
pieza que se encuentra justo delante de la primera muela. Yo habré
visto unos 7.000 en todo el mundo y no hay lugar a error»,
señalaba Martinón.
Con sólo una pieza, apuntaban, es todavía difícil establecer qué
pautas de vida seguía el homínido más antiguo de Europa. «Hablamos
de un tipo con 900 centímetros cúbicos de capacidad craneal y
bípedo que trabaja piedras, que hace objetos», explica Bermúdez de
Castro.
¿Se puede saber qué comía?
Sería omnívoro, como lo eran los individuos de origen
euroasiático con los que se puede relacionar. Al vivir en una
latitud templada aprovecharía la estacionalidad para recolectar
frutos y bayas en otoño. Suponemos que cazaba o que se alimentaba
de carroña para nutrirse de carne y grasa. Posiblemente, pescaba.
Paisaje.
¿Hace un millón de años veían el mismo paisaje que
nosotros?
Muy parecido, aunque vivieron en una época más cálida que la
actual. La vegetación era como esta, de tipo mediterráneo, con
agua abundante. En épocas más frías se trasladaría hacia la Sierra
de la Demanda, a 1.200 metros de altitud, abundante en coníferas.
¿Cree que este nivel señala el fondo de Atapuerca?
Es posible que hayamos llegado al límite del yacimiento. A un
fondo de 1,5 millones de años.
¿Este hallazgo servirá para dirimir la discusión
científica sobre la colonización de Europa?
Unos apuntan a migradores desde África, por Gibraltar, mientras
otros se inclinan por poblaciones llegadas desde Oriente.
Esperamos encontrar más restos. Se trata de un gran debate y
estos hallazgos pueden servir para contrastar todas las hipótesis.
Con mandíbulas o maxilares podríamos establecer un escenario
evolutivo y tratar de saber cómo se relaciona este individuo con
el Homo antecessor y con los restos hallados en Dmanisi, Georgia,
y datados hace 1,8 millones de años.
ATAPUERCA Vs. ORCE
La datación del diente de Atapuerca (1,2 millones de años),
compite con el cráneo de Orce (1,3 millones de años)