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Homo antecesor ha llegado a su mayoría
de edad
En mayo de 1997 el equipo investigador de los yacimientos de la sierra
de Atapuerca publicó la diagnosis de Homo antecessor en la revista
Science (Bermúdez de Castro et al., 1997, Science, 276, págs.
1392-1395). Fue todo un acontecimiento, puesto que desde 1964 (Homo habilis)
no se había vuelto a publicar una especie del género Homo.
En aquella publicación de 1997 no solo nombramos la nueva especie,
sino que nos atrevimos a proponer que Homo antecessor podía ser
el último ancestro común de los neandertales (Homo neanderthalensis)
y de los humanos modernos (Homo sapiens). Si la propuesta de una nueva
especie recibió no pocas críticas por parte de nuestros colegas,
esta última hipótesis fue muy contestada. Desde hacía
pocos años, cuando se aceptó la teoría del origen
africano de nuestra especie, se buscaba poner nombre a ese último
ancestro común. Con la información que disponíamos
y con la mayor honradez, pensamos que habíamos dado con él
en la sierra de Atapuerca.
La especie Homo antecesor acaba de cumplir 18 años. Ha llegado
a la mayoría de edad, no sin sufrir críticas injustas e injustificadas
o de ser ignorada por algunos colegas. Sin embargo, la razón se
va imponiendo y la especie ha entrado en la mayoría de las filogenias
del género Homo. Estamos convencidos de que su aceptación
será unánime cuando excavemos el nivel TD6 en toda su extensión
y dispongamos de varios centenares (quizá miles) de restos fósiles
de la especie. La diagnosis será mucho más completa y convincente.
En estos 18 años hemos seguido estudiando los restos encontrados
entre 1994 y 1996, así como los hallados entre 2003 y 2005. Aunque
el estudio continúa en la actualidad, tenemos mucha más información
que en 1997. Podemos confirmar que Homo antecessor tiene caracteres muy
similares a los nuestros, así como un buen puñado de rasgos
compartidos con los neandertales. A este conjunto tenemos que añadir
los caracteres primitivos compartidos con los especímenes más
antiguos del género Homo y otros rasgos derivados y compartidos
con los humanos de la Sima de los Huesos de Atapuerca y sus contemporáneos
de Asia. La peculiar constelación de rasgos morfológicos
ha dejado perplejos a propios y extraños. En este nuevo escenario,
hemos tenido que realizar una nueva interpretación de la especie,
que será confirmada o rechazada cuando tengamos ocasión de
volver a excavar en TD6.
La especie Homo antecessor tiene una antigüedad bien confirmada
de unos 850.000 años. Su presencia en el extremo más occidental
de Europa resulta un tremendo hándicap para sostener que esta especie
dio lugar de manera directa a Homo sapiens. Así lo reconocemos también
nosotros. Además, los genetistas parecen estar de acuerdo en que
el último ancestro común de los neandertales y de los humanos
modernos no puede tener más de medio millón de años,
un dato incompatible con la antigüedad de Homo antecessor. Esa antigüedad
y su morfología única nos lleva a pensar que Homo antecessor
fue anterior a ese ancestro común, pero tuvo mucho que ver con él.
La prudencia nos lleva a proponer que los humanos de Gran Dolina fueron
algo así como los tíos carnales del ancestro común,
que para muchos se identifica con la especie Homo heidelbergensis. Los
humanos de la sierra de Atapuerca habrían constituido un linaje
propio, que tal vez tuvo su origen y su final en tierras europeas.
No obstante, nuestras investigaciones y las de otros colegas revelan
que hace alrededor de un millón de años existieron un padre
y una madre, cuyos hijos evolucionaron para dar lugar a varias especies
relacionadas con la nuestra. Entre ellas estarían los propios neandertales,
los humanos de la Sima de los Huesos, los llamados Denisovanos y tal vez
otras especies o subespecies de Asia, que aún no han sido encontradas
o nombradas. Entonces, ¿dónde situar a la Homo antecessor?
Dada su antigüedad solo caben dos alternativas: los humanos de Gran
Dolina representan a la hija mayor de esos padres todavía no nombrados,
o son los propios padres, que tuvieron una distribución muy amplia
por buena parte del oeste de Eurasia. Sea como fuere, Homo antecessor ha
cumplido su mayoría de edad y solo falta un poco de paciencia para
encontrar esos miles de restos que aún esperan en el nivel TD6 de
Gran Dolina.
José María Bermúdez de Castro & María
Martinón-Torres
mayo 2015
Primera datación sistemática del yacimiento
de Gran Dolina
La investigadora del CENIEH Davinia Moreno ha utilizado el método
de Resonancia Paramagnética Electrónica para datar por primera
vez los 11 niveles de este yacimiento de la Sierra de Atapuerca, que abarcan
un periodo de un millón de años
Burgos, 29 de mayo, 2015. Un equipo de científicos liderado por
la investigadora Davinia Moreno, del Centro Nacional de Investigación
sobre la Evolución Humana (CENIEH,) acaba de publicar en la revista
Quaternary Geochronology el primer estudio geocronológico sistemático
de todos los estratos de Gran Dolina en la Sierra de Atapuerca (Burgos),
por el método de Resonancia Paramagnética Electrónica
(RPE), estableciendo una edad en torno a 1 millón de años
para la base de este yacimiento.
Gran Dolina es uno de los yacimientos más estudiados desde el
punto de vista geocronológico y se le han aplicado diferentes técnicas
de datación como la luminiscencia, uranio-torio, paleomagnetismo,
etc., pero nunca se había datado la secuencia estratigráfica
en su totalidad, es decir, desde la base, nivel TD1, hasta el techo, nivel
TD11.
Hasta ahora sólo había dataciones puntuales de algunos
niveles de la mitad superior de la secuencia, entre los niveles TD6 y TD11,
pero, como explica Davinia Moreno, el problema ha quedado resuelto con
este primer estudio geocronológico, que además ha proporcionado
las primeras dataciones absolutas para la parte inferior de la secuencia,
niveles TD1 a TD5, que arroja una antigüedad de 1 millón de
años para la base del yacimiento, “dato que es coherente con la
edad propuesta por la bioestratigrafía y el paleomagnetismo”, afirma
Davinia Moreno.
Para el nivel TD6, donde se descubrió y definió la especie
Homo antecessor, las dataciones por RPE confirman la edad de 800.000 –
900.000 años, afinando la edad de estudios anteriores que sugerían
una edad mínima de 780.000 años.
En el nivel TD10, donde se registran las últimas fases de ocupación
humana en Gran Dolina, se propone una edad de 350.000 – 450.000 años,
acotando de esta manera la antigüedad de este nivel para el que se
había atribuido una edad mucho más amplia, entre 500.000
y 300.000 años.
Un método muy versátil
Este trabajo no sólo es importante desde el punto de vista arqueológico
sino también desde un punto de vista metodológico ya que
con la técnica de RPE se puede establecer la cronología de
muchos yacimientos arqueológicos antiguos en Europa que no poseen
dataciones absolutas, bien debido a que se encuentran en zonas no volcánicas
donde no se puede aplicar métodos como el Argón-Argón
(Ar-Ar), o bien debido a que por su antigüedad no se pueden aplicar
métodos de referencia como el Carbono 14 o el Uranio-Torio, al superarse
el límite temporal de aplicación del método.
“El RPE aparece como una técnica capaz de resolver estos problemas
porque puede aplicarse en cualquier contexto sedimentario (fluvial, kárstico,
volcánico…) y además, puede cubrir todo el Cuaternario e
incluso el final del Plioceno, donde otros métodos de datación
absoluta no son aplicables”, señala Davinia Moreno.
La datación por RPE está basada en la detección
y cuantificación de los efectos de la radiactividad natural en los
granos de cuarzo de las muestras geológicas y/o arqueológicas.
“Lo que datamos en el yacimiento arqueológico es el momento de sedimentación
del cuarzo, es decir el momento en el que vio la luz solar por última
vez, y no el momento de formación de dicho mineral”, explica Davinia
Moreno.
En contexto fluvial, el método ha sido utilizado con éxito
pero en sedimentos kársticos como los de Gran Dolina, existían
dudas sobre si sería posible su utilización. “Nuestro trabajo
prueba que es posible utilizar el RPE sobre cuarzo extraído de sedimentos
kársticos lo cual abre todo un abanico de posibilidades para afinar
el marco geocronológico de la prehistoria europea”, concluye Davinia
Moreno.
Nuevas dataciones cambian la cronología
del Complejo de Galería en Atapuerca
Científicos del CENIEH publican en PLOS ONE un trabajo que demuestra
que la industria achelense del Complejo de Galería en la burgalesa
sierra de Atapuerca es 200.000 años más joven de lo que se
pensaba
Burgos, 24 de octubre, 2014. Científicos del Centro Nacional
de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), acaban
de publicar en la revista PLOS ONE un trabajo que indica que los primeros
registros arqueológicos con industria lítica Achelense del
Complejo de Galería en la trinchera del Ferrocarril de la Sierra
de Atapuerca (Burgos) son 200.000 años más jóvenes
de lo que se pensaba hasta ahora, gracias la utilización del método
de datación por luminiscencia.
Lo más significativo de este trabajo, centrado en las nuevas
dataciones de la secuencia sedimentaria del Complejo Galería, es
que indica que los primeros registros arqueológicos con industria
lítica Achelense tienen una edad de 313.000 años, y son muchos
recientes que la antigüedad establecida en trabajos anteriores que
los databan en 500.000 años. Por otro lado los depósitos
que se encuentran por encima, que también cuentan con industria
Achelense pero con una técnica más avanzada, tienen una edad
de 240.000 años.
En total se midieron diez muestras que abarcan por completo los niveles
Achelenses, y se obtuvieron dataciones de granos de cuarzo y feldespato
por separado utilizando nuevas señales y métodos que son
principalmente luminiscencia estimulada ópticamente térmicamente
transferida (TT-OSL) para datar granos de cuarzo aislados y luminiscencia
estimulada por infrarrojo post-infrarrojo (pIR-IR) para la datación
de los feldespatos.
Esquema cronológico más firme
Los resultados corroboran otras edades obtenidas por los métodos
de Resonancia Paramagnética Electrónica (ESR) y Series de
Uranio sobre dientes fósiles, mientras que contradice las dataciones
por termoluminiscencia (TL) de 400.000 a 500.000 años para la mayoría
de la secuencia que se publicaron en el año 2008.
Gracias a estos resultados se pueden establecer los registros arqueológicos
del Pleistoceno Medio de Atapuerca dentro de un esquema cronológico
más firme y reconstruir patrones de asentamiento humano en la Sierra.
Por ejemplo, las nuevas cronologías indican que los registros humanos
de otro de otro de los yacimeitnos de Atapuerca, la Sima de los Huesos,
son 100.000 años más antiguos que los de Complejo Galería”.
En este artículo titulado “New Luminescence Ages for the Galería
Complex Archaeological Site: Resolving Chronological Uncertainties on the
Acheulean Record of the Sierra de Atapuerca, Northern Spain” también
han colaborado la Universidad de Adelaida en Australia, la Universidad
Complutense de Madrid, el IPHES y la Universitat Rovira i Virgili, de Tarragona.
La ausencia de homínidos en Atapuerca
hace 600.000 años pudo deberse a la competencia con otros carnívoros
Un equipo de investigadores liderado por el CENIEH acaba de
publicar en la revista PLOS ONE un artículo sobre la discontinuidad
de la presencia humana en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca como
consecuencia de la competencia ecología
Burgos, 29 de julio, 2014. Un grupo multidisciplinar de investigadores
liderado por Guillermo Rodríguez-Gómez, del Centro Nacional
de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) ha publicado
recientemente en la revista PLOS ONE, un artículo sobre la ausencia
de grupos humanos en la Sierra de Atapuerca hace 600.000 años, que
coincide con un momento de mayor competencia por los recursos cárnicos
entre depredadores y carroñeros de esa paleocomunidad.
Como se plantea en este trabajo, los humanos podrían haberse
visto excluidos de dicha comunidad a inicios del Pleistoceno Medio principalmente
por la presencia del jaguar europeo (Panthera gombaszoegensis) y la hiena
rayada (Hyaena hyaena).
Para llegar a la conclusión de que la escasez de evidencias humanas
en Atapuerca pudo deberse a la intensa competencia por el alimento, se
ha utilizado un modelo matemático, desarrollado por el equipo del
CENIEH, que permite estimar los recursos cárnicos que podían
obtenerse de las poblaciones de herbívoros de forma sostenible.
También permite simular la distribución de esos recursos
entre los depredadores y carroñeros presentes en el ecosistema.
Los resultados ponen también en evidencia la relevancia de analizar
niveles con ausencia de presencia humana, como el nivel TD8 de Gran Dolina,
para entender mejor los comportamientos y la socioeconomía de los
homínidos durante el Pleistoceno en Europa. Como explica este biólogo
del CENIEH, el modelo que se ha aplicado a la comunidad representada en
el nivel TD8 del yacimiento de Gran Dolina, permite estimar los individuos
de cada población que podrían servir de alimento a los carnívoros
sin que el ecosistema colapsase. “Se espera además que la excavación
en extensión de este nivel aporte información para confirmar
la hipótesis planteada en nuestro trabajo” señala Rodríguez-Gómez.
Discontinuidad de presencia humana
La continuidad de las poblaciones humanas en Europa durante el Pleistoceno
Inferior y Medio ha sido objeto de un intenso debate científico
en los últimos años. Como ha ocurrido anteriormente, la Sierra
de Atapuerca resulta clave para estudiar y aportar información a
esta discusión, debido a su extenso y continuo registro, desde hace
1,2 millones de años hasta nuestros días, en el que se observan
periodos de discontinuidad de presencia humana.
En este artículo titulado “Discontinuity of Human Presence at
Atapuerca during the Early Middle Pleistocene: A Matter of Ecological Competition?”
también han participado investigadores de los programas de Paleoecología
y Paleofisiología y Ecología Humana del CENIEH, junto con
investigadores de la Universidad de Burgos, del Museo de Gibraltar, de
la Universidad Rovira i Virgili (URV) y del Institut Català de Paleoecologia
Humana i Evolució Social (IPHES) de Tarragona.
Atapuerca, clave en la evolución
humana
Los primeros homínidos europeos
El ADN humano más antiguo
Los científicos logran secuenciar el genoma de un homínido
de hace 400.000 años a partir de un fémur encontrado en la
Sima de los Huesos de la sierra burgalesa
El genoma de un individuo que vivió hace 400.000 años
revela un parentesco inesperado con humanos de Siberia
05.12.13 - Antonio Paniagua / IDEAL
Juan Luis Arsuaga, director del Museo de la Evolución Humana de
Burgos, en una excavación. En el recuadro, restos del fémur.
:: J. Trueba / EFE
La ciencia depara sorpresas. Un humano que vivió hace 400.000
años en la actual península Ibérica ha descolocado
a los científicos y ha puesto del revés lo que se tenía
por certeza inamovible sobre la evolución humana. Resulta que el
análisis de apenas dos gramos de un fémur, enterrado en la
Sima de los Huesos del yacimiento de Atapuerca (Burgos), revela que su
ADN está relacionado con los denisovanos, un nuevo grupo de humanos
descubierto hace tres años gracias a un par de dientes y un pequeñísimo
hueso del dedo meñique que aparecieron en una cueva de Siberia.
El genoma corresponde al fósil humano más antiguo en el que
se han podido hallar restos de ADN.
El descubrimiento es obra de un equipo de paleontólogos de Atapuerca
y el grupo de Matthias Meyer del Instituto Max Planck de Alemania, que
representa la mayor autoridad mundial en descifrar ADN antiguo. Los expertos
han logrado obtener la secuencia casi completa de los genes, lo que evidencia
que los individuos de Atapuerca están emparentados no con los neandertales,
como era lo previsible, sino con una remota población que se afincaba
en los montes de Altai, en Siberia.
El estudio, publicado en la revista ‘Nature’, obliga a retrasar la más
antigua secuencia genética humana en más de 200.000 años.
Por ahora, únicamente se había descifrado un ADN tan antiguo
en animales, concretamente el de un caballo que data de 700.000 años
atrás. Estaba conservado en Canadá, en la capa de hielo permanente
que cubre las regiones muy frías.
El hallazgo plantea muchos interrogantes. ¿Cómo es posible
que el ADN más arcaico leído hasta ahora tenga similitudes
inequívocas con los denisovanos, cuyos restos se encontraron a miles
de kilómetros de Atapuerca? Para dar con una explicación
coherente se manejan cuatro hipótesis. El estudio, que pone todo
«patas arriba», según el paleontólogo Ignacio
Martínez, induce a pensar que los humanos que hace 400.000 años
poblaron Atapuerca tuvieron un ancestro común con los denisovanos,
y que ese antepasado carecía de cualquier tipo de relación
con los neandertales. Una segunda suposición trabaja con la idea
de que los humanos de la Sima estén íntimamente relacionados
con los ancestros tanto de neandertales como de denisovanos. Es la hipótesis
preferida por Matthias Meyer, del Instituto Max Planck de Antropología
Evolutiva.

Tercer escenario
Otro de los coautores del trabajo, el paleoantropólogo José
María Bermúdez de Castro, anticipa un tercer escenario. A
su modo de ver, el Homo antecessor, una especie humana de 900.000 años
también hallada en Atapuerca, a un kilómetro de la Sima de
los Huesos, podría haber transmitido su ADN mitocondrial a los denisovanos.
La cuarta idea plantea que el flujo de genes de otra población
trasladara el ADN mitocondrial a los denisovanos y a la Sima de los huesos
o a sus ancestros. En ese supuesto, más de un linaje evolutivo humano
estaría presente en Europa hace unos 400.000 años.
Con todo, no se pueden extraer conclusiones precipitadas. El ADN logrado
conseguido es el que se hereda de la madre, con lo cual solo se sabe una
parte de la historia.
El equipo de Matthias Meyer ya había secuenciado, hace muy poco
tiempo, el genoma completo de un oso precedente del mismo yacimiento y
encontrado junto a los fósiles humanos. Para ello fue preciso desarrollar
nuevas técnicas analíticas, debido a la intensa degradación
del material genético. Los investigadores compararon a continuación
el genoma extraído del fémur de la Sima de los Huesos con
el de las especies más cercanas, tanto vivas –concretamente humanos
actuales y grandes simios–, como fósiles: neandertales y denisovanos.
Los científicos estimaron que la edad aproximada para el fósil
de la Sima de los Huesos era de unos 400.000 años, muy parecida
a la calculada con el mismo procedimiento para el oso, que se pensó
que habitó en la sierra de Atapuerca hace 430.000 años. «Extraer
ADN humano de 400.000 años es una revolución», aseguró
el director científico del Museo de la Evolución Humana de
Burgos, Juan Luis Arsuaga.
Un cuchillo de hace 1,4 millones
de años
Se trata de la pieza más antigua encontrada nunca en el yacimiento
burgalés
24.07.13 - 15:56 - E. PRESS | BURGOS
El hallazgo de un cuchillo de tres centímetros con una antigüedad
cercana a 1.400.000 años es el descubrimiento más destacado
en la campaña de excavaciones en los yacimientos de la Sierra de
Atapuerca y constituye la pieza más antigua que jamás se
ha encontrado en Atapuerca.

Así lo ha manifestado uno de los co-directores de las excavaciones,
Eudald Carbonell que ha señalado que esta pieza tiene "un gran valor
ya que confirma la continuidad del poblamiento humano en Europa desde que
este se originó hace aproximadamente 1,5 millones de años
hasta la aparición de Homo Antecessor, hace 850.000".
De esta forma se contradicen las hipótesis planteadas por algunos
investigadores que explicaban el primer poblamiento de Europa a partir
de la sucesión de pequeñas oleadas de homínidos sin
continuidad en el tiempo y condenadas a la extinción ante su incapacidad
de adaptarse a los nuevos espacios.
Según Carbonell, "el descubrimiento de este cuchillo es histórico
y para su hallazgo y posterior investigación se han tenido que remover
300 toneladas de sedimentos".
Además durante la presentación de los resultados de la
campaña de excavaciones de este verano, en la Sima del Elefante
se ha hallado una pieza de industria lítica en sílex cretácico
del Modo 1 en el nivel TE8. El nivel TE8 se localiza por debajo del nivel
TE9 (datado en 1,2 millones de años) donde en el año 2007
apareció la mandíbula humana más antigua de Europa.
Escápula encontrada en 2005
En esta campaña se ha presentado también una escápula
del Homo Antecessor hallada en Gran Dolina en el año 2005. Después
de siete años de trabajo se ha conseguido liberar el resto del fósil
que se hallaba incrustado en un bloque de arcilla calcificada. La escápula
de Homo Antecesor perteneció a un niño o niña de entre
cuatro y seis años y representa una gran oportunidad para investigar
sobre el desarrollo y la locomoción de la especie.
Para el codirector de las excavaciones, José María Bermúdez
de Castro "este fósil por su rareza y una vez finalizado su estudio
merece ser expuesto en el Museo de la Evolución Humana de Burgos".
Además en el yacimiento de Cueva Mayor se ha localizado un fragmento
de parietal. El co-director de las excavaciones, Juan Luis Arsuaga ha asegurado
que "se desconoce a qué individuo pertenece con lo que se espera
"casar" cuanto antes para completar el cráneo y darle el nombre
correspondiente y de esta forma completar el proceso evolutivo".
Al respeto y en el yacimiento de Galería en esta campaña
destaca la recuperación de restos pertenecientes a dos leones en
una de las zonas próximas al techo de la cueva. Uno de ellos es
un cráneo prácticamente completo de un individuo adulto,
probablemente una hembra, y el otro es la mandíbula de un cachorro
de unos seis meses.
Además en el yacimiento de la Cueva del Mirador en esta campaña
han seguido exhumándose cadáveres de un grupo de unos veinte
individuos del Calcolítico, cuya antigüedad se ha estimado
en 4.700 años antes del presente.
Durante la presentación de resultados de la campaña de
excavaciones de Atapuerca, la consejera de Cultura y Turismo de la Junta,
Alicia García ha destacado el "gran trabajo realizado por todos
los investigadores y ha abogado por mantener la inversión en tareas
de investigación con el fin de darle la importancia que se merecen,
a pesar de la complicada coyuntura económica ".
Atapuerca,
Los primeros hiomínidos europeos
Una mandíbula hallada en la Sima del Elefante
"confirma y refuerza la teoría de la antigüedad de la presencia
de los primeros homínidos que llegaron a Europa"
(Hallazgo previo) Un equipo de
Atapuerca halla un diente con 1,2 millones de años, posiblemente
el resto humano más antiguo de Europa

La mandíbula de 1,2 millones de años, encontrada en la
sima del Elefante en 2007.
Foto: Javier Trueba
28-03-2008 / Ideal
Un artículo de la revista Nature (marzo
2008) revela que el europeo más viejo de la historia vivió
en la sierra de Atapuerca hace 1,2 millones de años, un dato sobre
el que los científicos ya estaban trabajando pero que ha corroborado
el hallazgo de su mandíbula en este yacimiento burgalés.
'El primer homínido de Europa' recoge
las principales conclusiones del nuevo descubrimiento del equipo investigador
de Atapuerca, dirigido por Juan Luis Arsuaga, José María
Bermúdez y Eudald Carbonell, y que se produjo el 30 de junio de
2007.
Los científicos del Centro Nacional de
Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos
y del Institut Catalá de Paleoecología Humana i Evolució
Social (IPHES) de Tarragona evidencian con multitud de pruebas la presencia
de homínidos en el sur de Europa en una fase muy temprana del Pleistoceno
Inferior.
Perteneciente al Homo antecessor
La mandíbula ha sido encontrada en la
cueva denominada Sima del Elefante situada a unos doscientos metros del
yacimiento de la Gran Dolina, donde en 1994 se encontraron los primeros
restos del Homo antecessor y a unos mil de la Sima de los Huesos, donde
se han localizado más de 6.000 fósiles de la especie Homo
heidelbergensis.
Según ha informado el propio equipo investigador,
el hallazgo "confirma y refuerza la teoría de la antigüedad
de la presencia de los primeros homínidos que llegaron a Europa".
Asimismo, junto a la cavidal fósil, la conocida como T-9, se han
encontrado utensilios de sílex de tradición Olduwaiense así
como especies de roedores que demuestran el espacio temporal al que pertenece
el hallazgo.
La mandíbula conserva algunos dientes
y a ella corresponde además un segundo premolar inferior que fue
encontrado dos días antes en el nivel TE-9, y que se presentó
a los medios de comunicación el 29 de junio de 2007. Este descubrimiento
fue crucial, al igual que el de este nuevo fósil, porque hace retroceder
en casi medio millón de años la llegada de los primeros homínidos
a Europa.
En cuanto a la procedencia originaria del espécimen,
aún por determinar, se apunta que la morfología de la cara
anterior de la sínfisis, la región anterior de la mandíbula
donde se reúnen las ramas horizontales, es primitiva y recuerda
a la de fósiles africanos del Pleistoceno Inferior atribuidos a
Homo habilis y Homo rudolfensis, aunque, por el momento, se ha vinculado
provisionalmente al Homo antecessor.
Técnicas utilizadas
Los científicos creen "probable" que la
primera población europea proceda de la región del Oriente
Próximo, verdadero cruce de caminos entre África y Eurasia,
y que estuviera relacionada con la primera expansión demográfica
fuera de África que, en la actualidad, está representada
por los homínidos de Dmanisi.
Los investigadores descubrieron hasta un total
de 32 herramientas de sílex que estos homininos posiblemente utilizaron
para aprovechar la carne de algunos grandes herbívoros, como muestran
las marcas que los útiles líticos dejaron sobre algunos huesos
animales.
Los científicos han sido capaces de obtener
todas estas pruebas mediante la utilización de una variedad de técnicas,
como paleomagnetismo, biocronología y el estudio de la descomposición
radiactiva de los isótopos en los sedimentos.
Atapuerca, Patrimonio de la Humanidad
Las excavaciones de Atapuerca, declaradas Patrimonio
de la Humanidad, ofrecen desde hace treinta años continuas revelaciones
sobre el modo de vida de los primeros humanos que habitaron el continente
europeo.
Considerado uno de los yacimientos prehistóricos
más importantes de Europa y de los más relevantes del mundo,
en Atapuerca se han encontrado restos desde una cronología perteneciente
al Pleistoceno Inferior (con una antigüedad superior al millón
de años) hasta el Holoceno (época actual), con datos sobre
la fauna, flora y clima.
Los yacimientos son excepcionales por la abundancia
de registro fósil, su buena conservación e importancia científica.
Excavaciones en Atapuerca, foto: Filippe Desmazes
/ Ideal
El éxodo de homínidos
hacia Europa fue motivado por el avance de la tecnología y no por
causas climáticas o biológicas.
"El primer gran éxodo de homínidos
de Africa hacia Europa y Asia, estuvo motivado por el avance de la tecnología
y no por las causas climáticas o biológicas". Esta revolucionaria
hipótesis, que contradice las teorias vigentes hasta ahora, la han
planteado un grupo de arqueólogos de Atapuerca.
Se trataría, según los autores de esta
hipótesis, de una primera revolución industrial que habría
llevado "a una lucha entre diferentes grupos para la ocupación del
territorio africano; fueron precisamente los tecnologicamente menos avanzados
los que tuvieron que huir hacia otros continentes", como explica uno de
los autores del estudio, el arqueólogo, Eudald Carbonell.
"Se produjo una gran trasformación cultural
que provocó que los homínidos que utilizan tecnología
más abanzada entrasen en competencia con los homínidos que
fabricaban utensilios rudimentarios para el control del territorio y sus
recursos", explica Carbonell.
Los detalles de esta nueva teoría sobre la
primera gran emigación de la historia de la humanidad se detallan
en el artículo que esta semana publica la revista "Jornal of Anthopologicar
Archaelogy". Carbonell ha explicado que en Atapuerca se han encontrado
utensilios más rudimentarios de los que durante el mismo período
se encontraron en el continente africano.
"Si esta teoría se demuestra válida,
ni en Europa, ni en Asia, se podrían encontrar fósiles ni
asentamientos industriales con una antiguedad superior al millon y medio
de años", asegura Carbonell.

Pelvis denominada Elvis. y comparativa con una actual (en el centro)
Fotos:
Javier Trueba
El descubrimiento de la
pelvis completa de un homínido en Atapuerca (Burgos) revela un nuevo
modelo de evolución humana.
La revista 'Nature' publicaba un estudio sobre el
hallazgo realizado por el equipo del yacimiento
El Equipo de Investigación de Atapuerca volvió
a demostrar que la paleontología mundial tiene mucho que aprender
de los restos fósiles hallados en Atapuerca. En el Museo de Ciencias
Naturales, donde se está exponiendo una muestra del trabajo realizado
en Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, codirector del equipo de Atapuerca y escritor
del artículo para Nature, explicó que «el hallazgo
de una pelvis humana completa sirve para plantear un modelo de evolución
humana diferente, lo que traerá mucha discusión en la comunidad
científica internacional».
La pelvis, que corresponde a un esqueleto humano
masculino, ya tiene nombre propio: Elvis, en referencia al más popular
movimiento de caderas de la historia del rock. Pero este nuevo Elvis promete
ser una auténtica revolución en la ciencia porque ha permitido
descubrir nuevas teorías sobre nuestros antepasados, en concreto
sobre el hombre neandertal.
EL fósil fue encontrado en la Sima de los
Huesos, en la burgalesa Sierra de Atapuerca, zona que hasta la fecha ha
permitido encontrar más de 2.500 fósiles humanos datados
en cerca de 300.000 años.
Han pasado cinco años de investigaciones hasta
que el Equipo pudo sacar a la luz el artículo, años que sirvieron
para demostrar que esta pelvis es mucho más ancha que la de un humano
de hoy en día, por lo que se deduce que eran hombres de gran corpulencia,
unos 100 kg, y de mediana estatura. Esta «espectacular anchura»,
según palabras de Arsuaga, hace suponer que, a pesar de corresponder
a un hombre, «Elvis podría dar a luz», comentó
en tono jocoso el codirector del proyecto, ya que disponían de una
gran anchura de la cavidad pélvica.
Asimismo, se estima que el grado de desarrollo de
los recién nacidos neandertales era mucho mayor que el de los bebés
actuales.
Aunque a primera vista pueda parecer increíble,
el estudio de la pelvis nos lleva a conocer, de la mano de estos prestigiosos
paleontólogos españoles, cuál era el papel de estos
hombres en el ecosistema y su grado de encefalización. En el artículo
publicado en Nature se demuestra que los hombres de hoy en día han
perdido una tercera parte de la masa corporal en relación a los
neandertales, es decir, que nos hemos «gracilizado». Del mismo
modo, al ser un grupo de gran fortaleza, se demuestra que su papel en el
ecosistema se situaba en la cúspide.
Fotos: Javier Trueba
Los homínidos
de Atapuerca, de gran corpulencia.
Europa Press / Ideal
El descubrimiento, en el yacimiento de la Sima de
los Huesos de Atapuerca (Burgos), de la primera pelvis completa de un homínido
del pleistoceno medio (de unos 300.000 años de antigüedad)
puede revolucionar las teorías de la evolución humana vigentes
hasta el momento, aportando nuevas claves para comprender las verdaderas
razones de la extinción del Homo Neanderthalensis (hombre de Neandertal)
después de "competir" durante más de 10.000 años con
nuestra especie, el Homo sapiens.
Según las conclusiones del equipo científico,
dadas a conocer tras cinco años de investigaciones, la pelvis encontrada
en la Sima de los Huesos, a la que denominan cariñosamente "Elvis"
("es una gran cadera") revela muchísimos datos acerca de la anatomía
de estos homínidos, descendientes del Homo Antecessor de Atapuerca
(de 800.000 años de antigüedad y antepasado común del
Homo Sapiens) y antepasados del Homo Neanderthalensis.
Así, los investigadores, dirigidos por Juan
Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald
Carbonell, han concluido a partir del estudio de esta pelvis que estos
homínidos, pertenecientes a la especie Homo Heidelbergensis, tenían
una altura similar a la del hombre moderno (de 1,75 a 1,80 metros), aunque
presentaban una corpulencia un tercio superior a la nuestra, pesando una
media de 100 kilogramos (sólo contando osamenta y masa muscular,
sin depósitos de grasa).
Además, tal como ponen de manifiesto los científicos
en la última edición de la revista "Nature", que sale mañana,
estos homínidos eran mucho más longevos de lo que se pensaba,
alcanzado edades en algunos casos superiores a los 50 años.
Además de "Elvis", que fue encontrada en el
verano de 1994 (aunque se dió a conocer ayer), sólo se conocen
dos pelvis de Australopithecus, una de ellas de Australopithecus afarensis
procedente de Etiopía (datada en 3,5 millones de años) y
otra de Australopithecus africanus de Sudáfrica (2,5 millones de
años), además de otra neandertal del yacimiento israelí
de Kebara, con una antigüedad de unos 60.000 años.
Fue precisamente lo reducido del canal pélvico
de esta última pieza lo que hacía pensar a los investigadores,
hasta ahora, que los partos difíciles habían podido causar
la extinción de la especie, que competía con el Homo Sapiens.
No obstante, los investigadores han conseguido demostrar que el pequeño
tamaño del hueco se debe a que la pelvis israelí fue deformada
"post mortem" por el sedimiento en el que estaba fosilizada a través
de miles de años, siendo en realidad mucho mayor, como lo pone de
manifiesto la "tremandamente grande" pelvis de la Sima de los Huesos.
Nuevo modelo de evolución
De este modo, según Juan Luis Arsuaga, "Elvis"
permite dibujar un nuevo modelo de evolución humana, según
el cual Homo Sapiens y Neanderthalensis, con capacidad craneal similar,
se diferenciaban sobre todo en el físico, siendo los segundos mucho
más corpulentos, mientras que los primeros sufrieron un proceso
de gracilización.
Ahora bien, si el hombre de Neandertal era considerablemente
más fuerte e igualmente inteligente, ?por qué el triunfador
evolutivo fue el Homo Sapiens?. Para los investigadores de Atapuerca, la
razón hay que buscarla en la mayor eficacia social, que se tradujo
en un grupos sociales más fuertes.
Papel central en el ecosistema
Por otro lado, los científicos españoles
deducen que, lejos de los que sostienen que aquellos homínidos ocupaban
un lugar marginal en en ecosistema, dedicándose principalmente a
la recolección de frutos y a la carroña, "Elvis" y sus parientes
eran "poderosos cazadores" que competían "de igual a igual" con
los grandes carnívoros para conseguir las mejores piezas, situándose,
por tanto, "en la cúspide de la pirámide ecológica".
Otro de los elementos que llama poderosamente la
atención al observar esta pelvis es el enorme diámetro de
su cavidad, pese a tratarse de un individuo masculino. Es tan grande que
permitiría el paso de un feto actual. Además, de sus características
se deduce que el parto en los Homo Heidelbergensis era de características
modernas (rotacional y ventral), aunque más holgado que en nuestra
especie.
Los científicos presentaron sus resultados
en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, que acoge desde esta semana
la exposición "Atapuerca: nuestros antecesores", en la que, por
primera vez, se exponen al público varios fósiles originales
correspondientes a los homínidos de este yacimiento paleontológico
y arqueológico.

Imagen del diente encontrado en Atapuerca, y
la descubridora, Rosa Huguet, que halló el premolar 2 inferior el
miércoles 29 de junio a las 9 en la Sima del Elefante, que
tiene a sus espaldas. / Foto: Fernando Gómez
Un equipo de Atapuerca halla un diente
con 1,2 millones de años, posiblemente el resto humano más
antiguo de Europa.
El hallazgo de Atapuerca es un premolar inferior,
un poco gastado, perteneciente a un ejemplar de entre 20 y 25 años
que habitó en las montañas burgalesas
Se trata, al parecer, de un ancestro de Homo
antecessor
Por J. Méndez / IDEAL / Atapuerca -
30 junio 2007
El miércoles día 27, Rosa Huguet
Pamiès, una paleontóloga nacida en Tarragona y adscrita al
Equipo de Investigación de Atapuerca, descendió la rampa
de madera que da acceso a la Sima del Elefante. Se trata de un corte abierto
al lado derecho de la trinchera de ferrocarril donde la casualidad en forma
de proyecto ferroviario hizo surgir el yacimiento arqueológico más
importante de Europa. En principio nada hacía sospechar que esta
acumulación de estratos de tierras arcillosas, piedras y polvo ocultara
en su seno los vestigios que nos ayudan a entender cómo vivían
nuestros antecesores hace más de un millón de años.
Eran poco más de las nueve de la mañana
cuando un golpe de piqueta de Rosa hizo desprenderse de su almohada de
tierra un fragmento de hueso, de unos 3 centímetros de largo, coronado
en una de sus puntas por una zona ancha, plana y del color del marfil.
«La pieza cayó entre la tierra arcillosa, negruzca... Lo cogí
entre las manos y se lo enseñé a mi compañero Jan
Van der Made, especialista en dentición animal», recuerda
la doctora.
Lo que no explica Rosa Huguet es el temblor de
manos, la emoción y las esperanzas que le asaltaron en la sima.
Descartes
Tras el hallazgo en 2005 en el mismo lugar de
una serie de herramientas de sílex datadas hacia 1,4 millones de
años, los paleontólogos acariciaban la idea de que los útiles
pudieran venir acompañados de alguna evidencia humana. «Pero
no esperábamos que los restos humanos aparecieran tan pronto. Ha
sido una sorpresa», declaraba José María Bermúdez
de Castro, director del Centro Nacional de Investigación sobre la
Evolución Humana. Pero así es. El equipo de excavación
de Atapuerca ha descubierto los restos del hombre más antiguo de
Europa y que vivió en estas tierras hace 1,2 millones de años.
Se trataría, según las primeras impresiones, de un ancestro
de Homo antecessor, especie que ha sido descubierta en el yacimiento de
la Gran Dolina, también en Atapuerca.
Van der Made relata cómo, con el diente
bajo las lentes de un binocular, fueron descartando especies. «Vimos
que no pertenecía a ciervos ni a bisontes ni a otros bóvidos.
No era de un hipopótamo, ni de un rinoceronte... Tampoco de un perro.
Y menos, de un cerdo. Esos los controlo todos. He estudiado todos los dientes
de especies de cerdo del Pleistoceno en Europa», dice sin asomo de
presunción este holandés que trabaja en el Museo Nacional
de Ciencias Naturales y que ha examinado los fósiles animales de
más de un centenar de institutos de Europa, Asia, África
y América.
¿De qué se trataba entonces? «Nadie
se atrevía a pronunciar el nombre. No hacía falta. Pero nadie
quería decir que podía tratarse de un resto humano. Lo de
hombre no se usa porque parece que no gusta a las mujeres. Lo políticamente
correcto también ha llegado a la antropología», sonríe
Van der Made. «En Atapuerca tenemos primates, macacos; también
theropithecus, una especie rara de babuino que hoy vive en Etiopía...
Pero no. Era una pieza de homo», concluye Van der Made. «Entonces,
yo me eché a llorar», suspira la antropóloga Rosa Huguet
que excava en Atapuerca desde 1993. Trabaja en un filón, un entorno
donde los restos se conservan como en una nevera de arcilla. Para demostrarlo,
Rosa se acerca a una mesa y muestra un huesecillo de ave del tamaño
de un dedo. Es marrón y tiene un millón de años. Luego
enseña el diente de un zorrillo de la misma edad. Un lujo.
Más descubrimientos
«El resto humano encontrado es un premolar
inferior. Está un poco gastado y podría corresponder a un
individuo de entre 20 y 25 años», resaltó ayer durante
la presentación del diente en Atapuerca José María
Bermúdez de Castro. La pieza fue empaquetada, entre gasas, en una
bolsita de plástico donde se anotó el nivel del yacimiento
(TE 9), la zona (1624), su número (14), el material (hueso) y la
fecha (27/06/07).
«Se trata del diente del homínido
más antiguo de Europa. Trece años después de que en
Atapuerca aparecieran los restos, esqueléticos y craneales, más
antiguos de Europa Occidental, este yacimiento vuelve a suministrar datos
fundamentales. Y esperamos más descubrimientos, y más importantes
aún, en el futuro», aireó Eudald Carbonell, ataviado
con su clásico salacot.
En el nivel 9 excavado se habían localizado
restos de especies de mamíferos como bisontes, jabalíes,
ciervos y un macaco así como piezas de aves y de una especie de
minúsculo ratón ('Allophayomis lavocati') que permitió
datar el estrato (junto al estudio del magnetismo terrestre) en un millón
de años. «Y es probable que encontremos restos humanos aún
más antiguos», aventuró Bermúdez de Castro.
Bajo la zona excavada en la actualidad quedan
otros dos niveles con restos arqueológicos suficientes para dar
trabajo durante 10 años más a los 130 especialistas (40 de
ellos doctores) que trabajan este verano en Atapuerca.
El 8 de julio de 1994 se descubrieron en la Gran
Dolina un centenar de restos humanos de una especie desconocida hasta entonces
y asociada a numerosos instrumentos de piedra. Tres años después,
la revista 'Science' bautizaba a aquellos ancestros como 'Homo antecessor'
(el explorador), el primer colonizador de Europa, con una antigüedad
de 800.000 años, explican los responsables del yacimiento burgalés.
La campaña de 2007 ha sido «clave»
para el debate científico que trata de dilucidar en qué momento
(y por dónde) se produjo la primera colonización humana del
continente europeo. El presentado ayer se trata del resto fósil
humano «más antiguo» de Europa occidental. «Por
fin tenemos la evidencia anatómica de los homínidos que fabricaron
aquellas herramientas hace más de un millón de años»,
apunta Bermúdez.
«Comían de
todo, pero no sabemos aún si cazaban»
Se estima que recolectaban frutas y bayas, y
que poseían habilidades para pescar
José María Bermúdez de Castro
y su colaboradora, la doctora María Martinón (especialista
en dentición de homínidos), estaban radiantes. «Tenemos
la absoluta seguridad de que se trata del diente de un homínido.
El segundo premolar inferior izquierdo, la pieza que se encuentra justo
delante de la primera muela. Yo habré visto unos 7.000 en todo el
mundo y no hay lugar a error», señalaba Martinón.
Con sólo una pieza, apuntaban, es todavía
difícil establecer qué pautas de vida seguía el homínido
más antiguo de Europa. «Hablamos de un tipo con 900 centímetros
cúbicos de capacidad craneal y bípedo que trabaja piedras,
que hace objetos», explica Bermúdez de Castro.
¿Se puede saber qué comía?
Sería omnívoro, como lo eran
los individuos de origen euroasiático con los que se puede relacionar.
Al vivir en una latitud templada aprovecharía la estacionalidad
para recolectar frutos y bayas en otoño. Suponemos que cazaba o
que se alimentaba de carroña para nutrirse de carne y grasa. Posiblemente,
pescaba.
Paisaje
¿Hace un millón de años
veían el mismo paisaje que nosotros?
Muy parecido, aunque vivieron en una época
más cálida que la actual. La vegetación era como esta,
de tipo mediterráneo, con agua abundante. En épocas más
frías se trasladaría hacia la Sierra de la Demanda, a 1.200
metros de altitud, abundante en coníferas.
¿Cree que este nivel señala
el fondo de Atapuerca?
Es posible que hayamos llegado al límite
del yacimiento. A un fondo de 1,5 millones de años.
¿Este hallazgo servirá para
dirimir la discusión científica sobre la colonización
de Europa? Unos apuntan a migradores desde África, por Gibraltar,
mientras otros se inclinan por poblaciones llegadas desde Oriente.
Esperamos encontrar más restos. Se
trata de un gran debate y estos hallazgos pueden servir para contrastar
todas las hipótesis. Con mandíbulas o maxilares podríamos
establecer un escenario evolutivo y tratar de saber cómo se relaciona
este individuo con el Homo antecessor y con los restos hallados en Dmanisi,
Georgia, y datados hace 1,8 millones de años.
Se dice que a Atapuerca le faltan los neanderthales...
Cierto. Pero también estamos excavando
en la Cueva del Mirador, a dos kilómetros de Atapuerca. Es un área
bien orientada donde ya trabajamos en una zona de 6 metros cuadrados y
12 de profundidad. Es un terreno muy difícil, donde hemos sufrido
derrumbes. Ahora excavamos hacia lo desconocido. La zona es Pleistoceno
superior, por lo que esperamos encontrar restos de Homo sapiens, de Cromagnon.
Y en niveles inferiores creemos que podemos hallar neanderthales.
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pero aún persisten dudas sobre su humanidad, en un yacimiento con
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llegada al continente de los primeros humanos |
Vs. Orce
Por J. E. Gómez / IDEAL / Waste
El descubrimiento de Atapuerca se encuentra en
competencia directa con el denominado Hombre de Orce. Aunque los responsables
de Atapuerca no hacen mención alguna del fósil descubierto
por José Gibert en el yacimiento de Venta Micena, en Orce-Granada,
hace más de veinte años, la realidad es que este fósil,
del que se piensa que procede de un niño, tiene una datación
confírmada de 1,3 millones de años. Poco antes de la difusión
del hallazgo de la Sima del Elefante, el que fuese codirector de Atapuerca,
Emiliano Aguirre, felicitaba a Gibert porque los hallazgos del esqueleto
de una niña de hace 2.000 años en Tarragona, revelaban la
existencia de una cresta interior en el cráneo, igual a la que tiene
el fósil de Orce, lo que demostraba la humanidad del Hombre de Orce,
y que había sido la clave para que un sector de la comunidad científica
rechazaran como de procedencia humana el resto de Gibert.
La datación del Hombre de Orce se ha hecho
por parte del del profesor Gary Scott, del Berkeley Geochronology Center,
especializado en geocronología, que indica sin lugar a dudas, que
la antigüedad del yacimiento de Venta Micena (donde se descubrió
el fósil) es de 1,3 millones de años. Ahora habrá
que estudiar cuál de los dos es el más antiguo.
Pero al margen de polémicas, la realidad
es que uno y otro descubrimiento demuestran la presencia humana en la península
hace 1,2 ó 1,3 millones de años, por lo que nos encontramos
ante la cuna del primer europeo. Sería razonable una unidad científica
y que la adscripción a uno u otro yacimiento no fuese causa de ocultar
al otro. Los dos descubrimientos tienen una importancia crucial en el estudio
de la evolución humana.
Orce y sus hallazgos, datos, fotos, entrevistas 
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Atapuerca, más de
2.500 fósiles
Los yacimientos más importantes de Atapuerca
son la Gran Dolina y la Sima de los Huesos. En el primero se han encontrado
hasta el momento, además de abundantes restos de fauna, más
de un centenar de herramientas de piedra y casi 80 fósiles humanos
pertenecientes a un mínimo de 6 individuos diferentes, que constituyen
indiscutiblemente el registro fósil más antiguo de Europa
perteneciente a nuestro propio género, es decir, los primeros europeos.
Por otra parte, en la Sima de los Huesos se han recuperado
hasta la fecha, además de a "Elvis", más de 2.000 fósiles
humanos, incluyendo tres cráneos muy completos entre los que destaca
el famoso Cráneo 5, al que los investigadores llaman entre ellos
"Ronaldo" supuestamente por su parecido con el futbolista del mismo nombre.
En base a los 300 dientes hallados, se ha podido
identificar a un mínimo de 32 individuos distintos, entre los que
hay tres niños de menos de 12 años, 16 adolescentes entre
12 y 20 años y 13 adultos jóvenes entre 20 y 35 años.
(EUROPA PRESS). 05/19/19-24/99.
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