MESTIZAJE
DE AROMAS
La construcción de jardines, presente en todas las culturas
MERCHE S, CALLE * WASTE MAGAZINE
La arquitectura urbana actual intenta volver a los jardines.
Evitar los bloques de cemento y recuperar el equilibrio con la
naturaleza. Los creadores de jardines buscan, como los romanos y
los árabes, levantarlos llenos de verdor y aromas.
Aprieta el calor. En los jardines, los aromas lo inundan todo. Es
el momento de disfrutar de terrazas y patios.
Desde la época romana existe una tradición de construcción de
jardines que, en la cultura árabe, especialmente en al-Andalus, se
convertiría en "elaborada estrategia para atrapar los sentidos" y
que nadie pudiera escapar a sus encantos. Celosías, muros,
aljibes, situación y orientación, todo se establece para que
quedemos capturados por un oasis de aromas.
Jardines Romanos
Baelo Claudia Protegidos por altos muros, los romanos
construían sus jardines con cipreses, laureles, higueras, naranjos
y limoneros, así como rosales trepadores, jazmines, salvia y
mirto, mezclando un sentido práctico con el puramente decorativo.
Los aromas de cada una de las especies utilizadas se concentraban
en esos pequeños espacios amurallados.
Parque de
Málaga
El
jardín mediterráneo es el más aromático, la mayor
exposición solar que sufren hace que los aceites olorosos se
expandan por el aire inundándolo todo. Se usan plantas "siempre
verdes", resistentes a climatologías adversas con altas
temperaturas o heladas, escasas precipitaciones y tiempos de
sequía. El aire se inunda con los perfumes de hierbabuena,
hierbaluisa, salvia, romero, tomillo o jaras. Todas ellas, además,
con excelentes propiedades medicinales e incluso gastrónomicas,
que están rodeadas de naranjos o de mimosas, madreselvas y los
sempiternos jazmines, el rey de los aromas en las cálidas noches
veraniegas. En macetas, parterres, jardines, no importa lo pequeño
del espacio, su aroma inundará y desbordará todos nuestros
sentidos.

JARDIN-OASIS
En al-Andalus se alcanzó la cima. Un orden establecido para la
colocación de cada especie. Arboles umbrosos al pie de los cuales
corren las acequias y la sensación de frescor que emanan estos
jardines se mezcla con la música de los pájaros y el perfume de
las flores. En el libro de Antonio Gala "Granada de los
Nazaríes" se recoge un poema de Ibn Luyun que describe como se
debe organizar una finca. "Una casa entre jardines estará
orientada hacia mediodía", la colocación del pozo, alberca o
acequia se hará en la zona más elevada. "Junto a la alberca se
plantan macizos que se mantengan siempre verdes y alegren la
vista. Algo más lejos debe haber cuadros de flores y árboles de
hoja perenne". Continúa diciendo que toda la heredad debe estar
rodeada de viñas y en los paseos que la atraviesan se deben
plantar parrales. "El jardín debe quedar ceñido por uno de estos
paseos". Grandes árboles frutales protegerán contra el viento a la
finca y en el centro habrá un pabellon "rodeado de rosales
trepadores, así como de macizos de arrayán y de toda planta propia
de un vergel". Si el jazmín es el rey de los aromas, la rosa es
sin duda la reina. Así parece ser también en el jardín inglés
donde se mezclan perfumes dulces de jacintos y celindos con otros
agridulces como el de los limoneros, naranjos o la hierbabuena.
De las Indias nos llegaron más plantas que se mezclaron a través
de los siglos con los aromas que nos venían del norte y que han
conformado el meztizaje global que en la actualidad poseen
nuestros jardines.
Jardines islámicos
El Partal y Generalife, en La
Alhambra, Granada
Velez de Benaudalla
Jardín nazarí Cármenes de Granada.
