Imagen aérea de la desforestación en el Amazonas en Brasil
Amazonas:
Árboles y animales en peligro
Desde la Cumbre de la Tierra en Río en 1992, la Amazonía brasileña
ha perdido más de 230.000 kilómetros cuadrados por actividades
humanas
Por Jacqueline De la Peña Bueno Guadalajara Jalisco /WASTE
MAGAZINE
La deforestación en toda la cuenca del río Amazonas, considerada
el gran pulmón del mundo, es peor de lo que se creía hasta ahora,
según un estudio que publica la revista Science. Los seres humanos
y sus actividades están acabando con la vida del Amazonas al doble
de la velocidad que se había previsto El Amazonas se considera
como la cuenca fluvial y como el bosque más grande del mundo con
casi 700 millones de hectáreas en 9 países, la región amazónica es
un gigantesco ecosistema de selvas tropicales sobre una extensión
de 7 millones de kilómetros cuadrados.
También es considerada como
la reserva biológica más rica del mundo, con millones de especies
de insectos, plantas, pájaros y otras formas de vida, muchas de
las cuales todavía no han sido registradas por la ciencia.
Más allá de estos factores, el Amazonas es el que se encarga de
regular el clima de casi toda América del Sur, y sus árboles
los grandes encargados de procesar todo el dióxido de carbono para
convertirlo en oxígeno. Pero más allá de eso, la cuenca es la que
regula el clima de casi toda América del Sur y sus árboles son los
grandes procesadores de dióxido de carbono y suministradores de
oxígeno. Aumentando las emisiones de CO2 se contribuye más al
cambio climático, este a su vez reduce la humedad de la selva
haciéndola más susceptible a los incendios, que a su vez emiten
más CO2 generando un devastador circulo vicioso.
La investigación, realizada por científicos de la Institución
Carnegie, de Washington, señala que esa riqueza está bajo amenaza
y que el principal factor de la deforestación es la tala
indiscriminada de árboles, a lo que se han sumado ahora las
actividades de la industria maderera en la región.
Hasta ahora, los métodos basados en las imágenes proporcionadas
por satélites sólo detectaban las extensiones de terrenos en las
que los árboles habían sido talados para dar espacio a las granjas
o los pastizales. Sin embargo, un nuevo método de imagen por
satélite desarrollado por los científicos de la Institución
Carnegie, encabezados por Gregory Asner, ha logrado determinar
niveles más precisos de la deforestación amazónica.
El método llamado Sistema de
Análisis Carnegie Landsat, (en cuyo desarrollo también participó
la NASA), permitió a los científicos identificar muchas zonas
donde la floresta tropical ha sido reducida a través de lo que
calificó como "una tala selectiva" dijo Asner.
En este tipo de deforestación sólo se cortan ciertas especies de
árboles comercializables y los troncos se transportan a los
aserraderos ubicados fuera del campo.
Para detectar y cuantificar
ese tipo de árboles, en los cinco estados madereros más
importantes de la Amazonía brasileña, los investigadores aplicaron
el sistema que les permite analizar cada uno de los píxel de la
imagen producida por tres satélites.
A través de ese análisis lograron determinar el porcentaje de
tierra con floresta y sin floresta dentro de cada punto de la
imagen.
Los investigadores señalaron que entre 1999 y 2002, la tala
selectiva añadió entre 60 y 128% más de área de floresta dañada a
lo que se había informado hasta entonces.
Superficie perdida
Desde la Cumbre de la Tierra en Río en 1992, la Amazonía brasileña
ha perdido más de 230.000 kilómetros cuadrados por actividades
humanas, un área semejante a la mitad de la superficie de España"
-ha declarado Paulo Adario, Coordinador de la Campaña Amazónica de
Greenpeace en Brasil- "La deforestación y los incendios en el
Amazonas son las principales fuentes de emisiones de CO2 en
Brasil, contribuyendo de este modo al cambio climático, que a su
vez aumenta el número de incendios". Muchos grupos ambientalistas
pidieron medidas urgentes para frenar la deforestación de la
Amazonía brasileña tras el anuncio del gobierno de la pérdida de
casi 24 mil kilómetros cuadrados de selva en el 2004.
Del 200 para acá el
ritmo de destrucción no es tan alto como en los años 90, así que
el gobierno considera la cifra de 24 mil kilómetros como un éxito
de su programa para detener el ritmo de deforestación.
Sin embargo, para los grupos ambientalistas esto confirma que la
selva más extensa del mundo está desapareciendo rápidamente.
Se argumenta que el aumento
en las exportaciones de carne de res y soja en Brasil fomenta el
despeje de bosque, mediante quema y tala, para crear granjas.
Los científicos temen que el despeje de la selva podría afectar el
clima global, así como amenazar especies únicas de fauna y flora.
"La tendencia es que el
nivel se mantenga de no ser que se tomen medidas drásticas, y yo
no veo al gobierno haciendo nada drástico".
La ministra del Medio Ambiente de Brasil aseguró que el ritmo de
la deforestación se había detenido.
"El gran desafío es que 23
mil kilómetros cuadrados todavía son cifras muy altas", afirmó la
ministra Marina da Silva. El mes pasado, el presidente Luiz Inacio
Lula de Silva develó planes para contener la destrucción después
de que su gobierno fuera criticado por falta de acción.
El volumen total de árboles
talados representa entre 10 y 15 millones de toneladas métricas de
carbono retirado del ecosistema, varios científicos han señalado
que la industria maderera es causante de serias perturbaciones
ecológicas.
Las enredaderas de los
árboles pueden causar la caída de grandes cantidades de vegetación
cuando se corta un árbol con graves consecuencias ambientales.
Entre ellas se produce una eliminación de la humedad
característica de la selva y se aumenta el peligro de incendios,
señalaron los científicos. Las selvas que han sufrido tala son
áreas que presentan un daño extraordinario. Financiado por la NASA
y la Institución Carnegie, en el estudio también participaron
científicos del Servicio Forestal de EEUU, el Instituto
Internacional de Florestas Tropicales, de Puerto Rico, de la
Universidad de Nuevo Hampshire y de EMBRAPA-Amazonia Oriental del
estado brasileño de Pará.
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