PAISAJES CON HISTORIA * ALHAMBRA
DESDE LAS HUERTAS DEL CONVENTO
El parador de turismo de San Francisco, en la Alhambra
La visión del Generalife se magnifica desde el privilegiado
mirador del jardín monacal de San Francisco
Parterres con arbustos, plantas aromáticas y grandes árboles dan
paso a la imagen de las terrazas vegetales de los jardines del
Alarife
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
En el extremo más alto del Real de la Alhambra las laderas de la
Sabika caen hacia el barranco del Rey Chico, permiten la conexión
con la primitiva entrada a los territorios de verano del sultán
nazarí, y ascender hacia las terrazas cultivadas sobre las que se
alzan los jardines y palacios de Yannat al’arif , conocidos como
Generalife. Es la imagen del Cerro del Sol que pudieron contemplar
los habitantes del que se llamó Palacio del Infante y que la reina
Isabel convirtió en convento franciscano, un recinto monacal donde
reposaron los restos de los Reyes Católicos y que hoy alberga el
Parador de Turismo de San Francisco, uno de los espacios más
cuidados y dignos de ser visitados del conjunto monumental
alhambreño. (...)
(...) Los viejos bancales del convento, convertidos en un
atractivo jardín botánico, son el mejor mirador posible sobre las
huertas llamadas Colorada, Grande, Fuente Peña y Mercería, que son
las cuatro terrazas cultivadas que rodeaban el Generalife y que
aún se conservan con una traza similar a la que Mohamed V pudo
contemplar desde el palacio del Infante construido a lo largo del
siglo XIV.
Desde el jardín del parador, la vista se extiende a la colina
sobre la que al amanecer el sol lanzaba sus primeros rayos hacia
la ciudad. Cuando aún existía el palacio nazarí, el mirador de la
‘qubba’ que más tarde sirvió de tumba a los reyes castellanos,
contemplaba desde el Albaicín hasta el Generalife. Hoy, la visión
se ha recortado pero se inicia en el cerro de San Miguel, con la
gran muralla defensiva de la ciudad que cae hacia el valle del
Darro, los montes que forman Valparaíso, con la gran abadía del
Sacromonte, y al frente el Cerro del Sol, con las huertas y
construcciones del Generalife, La línea de grandes árboles que
forman el paseo de los Cipreses, y sobre ella la Silla del Moro y
el pinar bajo el que se ocultan los restos del palacio de la
novia, Dar al Arusa.
Las terrazas del parador, del viejo convento franciscano, separan
el jardín botánico de las primeras huertas, las del Partal, un
ejemplo de vegetación de temporada, con cuidadas parcelas de
flores y plantas de huerta, con pequeñas plantaciones de tomates,
pimientos, frutales y otras especies ornamentales que crecen junto
a las almenas defensivas del conjunto palatino de la Alhambra y
que enlazan tres torres especialmente significativas: a la derecha
la de la Cautiva, donde habitó Isabel de Solís, la amante de Muley
Hacén; la torre del Cadí, dedicada a usos de protección del
recinto, y la de los Picos, que se distingue porque está coronada
por almenas en formas piramidales, como las que se levantan sobre
el murete que protege el camino de unión entre las tres torres. La
vegetación, sobre todo en primavera y verano, impide contemplar
como las torres caen sobre el primitivo camino de acceso a la
Alhambra, la cuesta del Rey Chico (de los Chinos), pero entre las
almenas se puede contemplar el lugar por el que los nazaríes
entraban en el Generalife, que desde el jardín del Parador obtiene
una imagen cargada de plasticidad, sobre todo al atardecer, cuando
el sol le incide de forma directa y la luz entra, casi a su misma
altura, por el valle del Darro.
Jardín botánico
Los franciscanos convirtieron esta zona de la ladera de la Sabika
en fértiles huertas que eran regadas con el agua de la Acequia
Real de la Alhambra que aún cruza por el centro del patio central
del actual parador, en su camino desde el Darro hacia los palacios
nazaríes, y después de recorrer parte del Generalife. Los monjes
utilizaron las tierras para obtener la comida que necesitaban,
pero mantuvieron parte del jardín nazarí del Palacio del Infante,
un espacio inspirado en la idea islámica de un edén vegetal capaz
de proporcionar placeres a todos los sentidos y convertirse en un
paraíso en la tierra. El jardín nazarí desapareció, como
ocurrió a los baños y las estancias del palacio, pero con los
siglos la vegetación volvía a ocupar terreno y se convertía en lo
que es en la actualidad, un jardín botánico en el que se
encuentran algunas especies llegadas de diferentes partes del
mundo, como un extraordinario ejemplar de Laureola,
Cocculus
laurifolius, procedente del Himalaya, que es el único
individuo de esta especie que existe en la capital
granadina, además de otros árboles singulares, entre ellos
una enorme acacia del Japón,
Sophora japonica, un gran
árbol que tiene más de doscientos cincuenta años, fruto de unas
semillas enviadas desde Madrid en 1750, aunque eran originarias de
China, de las que crecieron este ejemplar y otro que vive en el
Botánico de la Facultad de Derecho, que fueron las dos primera
soforas llegadas a Granada.
Sofora
¿Dónde está?:
Es el jardín del Parador de Turismo de San Francisco.
¿Cómo llegar?: Hay que subir al conjunto monumental de
la Alhambra, al final de la calle Real de la Alhambra, está el
antiguo convento y actual parador.
Privado: Aunque se trata de un espacio privado al
estar dentro del establecimiento hotelero, puede visitarse porque
forma parte de la cafetería y restaurante.
Jardín: Está situado junto a la terraza de la
cafetería pública, por lo que sus clientes pueden pasear entre los
parterres.
Recorrer el jardín del antiguo convento franciscano es una lección
de botánica, ya que se ha dispuesto con carteles informativos con
nombre científicos y comunes de las especies. Los parterres
concentran plantas similares, con espacios destinados a flores
aromáticas propias de clima mediterráneo, con lavandas, tomillos,
romeros, albahacas y hierbaluisa, además de grandes cipreses,
pinos e higueras. El privilegiado mirador sobre el Generalife es
también un refugio para especies animales, sobre todo aves, que
encuentran semillas e invertebrados para alimentarse. Entre sus
cipreses viven multitud de pequeños pájaros insectívoros, y entre
los grandes abetos, cedros y magnolios, crían los arrendajos. En
el verano es fácil ver juveniles que no huyen ante la presencia de
visitantes y clientes del parador turístico. Los recorridos entre
las plantas se complementan con la presencia de fuentes, de
pilares ubicados en diferentes puntos del antiguo recinto monacal,
instalados aquí para evitar que fuesen destruidos cuando las casas
a las que pertenecían, en el centro de la ciudad, fueron
derribadas o reformadas. Fuentes y pilares, que junto a las
plantas intentan cumplir con el objetivo de los jardineros
nazaríes: la comunión del hombre con la naturaleza, y con ella
alcanzar la paz del espíritu.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Macasar
FLORA
Acanthus mollis (Acanto)
Adiantum
capillus-veneris (Culandrillo de pozo)
Agapanthus africanus
Aloysia citriodora/ Lippia triphylla (Hierba Luisa)
Arbutus unedo (Madroño)
Aspidistra elatior (Pilistra)
Aucuba japonica (Laurel manchado)
Bergenia crassifolia (Hortensia
de invierno)
Cedrus libani (Cedro del Líbano)
Chaenomeles
speciosa (Membrillo japonés)
Chimonanthus fragans
(Macasar)
Citrus
aurantium (Naranjo)
Citrus deliciosa (Mandarino)
Cocculus laurifolius
(Laureola)
Convolvulus arvensis
Cupressus arizonica
/Cipres de Arizona)
Cupressus sempervirens (Ciprés)
Cycas revoluta
Cyperus alternifolius
Dahlia sp
Deutzia scabra
(Celinda de espigas)
Ficus carica (Higuera)
Glandularia hybrida (verbena)
Hedera helix (Hiedra)
Hemerocallis fulva (Lirio de San
Juan)
Hibiscus syriacus
Ipomoea indica
Jasminum officinale
(Jazmín)
Lagerstroemia indica (Arbol de
Jupiter)
Laurus nobilis (Laurel)
Lavandula angustifolia
(Espliego)
Magnolia grandiflora (Magnolio)
Mentha piperita
Nandina domestica
(Nandina)
Nerium oleander (Adelfa)
Ocimum basilicum (Albahaca)
Origanum vulgare (Orégano)
Pelargonium peltatum (Geranio)
Petroselinum crispum (Perejil)
Picea abies (Abeto
rojo)
Pittosporum tobira (Pitosporo)
Philadelphus
coronarius (Celinda)
Phoenix
dactylifera (Palmera)
Photinia serratifolia
(Fotinia)
Plumbago capensis
(Celestina)
Pyrus communis (Peral)
Rosa sp
Salvia rosmarinus (Romero)
Solanum jasminoides
Solidago hybrida (Vara de oro)
Sophora japonica (Sofora)
Spiraea
cantoniensis (Espirea)
Tanacetum parthenium
(Matricaria)
Thymus vulgaris (Tomillo común)
Viburnum tinus
(Durillo)
Viola x wittrockiana (Pensamiento)
Weigela florida
(Vergelia)
Yucca gloriosa
Celinda
Laureola
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