ALHAMBRA, ISLA ECOLÓGICA
EL BOSQUE PROTECTOR
Una isla verde se alza sobre las laderas de la Sabika para
‘guardar’ la Alhambra
Densas arboledas crean un ecosistema que equilibra el clima,
protege las murallas y da refugio a decenas de especies de flora y
fauna en el interior de la ciudad
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Un balanceo mueve las altas ramas de los castaños de indias y
plátanos de sombra. Oscilan al paso de una pareja de ardillas que
recorren las capas superiores del enorme entramado vegetal en
busca de frutos que llevar a sus nidos, situados en los pinares
que ocupan las cotas altas del bosque que cubre las laderas de la
colina de la Sabika, coronada por la fortaleza y ciudad palaciega
de la Alhambra. Las ardillas han logrado colonizar un espacio
naturalizado a través de los siglos y convertido en una isla
ecológica rodeada por la ciudad de Granada, un paraíso interior
donde la naturaleza mantiene ecosistemas que suavizan y equilibran
los efectos de las alteraciones climáticas del exterior, y generan
un universo singular, donde la humedad del aire aumenta en más de
un 60%, las arboledas velan la luz del sol y las temperaturas
rebajan considerablemente su intensidad en los días tórridos del
estío. El bosque de la Alhambra, genera una cúpula protectora
ambiental sobre la colina, sus murallas y palacios, que logran
vencer al paso de los siglos gracias al elixir de juventud que le
otorga su anillo arbolado.
Son miles de árboles de casi un centenar de especies que se
distribuyen en 14 hectáreas de la masa vegetal de un bosque que
recorre el valle de la Sabika, -situado entre la ladera norte de
la colina del Mauror, con Colinas Bermejas como atalaya-, hasta el
bastión de la torre de la Vela y las murallas sur de la fortaleza
árabe. El arbolado asciende hacia el Generalife, rodea la colina
que deja caer sus laderas hacia el cauce del Darro y vuelve a
unirse a los pies de la Vela a través del bosque y tajos de San
Pedro, sobre los que se alzan las murallas norte y las grandes
torres palaciegas. Castaños de indias, plátanos de sombra, fresnos
floridos, almeces y algunos álamos, salvados de la plaga de la
grafiosis que los diezmó a finales del siglo XX, son los los
grandes colosos, árboles de más de veinte metros de altura que
unen sus copas para formar un entramado vegetal que filtra la luz
del sol y abre paso a las umbrías, en las que una densa capa verde
tapiza el suelo con hiedras, aros, lirios, ruscos y tejos,
laureles, arces y robles, alimentados por la fertilidad de un
sustrato que se autoregenera con la materia orgánica aportada por
el propio bosque.
Es la originaria alameda del conde de Tendilla, plantada tras la
caída del Reino de Granada para marcar el acceso cristiano a la
fortaleza y su conexión con la ciudad a través de la cuesta de
Gomérez. Una estructura defensiva como la Alhambra no podía
permitir una capa vegetal en su entorno que impidiese la
observación y ocultase a posibles enemigos, aunque en las zonas de
umbría de las laderas del Darro y los barrancos al norte del
Mauror pudieron mantener una capa arbustiva con un uso cinegético.
La nueva era, tras la marcha del último sultán, deriva las
acequias y deja crecer los árboles. Es una línea de álamos entre
Torres Bermejas y la Puerta de la Justicia, que poco a poco toma
cuerpo y asciende desde el camino de Gomérez hacia las murallas.
En el siglo XVI, Carlos V ordenó incrementar las plantaciones de
álamos y olmos en el valle de la Puerta de las Granadas y crear el
bosque alrededor del Convento de los Mártires; en el XVIII, con
Felipe V, las plantaciones crecieron y alcanzaron las dimensiones
actuales, aunque durante la dominación francesa, fue talado y
destruido casi por completo. La regeneración y consolidación como
la isla ecológica actual fue tras la expulsión de las tropas
napoleónicas y el empuje de Fernando VII, que inició la
recuperación de las alamedas como un espacio ajardinado, un
territorio que desde las últimas décadas del siglo XX el Patronato
de la Alhambra y el Generalife, contempla como un verdadero bosque
umbrío y protector, más que como jardines urbanos, aunque forman
parte indisoluble de la cubierta vegetal de la ciudad.
Pasear por las tres arterias que a través del valle y barranco de
Gomérez ascienden desde el centro de Granada, -la primera a la
izquierda hacia la Puerta de la Justicia, otra el paseo central
que culmina en el Generalife, y la tercera el camino de la
derecha, bajo Torres Bermejas, que accede a los altos de los
Mártires-, es entender el complejo sistema bioclimático que genera
refugio para una gran cantidad de especies animales, donde es
posible observar el paso de mamíferos que se mueven entre el cerro
del Sol y los límites del casco urbano, reptiles y sobre todo
aves. Decenas de mirlos aprovechan la humedad de las acequias,
como los pequeños petirrojos que no temen el paso de personas y
buscan larvas entre los mugos de las cascadas; palomas torcaces,
tórtolas, pinzones, picogordos, e incluso chotacabras que lanzan
sus cantos en la oscuridad de la noche.
El sonido de las viejas alamedas es el rumor del agua que baja por
canales y acequias procedente de derivaciones de la Acequia Real y
la del Tercio, que los jardineros del XVI ampliaron para regar las
laderas y favorecer el crecimiento de las alamedas. Las cascadas
situadas junto al bastión de Gomérez y la puerta de los Carros,
son el aporte de las aguas originarias del Darro, a los canales
que se convierten en arterias vitales de la gran arboleda que
protege del tiempo el universo de la Alhambra.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en el bosque de la Alhambra
Aesculus carnea (Castaño de
indias rojo)
Acanthus mollis (Acanto)
Acer buergerianum (Acer
tridente, Arce trífido)
Acer campestre (Arce menor)
Acer monspessulanum (Arce
de Montpellier)
Acer negundo (Arce negundo)
Acer pseudoplatanus
(Arce blanco)
Adiantum capillus-veneris
(Culandrillo de pozo)
Aesculus carnea (Castaño de
indias rojo)
Aesculus hippocastanum (Castaño
de Indias)
Ailanthus altissima (Ailanto)
Allium neapolitanum
/Ajo blanco)
Antirrhinum majus
(Conejitos)
Arbutus unedo (Madroño)
Arum italicum (Aro)
Buxus sempervirens (Boj)
Celtis australis (Almez)
Cedrus atlántica (Cedro del Atlas)
Cercis siliquastrum (Arbol
del amor)
Chaenomeles japonica
(Membrillo japonés)
Chelidonium majus (Celidonia
mayor, hierba de las verrugas)
Chimonanthus praecox
(Macasar)
Citrus aurantium (Naranjo)
Citrus sinensis
Cornus sanguinea (Cornejo)
Coronilla glauca / Coronilla
valentina subsp. glauca (Carolina de jardín)
Coronilla juncea (Coronilla
de hoja fina)
Corylus avellana (Avellano)
Cotoneaster
franchetti
Crataegus azarollus (Acerolo)
Crataegus laciniata
(Majuelo)
Crataegus monogyna (Majuelo,
espino albar)
Cupressus sempervirens (Ciprés)
Cydonia oblonga
(Membrillo)
Cymbalaria
muralis (Hierba de campanario)
Diospyros kaki
(Caqui)
Eucalyptus
camaldulensis (Eucalipto)
Euonymus alatus (Bonetero
alado)
Euonymus japonicus
(Bonetero del Japón)
Fallopia baldschuanica
(Velo de novia)
Ficus carica (Higuera)
Fraxinus angustifolia
(Fresno de hoja pequeña)
Fraxinus excelsior (Fresno común)
Fraxinus ornus (Fresno florido)
Gleditsia triacanthos
(Acacia de tres espinas)
Hedera helix (Hiedra)
Hyacinthoides hispanica
(Jacinto de los bosques)
Iris germanica (Lirio
azul)
Juglans regia (Nogal)
Laurus nobilis
(Laurel)
Ligustrum lucidum
(Aligustre)
Ligustrum vulgare (Aligustre)
Lonicera fragrantissima
(Madreselva de invierno) -
Lonicera sp (Madreselva
común)
Magnolia grandiflora (Magnolio)
Melia azedarach (Cinamomo)
Mirabilis jalapa (Dondiego de
noche)
Morus alba (Morera)
Myrtus communis
(Arrayan )
Nerium oleander (Adelfa)
Olea europaea (Olivo)
Opuntia ficus-indica
Orobanche hederae
Parrotia persica (Ärbol
de hierro)
Philadelphus coronarius (Celinda)
Phoenix
canariensis (Palmera canaria)
Phoenix
dactylifera (Palmera)
Photinia serrulata
Pittosporum tobira (Pitosporo)
Platanus
hispanica (Platano de sombra)
Populus alba
(Alamo blanco)
Populus nigra
(Alamo negro)
Prunus avium (Cerezo)
Prunus
cerasifera (Ciruelo rojo)
Prunus dulcis (
Almendro)
Prunus laurocerasus
(Laurel cerezo)
Punica granatum (
Granado)
Pyracantha coccinea
(Espino de fuego)
Pyracantha
angustifolia (Espino de fuego)
Quercus robur
(Roble albar)
Ranunculus ficaria
Robinia pseudoacacia (Falsa
acacia)
Rhamnus alaternus
(Aladierno)
Ruscus aculeatus (Rusco)
Sambucus nigra (Saúco, sabuco)
Smyrnium olusatrum (Apio
caballar)
Stellaria media
Sternbergia lutea (Azucena
amarilla)
Taxus baccata (Tejo)
Trachelium caeruleum
(Flor de la viuda)
Trachycarpus fortunei
(Palmito elevado)
Umbilicus rupestris
Ulmus minor (olmo)
Ulmus pumila (Olmo
siberiano, olmo enano)
Veronica cymbalaria
Viburnum opulus (Mundillos)
Viburnum tinus (Durillo)
Vinca minor (Hierba
doncella)
Viola odorata
Vitex agnus castus (Sauzgatillo,
aloc, pimentera, hierba de la castidad)
Vitis
vinifera (Vid)
Washingtonia filifera (Palmera
de abanicos)
Wisteria sinensis
(Glicinia)
Yucca sp (Yuca)
Entre la hojarasca podemos encontrar algunos coleópteros como