PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
AGUAS DE 'ORO' PARA LA ALHAMBRA
La Acequia del Sultán mantiene su ancestral tarea de conducir el
fruto del río Darro hasta las huertas, jardines y palacios
nazaríes
Tres líneas dibujan los caminos del agua en la cara norte del
Cerro del Sol. Son conducciones hidráulicas que desde hace siete
siglos condicionan el paisaje y el ecosistema de las laderas de la
colina roja
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Muhammad I, llamado Alhamar, el patriarca de la dinastía nazarí,
sabía que en la Sabika, donde quería construir su gran palacio
fortificado, no había agua, y sin ella, la Alhambra no hubiese
sido más que un fortín posiblemente olvidado por el tiempo y la
historia. Sus ingenieros conocían las captaciones que los
pobladores romanos de Ilíberis habían realizado para alimentar los
canales que llevaban agua hasta las minas de oro de Cenes
Eran aguas del Darro, que podrían ser canalizadas hasta el futuro
recinto palatino, huertas y almunias. Era el germen de lo que años
después se convirtió en ‘Al Saqilla al-Sultan’, la acequia del
sultán, que sería conocida como la Acequia Real de la Alhambra,
una obra hidráulica con 700 años de vida, que ha condicionado el
paisaje y la biodiversidad de gran parte del Cerro del Sol y las
riberas del Darro a su paso por el valle de Valparaíso.
(..) A seis kilómetros de la ciudad, hay una pequeña presa, un
primitivo azud que desde el cauce del río de oro, recoge el agua
para llevarla hacia una vieja canalización con complejos sistemas
de distribución que tenían un objetivo fundamental, conducir el
agua hacia un canal que formaría una línea aterrazada en la
ladera norte del cerro, en aquel momento, árido y seco. Desde
mediados del siglo XIII, que es cuando se supone que el sultán
ordenó la construcción de la acequia, el agua fluyó entre
las paredes de la vieja ‘Al Saqilla’, hasta que en los años
cincuenta del pasado siglo fue derivada hacía otra canalización
llamada Moderna, que es la que hoy lleva el agua procedente del
Darro hasta el complejo alhambreño, pero aún se conservan y usan
los trazados y elementos de la original y sus primeras
derivaciones.
La acequia se inicia en un ecosistema de ribera rodeado de pinares
de repoblación y los restos de un quejigal que asciende hacia el
extremo este del Llano de la Perdiz y protagoniza un recorrido
entre las tierras inestables del ‘Conglomerado Alhambra’. Tres
kilómetros después, la Acequia Real se divide para llegar al
Generalife, huertas y parte de los palacios, y dibuja líneas
transversales a diferentes alturas en la ladera del Cerro del Sol,
a más baja es la primitiva Acequia del Sultán, le sigue en altitud
la primera derivación que se realizó en el siglo XIV, que hoy aún
conduce el agua en su mayor parte al aire libre. Se llamó del
Tercio en relación con la cantidad de agua que extraía de la
conducción original. Sobre esa segunda línea discurre una tercera
que es el camino de mantenimiento de la acequia más moderna que
discurre entubada. Todas son Acequia Real y mantienen su objetivo
centenario, regar jardines, palacios y formar, hoy en día, los
caminos del agua de la Alhambra. Sobre todas ellas, otra
conducción, la de los Arquillos, fue construida por Muhammad V
para llevar agua a los palacios de Dar al Arusa y Alixares
mediante sistemas de norias para subir el agua a las zonas altas
del Cerro del Sol.
Senderos
Conocer la red de acequias nazaríes que surten al complejo
palatino es fácil. Desde el camino del Avellano, que se inicia
tras el Paseo de los Tristes, al terminar la pequeña cuesta y
cuando el sendero empieza a llanear, hay una vereda a la derecha
que sube la ladera entre el bosque hasta llegar bajo el mirador
romántico del Generalife. Es el lugar donde la acequia del Tercio
entra en los jardines. Desde allí, aguas arriba, puede recorrerse
gran parte del trazado hidráulico. Otra forma es desde detrás de
la Silla del Moro, donde parte un carril que baja hasta la
confluencia del barranco de la Lluvia con la Acequia del Tercio.
Desciende por un sendero muy pendiente y de tierras sueltas hasta
llegar al cauce que, a la izquierda, aguas abajo, discurre hacia
el Generalife.
Está bordeado por un camino fácil de andar y que termina en las
vallas de los jardines del Alarife. A la derecha, la acequia
discurre hacia su nacimiento a través de la ladera. Un recorrido
entre barrancos con las más impresionantes vistas del Sacromonte,
la Abadía y el valle de Valparaíso, surcado por el cauce del
Darro. Es un sendero que en algunos puntos se encuentra en pésimas
condiciones, pero con cuidado puede ser sorteado. Otra forma de
conocer el trazado de la Acequia del Sultán es desde el Llano de
la Perdiz. Un sendero señalizado baja por la ladera hasta conectar
con el cauce del Tercio y caminar hacia el oeste hasta llegar al
Generalife.
La ladera del Cerro del Sol es un espacio natural en el que el
paso de la acequia ha generado un ecosistema en el que habitan
densas poblaciones de aves que aprovechan el agua. Es fácil ver y
oír currucas capirotadas, lavanderas, mosquiteros y aves
forestales que acuden a beber desde los bosques de la colina. El
cauce es también hábitat de anfibios. Cada primavera y verano se
llenan de larvas de ranas y sapos. La Acequia Real y sus caminos,
son también senderos por los que se aventuran zorros, jinetas,
garduñas, e incluso jabalíes, que en su búsqueda de comida, lo
utilizan como eje para acercarse a parajes frecuentados por el
hombre.
Siete siglos después de su construcción, la ‘Al Saqilla
al-Sultan’ mantiene un espacio vital para la vida en la colina de
los monarcas nazaríes.
¿Dónde Está?:
Es un complejo de cauces con un origen común y que
surten de agua los jardines, huertas y palacios de la
Alhambra. ¿Cómo llegar?: La forma más fácil de conocer
la red hidráulica es desde la parte de atrás de la Silla del Moro.
Hay que bajar el sendero hasta conectar, tras una pendiente, con
el cauce de la acequia del Tercio. Aguas abajo va hacia el
Generalife, y aguas arriba discurre hacia su nacimiento, seis
kilómetros más allá, en el Darro, aunque no es posible llegar
hasta el final por problemas de desprendimientos de tierras. Se
puede recorrer en parte y disfrutar del paisaje y las vistas sobre
el Sacromonte. La forma más completa de recorrer la acequia es
desde el Llano de la Perdiz, desde donde parte un sendero que
conecta con la acequia.
Del azud del Darro al canal del Rey Chico
La captacion de la Acequia Real utiliza un método que aún se
emplea para infraestructuras hidráulicas, el azud, un lugar donde
se acumula y deriva el agua a base de piedra y madera. La Acequia
Real, tras llegar a la Alhambra, vierte sus sobrantes de nuevo al
Darro, por la cuesta de los Chinos, donde crea un precioso arroyo,
y bajo el pavimento de la cuesta de Gomérez.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Verónica
Adiantum capillus veneris
Allium roseum
Anarrhinum
laxiflorum
Andryala integrifolia
Antirrhinum
hispanicum (Rompepiedras)
Anthyllis cytisoides (Albaida)
Anthyllis
tetraphylla
Ballota hirsuta
Blackstonia perfoliata
Bupleurum gibraltaricum
(Adelfilla)
Calamintha nepeta subsp.
nepeta
Campanula rapunculus
Celtis australis
(Almez)
Centaurea
pullata
Chaenorhinum villosum subsp
granatense (Espuelilla pelosa)
Chara vulgaris
Coriaria myrtifolia
Cornus sanguinea Cornejo
Coronilla
glauca / Coronilla valentina subsp. glauca (Carolina de
jardín)
Cotoneaster
franchetti
Cistus albidus ( jara
blanca)
Cirsium vulgare
Crupina
crupinastrum
Cynoglossum
creticum
Cytisus fontanesii
Daphne gnidium
(Torvizco)
Daucus carota
Dianthus
brachyanthus
Dittrichia
viscosa
Epilobium
palustre
Eruca vesicaria
Eryngium campestre
Euphorbia characias
Ficus carica Higuera
Galactites tomentosa
Hedera helix (Hiedra)
Hirschfeldia
incana (Rabaniza amarilla)
Linaria
aeruginea
Linum suffruticosum (Lino
blanco)
Lonicera etrusca
Lythrum salicaria
Mentha suaveolens (Mastranzo)
Micromeria graeca
Opuntia-
ficus-indica (Chumbera)
Orobanche
clausonis
Osyris alba (Retama loca)
Pinus canariensis
Pistacia lentiscus
Pistacia terebinthus
Pulicaria dysenterica
Quercus coccifera (Coscoja)
Quercus faginea (Quejigo)
Quercus rotundifolia
Ranunculus ficaria
Ranunculus
paludosus
Rhamnus alaternus (Aladierno)
Rorippa nasturtium–aquaticum
Rosa canina
Rosmarinus officinalis
(Romero)
Rubia peregrina
Rubus
ulmifolius (Zarzamora)
Rumex
conglomeratus
Samolus
valerandi
Sanguisorba
verrucosa
Silene colorata
Silene vulgaris
Sinapis
alba (Mostaza blanca)
Sonchus aquatilis
Smyrnium olusatrum
Spartium junceum
Tamus communis (Nueza negra)
Trachelium caeruleum (Flor de la
viuda)
Veronica
anagallis-aquatica
Ulex parviflorus
(Aulaga)
Umbilicus rupestris (Ombligo de venus)
Viburnum
tinus (Durillo)
FAUNA
Insectos
Anthocharis euphenoides
Melanargia lachesis
Pararge aegeria
Pieris rapae
Pyronia bathseba
Velia (Plesiovelia) caprai (Grillo de
agua)
Aves
Aegithalos
caudatus
(Mito)
Athene noctua (Mochuelo)
Coccothraustes
coccothraustes
(Picogordo)
Columba livia
(Paloma)
Columba palumbus (Paloma torcaz)
Cyanistes
caeruleus
(Herrerillo)
Cyanopica
cyanus (Rabilargo)
Erithacus
rubecula (Petirrojo)
Falco
naumanni (Cernícalo primilla)
Fringilla
coelebs (Pinzón vulgar)
Garrulus
glandarius (Arrendajo)
Pica pica
(Urraca)
Turdus merula
(Mirlo Común)
Hirundo
rustica (Golondrina común)
Periparus
ater (Carbonero garrapinos
)Motacilla
alba (Lavandera blanca)
Muscicapa striata
(Papamoscas gris)
Parus major (Carbonero común)
Passer
domesticus (Gorrión común)
Phoenicurus ochruros (Colirrojo tizón)
Anfibios y reptiles
Bufo spinosus
(Sapo común)
Rana perezi,
Pelophylax perezi (Rana Común)
Natrix maura
(Culebra viperina)
Psammodromus algirus
(Lagartija colilarga)
Petirrojo
Sapo común, frecuente en la acequia
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