FOTO: J. E. GÓMEZ
El
agua, origen y fin de cosmos
Inmersos en la crisis del agua dulce, cuya mayor expresión la
vemos reflejada en su escasez a nivel global, me pregunto si la
misma responde a:
Ø la relación hombre - naturaleza
Ø la problemática de la gobernabilidad
Ø la pérdida de valores, entendida como la consecuencia de una
crisis moral y ética universal.
Por Virginia María Chiesa (*)WASTE MAGAZINE
A lo largo del presente trabajo haré lo posible por abordar la
temática "el agua, origen y fin del cosmos" de manera simple y
comprensiva.
Actualmente podría
decir que existe un consenso creciente en que la situación mundial
indica la necesidad urgente de generar nuevas ideas, nuevos modos
de pensar y de actuar.
Es sabido que cada época se mueve con una determinada
concepción del mundo, a cuya imagen toman cuerpo los objetos de la
realidad. Ante la presente situación descripta el primer
interrogante que debemos evacuar es "si realmente queremos cambiar
algo o bien tranquilizar nuestras conciencias".
Cada nueva figura de la filosofía encuentra su génesis
principalmente cuando discrepa con el sistema establecido, cuando
no le encuentra sentido. Al respecto, decía Jaspers "que las cosas
se están poniendo tan oscuras en el mundo actual, que la razón
tiene que luchar constantemente contra diversos usurpadores que
detentan su poder y prestigio".
En la difícil coyuntura internacional en la que nos
encontramos, entiendo provechoso volver a los clásicos, cuyos
aportes perduran en el tiempo y representan una valiosísima fuente
de ideas para alimentar nuestra reflexión. Hecho este comentario
me parece oportuno recordar a Platón, quién en su libro VII de "La
República" nos cuenta el "mito de la caverna", que señala con
elocuente objetividad la insuficiencia de la sensación fenoménica
para alcanzar el conocimiento de la realidad. Haciendo una breve
síntesis, podría decir que la mencionada alegoría incita a los
"encadenados en las apariencias" para que se atrevan a buscar la
verdad por si mismos, interesante aporte para tener en cuenta en
nuestros días en los que debemos aprender a convivir con las
preguntas inteligentes que somos capaces de formular y las
respuestas plausibles que somos capaces de dar.
La filosofía griega presocrática, emerge espontáneamente de
la situación misma del hombre en el mundo y se ha caracterizado
por su naturalismo o por su acento cosmológico,
meditación relativa al sistema del mundo. En otras palabras, el
comienzo de la preocupación filosófica helénica se dirige al
examen de la naturaleza como problema, entendiendo por
"naturaleza" el elemento generador de las cosas a partir del cual
se pone orden en el cosmos o en la realidad universal toda .
Entre tantas
respuestas a este interrogante, Tales de Mileto sostuvo que la
sustancia esencial generadora del cosmos es el "agua". Desde la
Antigüedad, vemos como el "agua" es considerada el elemento y
principio de todos los seres.
Actualmente la Organización de Naciones Unidas informó que
la cuarta parte de la población mundial carece de agua potable
salubre y que esta proporción se duplicará dentro de veinte años.
En el contexto analizado quisiera destacar que del total de los
recursos hídricos del planeta el agua dulce solamente representa
el 3%, distribuida en un 2% en casquetes de hielo, glaciares y
aguas subterráneas mientras que tan sólo el 1% aflora en aguas
superficiales.
Como se advierte el
agua dulce continúa siendo uno de los recursos naturales no
renovables más preciados, por lo tanto de su adecuado suministro y
gestión dependen la agricultura, la ganadería, la salud y
alimentación de las personas, los ecosistemas, la industria, la
energía, el mantenimiento de la paz y la estabilidad social. En
tal sentido el analista norteamericano Hughes Butts sostiene que
"ningún país podrá ser económica o socialmente estable sin una
provisión de agua segura".
Al respecto, resulta importante dejar establecido el
concepto de "agua" que se debate en los conflictos globales: "un
bien social ligado al derecho a la vida versus una mercancía de
lucro" . No resuelta aún la mencionada discusión, me parece
significativo citar las sabias palabras de nuestro querido Dr.
Luis Orlando Andorno, quien decía "que los romanos decían que las
cosas sagradas, como el agua, estaban fuera del comercio".
En virtud de lo expuesto observamos intereses contrapuestos, por
un lado, las empresas privadas persiguen como única meta la
ganancia y por otro, los consumidores tienen por finalidad la
preservación de este recurso vital. Bajo este enfoque, no podemos
perder de vista que las naciones del Norte necesitan de los
recursos naturales del Sur para continuar con sus procesos de
expansión motivados en la acumulación de riquezas, por lo tanto
destaco que quien logre controlar los recursos hídricos, dominará
la economía mundial y la vida en un futuro no muy lejano.
Dada la complejidad
del mundo actual, se avisora que el agua brota como el mayor
conflicto geopolítico del siglo XXI. Los expertos no descartan que
las próximas guerras tengan su fundamento en la soberanía del
"agua". Cómo podemos justificar guerras de esta índole después de
2000 años de civilización, de afrontar una revolución científica,
tecnológica e industrial.
Luego de tantos años
de meditación, concluyo diciendo que venimos del caos y nos
dirigimos hacia el caos, ¿cuál es el por qué de esta afirmación?
Todavía no hemos encontrado una receta para garantizar la
supervivencia de la humanidad y de todas las especies que pueblan
el planeta, decimos que el agua es fuente de vida y sin embargo
aún hoy, hay quiénes sostienen que para asegurar la vida a través
de la provisión de agua, la guerra, puede ser una alternativa, es
decir, eliminar vidas para salvar vidas con el agravante de que a
su vez las guerras devoran grandes cantidades de agua.
Evidentemente 2000 años han pasado y no hemos perdido estos viejos
hábitos, estimo nos queda mucho por aprender.
Por los motivos
expuestos sostengo que la guerra como "medio" para solucionar el
conflicto de la escasez global del agua dulce es el menos indicado
si realmente el "fin" es la preservación del mencionado recurso.
¿CUAL ES EL CAMINO?
La problemática de la gobernabilidad del agua, se centra en
el desarrollo de un marco institucional para su adecuada gestión,
Global Water Partnership ensaya la siguiente definición: "la
gobernabilidad del agua hace referencia al rango de los sistemas
políticos, sociales, económicos y administrativos que se
establecen para desarrollar y manejar los recursos hídricos y el
suministro de agua en los diferentes niveles de la sociedad".
Según este enfoque, el
problema del agua se basa en una crisis de gestión de los recursos
hídricos, esencialmente causada por la utilización de métodos
inadecuados y promueve con carácter prioritario la gestión
integrada de los mismos.
Asimismo, a lo largo de la historia la relación
hombre-naturaleza ha tomado distintas posiciones, pero desde la
revolución industrial se produjo un quiebre con el entorno, la
raza humana recurre a los grandes avances tecnológicos y utiliza
la naturaleza únicamente como un recurso a extraer sin prever ni
buscar una manera de reponer.
Llevamos más de 200 años estableciendo una relación
utilitaria con la naturaleza y demás está aclarar que el agua
también se ha convertido en un mero bien cuya disposición se
encuentra al servicio de la producción.
No obstante todo lo
dicho, personalmente entiendo que la escasez mundial del agua
dulce obedece a una crisis moral y ética universal. Al comenzar la
presente reflexión, he destacado que cada época se mueve con una
determinada concepción del mundo, por lo tanto si tomamos como
valor supremo el "confort", seguramente la tendencia actual sobre
la escasez del agua cada día será más profunda. Por el contrario,
si realzamos el valor "vida" con jerarquía suprema y absoluta,
progresivamente veremos atemperada esta situación global de
escasez.
Es claro que el agua dulce constituye un medio escaso de
supervivencia, también sabemos que el mercado sabe de precios pero
no de valores.ahora bien ¿cómo salir de la crisis en la que ya
estamos inmersos? Una herramienta ineludible para evacuar el
presente interrogante toma cuerpo en recurrir a la ética griega,
que establece una asociación entre la naturaleza, la vida, el
hombre y la sociedad. Los griegos no eran individualistas, se
preocupaban por lograr el bienestar común y del mayor
número.entonces, ¿por qué no pensar en un sistema capitalista
sustentable morigerado en sus efectos residuales por el
pensamiento antiguo?
Evidentemente para
considerar al valor "vida" supremo y absoluto, vamos a necesitar
un gran cambio. Con el transcurrir del tiempo hemos sido testigos
de numerosas revoluciones, pero creo que ya nos ha llegado el
momento de afrontar una "revolución mental" a los fines de evitar
vernos subsumidos nuevamente en el caos.
(*) Virginia María Chiesa
Abogada (UNR) - Rep. Argentina. Alumna de la "Maestría en Sistemas
Ambientales Humanos", Centro de Estudios Interdisciplinarios
(U.N.R.). Adscripta en la asignatura "Derecho Agrario y
Ambiental", Cátedra "B" (U.N.R) - (cursando 2do. año). Autora del
libro: "MERCOSUR: Un nuevo desafío para la humanidad. La crisis
del agua" UNR Editora: e-mail: apistone@unr.edu.ar, prólogo: Dr.
Luis Orlando Andorno y de otros artículos sobre recursos hídricos
en Argentina, América Latina y Unión Europea.
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