FOTO: J. E. GÓMEZ
Aguas
interiores en el sur de España
Humedales, ríos, embalses y balsas se distribuyen por un total de
271.846 hectáreas conformando ecosistemas vitales para la
biodiversidad y el abastecimiento humano
WASTE MAGAZINE
El 3,1% de la superficie total de Andalucía está ocupada por
masas de agua dulce y zonas húmedas, un total de 271.846 hectáreas
en la que el agua es el elemento identificador del territorio.
Humedales, ríos, embalses y balsas constituyen la mayor parte de
estas masas de agua, definiendo un paisaje de alto valor ecológico
y con un alto grado de vulnerabilidad ante procesos de
degradación, sobreexplotación y contaminación de carácter difuso o
directo. La superficie ocupada por agua en Andalucía comparte el
predominio de los dos grandes ecosistemas, el forestal-natural y
el agrícola, que definen el territorio andaluz y que ocupan más
del 90 por ciento de su extensión.
Estos datos, fruto del desarrollo del Mapa de Usos y Coberturas
Vegetales de Andalucía desarrollado por la Consejería de Medio
Ambiente, ponen de manifiesto la importancia del agua como recurso
natural, escaso, finito y vulnerable, cuya recuperación y
conservación aparece explicitada en la Directiva Marco de Aguas de
la Unión Europea. Basta recordar que sólo 2,5 por ciento del agua
existente en el planeta Tierra es dulce y que desde este pequeño
porcentaje sólo un 0,75 por ciento se presenta en forma líquida,
para poner en valor los valiosos ecosistemas del agua de
Andalucía..
Usos del suelo en Andalucía
Pese a ello, Andalucía dispone en la actualidad de uno de los
patrimonios naturales de humedales y riberas más extensos y mejor
conservados de España, tanto en número, 17% del total español,
como en extensión, el 56% de la superficie, según el Plan Andaluz
de Humedales impulsado por la Consejería de Medio Ambiente.
La importancia de ellos queda certificada por disfrutar de 20
humedales andaluces, con una superficie de 131.500 hectáreas,
están incluidos en el Convenio Ramsar, que se firmó en 1971
y que ya engloba a 127 países comprometidos en la
recuperación y conservación de sus zonas húmedas. Asimismo, hay
que destacar que de los 145 humedales inventariados en Andalucía,
el 75% del total inventariado, está sujeto a alguna de las figuras
de protección de espacios naturales existentes en la Comunidad
Autónoma.
Sin embargo, y durante buena
parte de los siglos XIX y XX, se consideró un símbolo de progreso
desecar humedales para convertirlos en espacios agrarios o
transformados, de tal manera que se tiene constancia de que han
desaparecido 130.000 hectáreas de zonas húmedas. Ahora, no
sólo se ha desechado esta visión, sino que existe certeza
científica de que los humedales nos aportan bienes (caza, pesca,
ganadería, obtención de minerales, suministro de agua...) y
servicios (asimilación de residuos, fertilización del suelo,
depuración de agua, control de inundaciones, control de la
erosión, sumideros de CO2...) de primera magnitud.
Inventarios de humedales en Andalucía.
Otro tanto sucede con la red
andaluza de ríos y riberas. El Plan Director de Riberas de
Andalucía ha permitido inventariar, catalogar y definir los
impactos que afectan a los 45.800 kilómetros que constituyen la
red hidrográfica de Andalucía. Un análisis hídrico divide a los
ríos en permanentes (el 40%), temporales (43%) y esporádicos
(17%), representados casi en su totalidad por las ramblas
almerienses donde el cauce no lleva agua más de seis meses al año.
A efectos hidráulicos, los 24.000 kilómetros se dividen en un 19%
de tramos tranquilos por su escasa pendiente, un 44% de tramos
rápidos, 32% de torrenciales, y 5% de torrentes.
Por lo que respecta a los impactos y el estado de conservación de
esta valiosa red de riberas, un 49% tiene un estado natural o
bueno; el 20% aceptable; y el 31% malo, asociado a núcleos
urbanos, vertidos o ciertas prácticas agrícolas con incidencia
directa sobre la calidad de las aguas o los ecosistemas forestales
asociados.
Espacios transformados del agua: embalses y balsas
En el territorio del agua en Andalucía también destacan aquellos
espacios transformados y generados por el hombre, como los
embalses y las balsas de agua, que sin embargo cumplen una función
esencial en el mantenimiento de los consumos domésticos y las
actividades agrícolas e industriales. Andalucía dispone de 79
grandes presas de Andalucía tienen una capacidad de embalse
cercana a los 11.000 hectómetros cúbicos, casi el doble de la
precipitación media de un año. Asimismo, también están
inventariadas un centenar de pequeñas presas así como más de
16.000 balsas de agua, dedicadas de manera fundamental a la
actividad agrícola y que han sido recientemente censadas gracias a
imágenes de satélite Landsat TM y fotografías aéreas.
Otro aspecto fundamental para la gestión de estos recursos
son las infraestructuras del agua, disponiendo Andalucía de más de
10.000 kilómetros de conducciones, canalizaciones y tuberías que
permiten mantener los distintos usos del agua. Esta red es similar
en extensión a la red autonómica de carreteras, que alcanza una
longitud de 10.179 kilómetros.
Por lo que respecta a los
usos del agua, el 77,6 por ciento se corresponde a los usos
agrícolas y el 14,5 por ciento a los usos urbanos, mientras que la
actividad industrial y otros usos (turísticos, recreativos.)
representan el 7,9 por ciento restante.
Aguas subterráneas y acuíferos
Los recursos hídricos en Andalucía se completan con una valiosa
red de acuíferos, que asciende a una superficie de 45.727 km2 y
que representan más de la mitad de la extensión de Andalucía.
Aunque ocultas a nuestros ojos, las 160 masas de agua subterráneas
andaluzas tienen un papel capital en el mantenimiento de los usos
(el 22,4 por ciento del agua que se consume en Andalucía procede
del subsuelo) así como de las funciones ecológicas de este recurso
naturales. También tienen un alto grado de vulnerabilidad ante la
sobreexplotación o contaminación, de tal manera que el torno al 25
por ciento de las aguas subterráneas de Andalucía tiene un elevado
riesgo de sufrir estos procesos. La Consejería de Medio Ambiente,
en colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España
(IGME), ha desarrollado un sistema pionero de control y
seguimiento de las aguas subterráneas de Andalucía (SIAS) para
permitir su incorporación a la gestión hídrica al igual que
cualquier otra masa de agua.
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Una serie de reportajes para mostrar la riqueza natural
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mayor diversidad biológica de Europa, parajes únicos para
vivir en tiempos de estío