FOTO: J. E. GÓMEZ
AGUA,
NO AL DESPERDICIO, NO A LA ESCASEZ
Exhortamos a detenerse a pensar: debemos de empezar a hacer un uso
racional de este recurso vital, es entender que es finito y
vulnerable y, sobre todo, que su disponibilidad depende de la
forma en que hoy lo usemos.
Por el Dr.Marcos Sommer - ÖKOTECCUM - Alemania
- La necesidad apremiante de hacer
frente a la progresión geométrica de la demanda de agua dulce en
América Latina y el Caribe se ha complicado en forma terrible
debido a que los recursos se deterioran a una velocidad cada vez
mayor.
- Estudio de los recursos, usos, necesidades y políticas en
Latinoamérica
-
Conceptos
básicos y fundamentales, datos La diversidad de especies y
ecosistemas dentro del bioma de agua dulce en América Latina es
notable. En el ecosistema de la cuenca del Amazonas por ejemplo
viven tres mil especies de peces. Si bien los ecosistemas del
Amazonas y el Orinoco son dos de los elementos mas dominantes y
más reconocidos de la biodiversidad de agua dulce en el
Neotrópico, la región de América Latina y el Caribe contiene una
diversa gama de comunidades y hábitad de agua dulce. Además
proporcionan diversos beneficios a la sociedad. Los
marismas, los lagos y los ríos son ecosistemas relacionados entre
si que abastecen de agua a la región, previenen y regulan las
inundaciones, previenen la intrusión de agua salada, reducen los
efectos de la erosión al mantener sedimentos, retienen sustancias
nutritivas y eliminan sustancias toxicas, estabilizan el
microclima, sirven de sumidero de carbono para el mundo, sirven de
medio de transporte y constituyen excelentes lugares
turísticos. A pesar de su importancia crítica, suele
considerarse que muchos ecositemas de agua dulce carecen de
utilidad en América Latina y el Caribe.
La ignorancia generalizada sobre su importancia ha contribuido a
este concepto y ha promovido la destrucción y degradación de los
ecosistema. En América Latina y el Caribe se ha descuidado
gravemente la conservación de la diversidad biólogica de las aguas
dulces y hay ecosistemas enteros amenazados de extinción. La causa
primordial de la pérdida de recursos es la alteración del hábitat
impulsada por el rápido crecimiento de la población y tendencias
de desarrollo, planificado y no planificado. La erosión y la
deforestación de los bosques de cuencas de captación ha alcanzado
una enorme intensidad en las laderas orientales de los Andes,
desde Colombia hasta el norte de la Argentina. El desarrollo rural
(en su mayor parte para el cultivo del arroz) esta afectando a las
marismas en toda América Latina y el Caribe. La contaminación
procedente de la minería y la industria, los principales recursos
hídircos de América Latina estan química y biológicamente
contaminados en un grado considerable.
En la mayoría de los paises del continente latinoamericano los
desechos de agua no están subordinados a los efectos que puedan
tener en el medio ambiente ni pueden ser modificados para reducir
un peligro para el medio ambiente. La tierra contiene
aproxidamente 1,4 millones kilometros cúbicos de agua, pero
alrededor del 97,4 por ciento restante estan encerrados en
casquetes polares y glaciares. El agua dulce disponible se reduce
al 0,001 por ciento del total. El agua dulce es un recurso finito
e indispensable para mantener la vida, para realizar actividades
productivas desde el punto de vista económico y para el propio
medio ambiente. Ninguna estrategia de reducción de la pobreza
puede pasar por alto la necesidad vital de agua del ser humano,
hecho muy trascendente en cualquier análisis de los retos
relacionados con el agua a que actualmente se enfrentan los paises
americanos, como también es importante la necesidad de una Gestión
justa y sostenible de este recurso crítico en interés del conjunto
de la sociedad. Igualmente necesario para el trabajo productivo y
la salud y la dignidad humanas es un saneamiento medioambiental
profundo, cuestion intimamente relacionada con la oferta de
agua. La historia de la humanidad está marcada por
innumerables conquistas tecnológicas, por el progreso de las
relaciones entre las personas y por la capacidad creativa del ser
humano para superar cada desafío. Sin embargo, desde la
prehistoria hasta nuestros días, el desarrollo de las
civilizaciones siempre ha evolucionado marcado por un factor: la
presencia o lo ausencia del agua. Si está presente y en
abundancia, el agua representa la posibilidad de mejoramiento
agrícola, social, industrial, sanitario y de la calidad de vida.
Si el recurso hídrico esta ausente o escasea, es motivo de
pobreza, guerras, enfermedades y estancamiento económico.
Lamentablemente, todos los días se desperdicia millones y millones
de litros en actividades que desvalorizan el agua. El abuso en el
uso del agua no es solamente un desconocimiento de las
responsabilidades de los ciudadanos de evitar el desperdicio, sino
una falta de respecto a aquellos que viven en regiones donde no
hay agua disponidble para todos. Hay personas que deben vivir con
menos de 50 litros de agua por día, mientras que otras usan más de
500 litros por día. En Améria Latina y el Caribe, aumento el
consumo de agua entre los año 1990 y 2000 en un 45 por ciento, de
150 a 216 kilometros cubicos por año. La necesidad apremiante de
hacer frente a la progresión geométrica de la demanda de agua
dulce en América Latina y el Caribe se ha complicado en forma
terrible debido a que los recursos se deterioran a una velocidad
cada vez mayor. La respuesta a este aumento de la demanda ha
consistido, en la construcción de mas y mayores obras hidráulicas,
sobre todo embalses y canalizaciones de desvío de ríos.
El número de grandes embalses, es decir, aquellos que tienen una
presa de más de 15 metros de altura, se ha incrementado
vertiginosamente en todo el mundo, pasando de poco mas de 5000 en
1950 a cerca de 38.000 en la actualidad. La necesidad
apremiante de hacer frente a la progresión geómetrica de la
demanda de agua dulce en América Latina y el Caribe se complicará
aún más si, como indican las tendencias actuales, se deja que la
base de recursos se deteriore a una velocidad cada vez mayor. La
deforestación de las cuencas, la erosión, la contaminación y el
agotamiento de aguas subterráneas se encuentran entre las
principales amenazas al abastecimiento de agua dulce en la region.
Es dificil evaluar y controlar los problemas ambientales que
entrañan las economías de subsistencia y, con mucha frecuencia,
las organizaciones de desarrollo hacen caso omiso de ello. Esto
pone de manifiento la necesidad de considerar que la pobreza y la
degradación del medio ambiente constituyen procesos ecológicas y
sociales muy relacionadas entre sí que hacen necesario aplicar un
planteamiento integrado para su control y ordenación. Para
integrar la conservación del ecosistema de agua dulce en una
completa estrategia de ordención de los recursos hídricos en
América Latina y el Caribe es necesario comprender claramente las
característics ecológicas, institucionales y sociales de la región
en al actualidad, así como tener una idea clara de la pertinencia
e importancia de los factores en juego. La formulación de
una política en materia de ordenación sostenible de los resursos
hídricos debería basarse en los siguientes principios:
1) A los efectos de la sostenibilidad a largo plazo, se necesita
adoptar un enfoque ecosistémico de la ordenación de los recursos
de agua. Un enfoque ecosistémico es una pólitica de ordenación
según la cual los recursos hídricos forman parte de sistemas
funcionales (cuencas completas) en los que se tengan debidamente
en cuenta las complejas interrelaciones que existen entre los
componentes físicos y los componentes bióticos.
2) La ordenación de los
recursos de agua dulce debe llevarse a la práctica como parte del
planteamiento cabal de la planificación y supervisión a largo
plazo para la utilización sostenible de los recursos naturales,
con inclusión de los aspectos ecológicos, económicos y sociales
(ordenación integrada).
3) Hay que establecer un nuevo equilibrio entre la tendencia cada
vez mayor a la privatización y mundialización de la economía y el
papel que cabe tanto a la sociedad civil como al Estado en la
tarea de prevenir la degradación de los recursos de agua.
Hasta hace poco tiempo, el agua era considerada un recurso
ilimitado para el desarrollo económico y el único problema
consistia en ofrecerla donde y cuando era necesaria mediante obras
de ingeniería adecuadas. Se partía del supuesto de que los
sistemas naturales podrían producir abundante agua pura y podrían
también purificar el agua de desecho que volvía a ellos.
Para el enfoque ecosistémico de la ordenación del agua es
necesario conocer el ciclo del agua, un complejo proceso que
incluye la precipitación, la absorción, el escurrimiento, la
evapotranspiración y la infiltración en vastas regiones y durante
prolongados períodos.
No puede haber Sostenibilidad si no se conocen y tienen en cuenta
debidamente todas las fases de este ciclo. Para estos efectos es
necesario no sólo velar por la utilización y la distribución
eficiente del agua dulce sino también salvaguardar el estado de la
cuenca de captación y las aguas subterráneas (antes del consumo),
así como el tratamiento y la eliminación adecuda de las aguas de
desecho (después del consumo). Lamentablemente, sin embargo, este
nuevo concepto no se ha llevado a la práctica ni se ha
institucionalizado en América Latina y el Caribe. Por el
contrario, los planes de ordenación en la región se siguen
formulando de manera de aumentar la calidad y la cantidad del
abastecimiento del agua y no de proteger los ecosistemas de agua
ni velar por la sostenibilidad del ciclo hidrológico. Uno de
los problems básicos para la adopcion de un enfoque ecosistémico
de la ordenación del agua consiste en que las autoridades y la
población en general todavia no tienen una idea clara de la
magnitud y la importancia de los problemas que cabe prever si se
mantiene la tendencia actual al deterioro del medio ambiente.
Tanto para los legos como para los políticos resulta dificil
aceptar que existen límites en la utilización de los recursos
naturales y que las decisiones que se adopten hoy pueden
afectar considerablemente a las opciones de desarrollo en el
futuro. Como consecuencia, tanto el sector privado como el público
siguen resistiéndose a la idea de una "contabilidad ecológica" de
cualquier tipo , movidos por temor de que pueda afectar al
crecimiento económico (la falsa dicotamia entre los puestos de
trabajo y el medio ambiente).
Es evidente, sin embargo, que no existe posibilidad alguna de
invertir la tendencia actual al deterioro de los recursos a menos
que se preserven funciones ecológicas básicas. Por tanto, y a
pesar de la evidente presión para atender necesidades económicas
que son apremiantes, es igualmente importante la necesidad de
penar y planificar a mediano y largo plazo. De lo contrario,
seguira acelerándose el círculo vicioso de la pobreza y la
degradación ambiental. Lamentablemente, en la actualidad la
mayor parte del desarrollo no está planificado. La región de
América Latina y el Caribe esta llena de ejemplos de casos de
explotación y degradación de recusos demanados de la falta de
planificación y cumplimiento que pueden reiterarse y multiplicarse
en el futuro cercano. Por hipotética que parezca en la actualidad,
no cabe duda de la necesidad urgente de la planificación a nivel
regional y mundial. De lo contrario, el crecimiento no planificado
seguirá culminando en crisis ecológics, sociales y económicas
generalizadas. La escasez de agua es el problema mas apremiante de
todos. Sin embargo, el concepto de planificación a largo plazo,
vigilancia del medio ambiente y cumplimiento en los planos
regional, nacional y provincial, si bien su evidente necesidad se
acepta en general, resultan sumamente dificiles de llevar a la
práctica por las razones siguientes:
# La falta de una tradición política e institucional.
# La ordenación fragmentada de los recursos hídricos entre
organismos de gobierno y la falta de coordinación en los planos
provincial, nacional e internacional.
# La mejor capacidad de los organismos de gobierno para planificar
y llevar a la práctica el desarrollo sostenible, relacionada con
la tendencia actual a promover la privatización y reducir el papel
del Estado.
En los últimos quince años en América Latina ha habido dos cambios
fundamentales, la democratización y la reactivación del sector
privado. Ambos obligan al Estdo a ceder una parte considerable del
poder en la configuración de los procesos de desarrollo, porque la
privatización y la mundialización sustraen al desarrollo del
control estatal. Practicamente todos los países han establecido
organismos especiales de protección del medio ambiente y la
ordenación de los recursos. Estos organismos tienen las manos
atadas porque sus mandatos son limitados y sus presupuestos
reducidos y porque prácticamente carecen de peso político. En el
ínterin, los gobiernos no imputan a sus poderosos organismos
sectoriales y económicos centrales la responsabilidad por las
consecuencias ambientales de sus politics y gastos. Como
resultado, el equilibrio de poderes no es adecuado. Para resolver
esta contradicción, los gobiernos deberían hacer que sus orgaismos
economicos sectoriales y centrales fuesen responsables y rindieran
cuentas de la formulación de normas y la preparación de
presupuestos encaminados a fomentar un desarrollo que sea
sostenible.
Lamentablemente, la pobreza generalizada y la mala distribución
del ingreso en la región limitan el alcance de la participación
política de las bases y tienden a centrar la acción política en el
alivio inmediato y local de la pobreza a costa de una utilización
de los recursos sostenibles a largo plazo. Además en el ajuste
económico y la privatización no se ha prestado mayor atención a
las ramificaciones sociales y ambientales de los mercados no
sujetos a regulación. Los resultados en la amplia
variedad de reformas de ajuste estructural en Amércia Latina, han
sido dispares y las regiones más pobres han tenido en muchas casos
que pagar un alto precio. Si los gobiernos no intervienen o no se
fijan incentivos de mercado para la utilización sostenible de los
recursos, a las empresas del sector privado les interesa
exclusivamente la rentabilidad y no la sostenibilidad. La
utilización racional de los recursos de agua que se encuentra en
manos del sector privado requiere que existan instituciones
que se ocupen en forma efectiva de los problemas de la calidad y
utilización total del agua. Cabe a las organizaciones no
gubernamentales y a las organizaciones locales una función muy
importante de vigilancia y adopción de decisones. Otra de
las cuestiones relacionadas con el agua que se debe tratar a
escala global es el cambio climatico. La esperada intensificación
del ciclo hidrológico, con cambios de pautas en las
precipitaciones y la evapotranspiracion, tiene consecuencias sobre
las condiciones de vida de la humanidad y en el medio ambiente. De
acuerdo con las predicciones de los modelos, las carencias
periódicas y crónicas de agua se acentuaron, lo que provoca graves
problemas de acceso al agua y movimientos migratorios importantes.
La degradación del suelo, la
sequía y la desertificación están vinculadas a niveles mas bajo de
los ríos, lagos y acuíferos, lo que afecta a la cantidad y la
calidad de la oferta de agua dulce. El reto de proporcionar
agua y saneamiento a todos los paises de América Latina y el
Caribe, ahora y en el futuro, requiere un gran esfuerzo y se ha de
abordar en el contexto mas amplio de una gestión integrada de los
recursos hidricos que resulta sostenible (que incluya, por
ejemplo, los aspectos naturales de los sistemas de recursos
hídricos, los usos del agua en todos los sectores de la economía y
con cualquier fin, el marco institucional de gestión de un recurso
finito, la variación espacial de los recursos y la demanda y la
contaminación del agua).
Conceptos
* América Latina y el Caribe es un continente básicamente húmedo,
poseen grandes recursos de agua dulce en lagos y ríos. Las
precipitaciones promedio en la región son 60 por ciento mayores
que en el resto del mundo. Sin embargo, 25 por ciento de los
territorios sudamericanos son áridos o semiáridos, 20 por
ciento de sus habitantes no tienen acceso a agua potable y 30 por
ciento carecen de uns sistema apropiado de saneamiento. El
escurrimiento superficial es 30 por ciento del total mundial. Sólo
el 3 por ciento del agua que escurre es utilizada de alguna
manera, y el 8 por ciento de los escurrimientos con potencial
hidroeléctrico es aprovechado. De las tierras cultivadas sólo 7
por ciento tiene riego, mientras que se podría regar 25 por ciento
de las mismas tierras con los recursos conocidos. Existen
importantes recursos hídricos subterráneos en el continente, pero
su cantidad y localización en gran parte se desconocen.
* La tierra contiene aproxidamente 1,4 millones kilometros cúbicos
de agua, pero alrededor del 97,4 por ciento restante están
encerrados en casquetes polares y glaciares. El agua dulce
disponible se reduce al 0,001 por ciento del total.
* En los últimos 10 años se han planteado (en América Latina y el
Caribe) más modificaciones en las legislaciones de agua que en
todo el siglo pasado. Constantemente se modifica metas, se cambia
de personal o se reestructuran las instituciones encargadas de la
GESTION del agua.
* América requiere estabilidad institucional y social, un marco
legal sólido y una autoridad centralizada pero abierta a la
participación de los usuarios del agua, si quiere superar la
actual crisis de gobernabilidad de sus cursos hídricos y alcanzar
una Gestión Sustentable.
* La escasez de fondos y la visión de que el Estado es por
naturaleza ineficiente afecta la administración de los recursos
hídricos en la mayoría de los paises Americanos, la desregulación
fue a su vez deficiente, porque se asumió erróneamente que habría
competencia en un sector que tiende a la monopolización.
* Las ciudades
latinoamericanas agotan sus acuiferos que tomo siglos llenar. El
agua salada contamina al agua subterranea a kilometros del mar. En
México las capas de agua descienden un metro al ano. En unas pocas
decadas, el mundo al tratar de conseguir una quinta parte
mas de agua para 3 mil millones mas de personas, una de cada tres
personas puede tener problemas, para beber o bañarse. Algunos ven
en nuestra escasez un presagio de problemas venideros.
* Las enfermedades relacionadas al agua podrían reclamar más de 76
millones de vidas, muchas más que el pandémico global de SIDA, si
no se toma las debidas acciones.
Dr.M.Sommer
e-mail:
stu38884@mail.uni-kiel.de
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