¿DE
DÓNDE VIENE EL AGUA DEL GRIFO?
Embalses y captaciones. El deshielo y la lluvia discurren por cauces
que llenan pantanos, y acuíferos subterráneos que afloran en pozos y
manantiales
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
El ronroneo del agua al pasar entre las pizarras rompe el silencio
de las altas cumbres de Sierra Nevada. La bonanza meteorológica del
final del invierno y el inicio de la primavera adelantan el
deshielo, muestran un nuevo ciclo en el que el tupido manto de nieve
se convierte, poco a poco, en millares de sendas de agua que
discurren hacia los valles glaciares de la sierra, llena las cubetas
de lagunas y encharca los borreguiles a más de 2.500 metros de
altitud, antes de iniciar su descenso hacia cotas bajas y fundirse
en grandes cauces que como los ríos Genil, Trevélez y Andarax,
alimentarán los territorios situados en el entorno de la gran sierra
bética y, con ellos, aplacarán la sed de la mayoría de los
habitantes del sureste de Andalucía.
La montaña nevadense, junto a otras grandes sierras, como las de
Huétor, Loja, Alhama y Baza, junto a las de María y Gádor; Cazorla,
Mágina y Sierra Morena, son los territorios donde nace el agua, los
espacios geográficos desde donde el agua inicia un largo periplo
hasta llegar a los grifos de nuestras casas y las fuentes de
pueblos y ciudades.
Deshielo en las cumbres de Sierra Nevada
Aunque la primera parte del ciclo del agua es su evaporación en el
mar para condensarse en la atmósfera y crear nubes que, más tarde,
caerán sobre la tierra en forma de lluvia, es en los ríos y arroyos
de las sierras donde realmente podemos ser conscientes de la
presencia del agua que servirá de abastecimiento humano y regará los
campos. Hasta mediados del siglo XX, el agua para consumo se extraía
directamente de los cauces y manantiales cercanos a los núcleos
urbanos. Mucha gente aún recuerda haber ido a la ‘minilla’ de su
pueblo a llenar los cántaros y llevar agua a casa. Hoy los sistemas
son bastante más complejos, ya que poner el agua en los grifos de
toda la población implica un importante esfuerzo en cuanto a su
gestión y captación. En la actualidad hay dos sistemas fundamentales
para conseguir el abastecimiento: embalses que almacenan el agua de
ríos, generalmente, cerca de las montañas y captaciones que extraen
el agua que aflora en manantiales y que discurre por el interior de
la tierra a través de cauces subterráneos que se llenan gracias a
las filtraciones del agua de lluvia, escorrentías, e incluso del
lecho de los ríos para crear otros caudalosos caminos de agua en el
subsuelo, Este segundo sistema aprovecha la existencia de pequeños y
grandes acuíferos subterráneos donde el agua se acumula y permanece
bajo tierra hasta que es extraída mediante pozos abiertos desde la
superficie, un sistema tan antiguo como el hombre y que aún mantiene
su vigencia.
Captación de agua del embalse de Canales, Granada
Granada es la receptora principal del agua del deshielo de Sierra
Nevada. Los granadinos, sobre todo los que habitan la capital y el
área metropolitana, la reciben del rio Genil tras ser acumulada en
el embalse de Canales y la del río Aguas Blancas que llena el
embalse de Quéntar. Tras las presas, el agua es dirigida hacia las
instalaciones de control y potabilización que se encuentran en Cenes
de la Vega y, desde ahí, hasta las casas.
Punto de extracción de agua del acuífero de la Vega de
Granada
Pero no solo de los embalse se surten los habitantes de la metrópoli
granadina. Una parte del agua viene del subsuelo. Es extraída de
varios grandes pozos que se encuentran repartidos por la Vega de
Granada y bajan hasta el interior de un enorme acuífero que se
extiende desde la zona de Padul hasta casi llegar a Loja. En la
mayoría de los pueblos hay miles de pozos que extraen agua para
riego y pequeños consumos del acuífero de Granada.
Emblase de Quiebrajano
JAÉN
Los habitantes de Jaén, tanto de la capital como de la mayoría de
sus municipios, también reciben el agua a través de embalses y
captaciones de los acuíferos subterráneos de la cuenca del
Guadalquivir. Un embalse de gran capacidad, el del río Quiebrajano,
que recoge las aguas de los arroyos y manantiales de las sierras sur
de Jaén, entre ellas la del Parque Natural de la sierra de Mágina.
Pero este pantano no es suficiente para las necesidades de la
capital, por lo que parte del agua que llega a los grifos de los
jienenses procede de captaciones de acuíferos subterráneos y
antiguos manantiales. Son las ‘minas de agua’ que llenan diferentes
depósitos como el de San Felipe Viejo, que se abastece con aguas de
Peñas de Castro y otras aportadas por la Confederación Hidrográfica
del Guadalquivir, que también deriva caudal hacia otros depósitos
que abastecen la ciudad, como el llamado de Parroquias y el gran
depósito de San Felipe, el principal punto de abastecimiento urbano.
La capital cuenta además con agua de otros depósitos y captaciones
más pequeñas, la de Santa Catalina y Viñaero.
Desaladora de Almería
ALMERÍA
Almeria aporta una importante novedad en la forma en la que llega el
agua a las casas, ya que es la única provincia del sureste que se
abastece, en gran parte, de una desaladora de agua marina que tiene
como objetivo, aún no conseguido, de cubrir el 70% del agua
necesaria para la capital y zonas como El Ejido y las tierras del
oeste almeriense. Pantanos como el de Benínar abastecen a zonas del
suroeste, pero la principal fuente de la capital, por el momento,
son las de la Rambla Bernal, situada en la zona de El Ejido. Desde
ocho puntos de extracción el agua camina hacia la capital a través
del canal de Aguadulce. El acuífero Bernal se abastece del agua
procedente del deshielo de la cara sureste de Sierra Nevada.
Aunque los caminos son diferentes y con puntos de extracción a base
de diversas tecnologías, el agua tiene un único recorrido: desde el
mar se evapora hasta formar nubes que caen sobre las sierras y
campos en forma de nieve y lluvia, que llena ríos, pantanos y
acuíferos, hasta llegar a nuestras casas, desde donde vuelve a salir
para llegar, de nuevo, al mar. Es el ciclo del agua.
Nacimiento del río, Riofrío
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