PAISAJES Y BIODIVERSIDAD * RUTAS
SIGUE EL CAMINO DEL AGUA
ACEQUIA REAL DEL GENIL * ACEQUIA GORDA DEL GENIL
Una forma especial de conocer la Vega de Granada y su relación milenaria con el agua. Un
recorrido entre los pagos de riego
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Es un camino azul y verde, un eje ecológico marcado por el agua del Genil que se reparte a
través de encauzamientos de trazados milenarios sobre la superficie de la Vega de Granada. Desde
que se construyó la primera captación y red de distribución de aguas en el siglo XI, la Acequia
Real o Gorda del Genil, es el alimento de tierras fértiles, cultivos, almunias y haciendas,
además de la estructura hidráulica que vertebra gran parte de la existencia y los ritmos de la
biodiversidad en algo más de dos mil hectáreas situadas al suroeste de la capital granadina. A
pesar del enorme declive de la agricultura tradicional y el despoblamiento de campos y cultivos,
aún es posible conocer parte de lo que pudo ser la imagen original de la explotación agrícola de
la depresión de Granada, y que mejor que hacerlo con el agua como guía.
Una mañana de domingo de invierno invita a caminar mientras imaginamos la historia sin necesidad
de viajar en el tiempo. La Acequia Gorda nace en Cenes, junto a la gasolinera de la carretera de
la Sierra, donde una gran cascada sirve de captación y deriva el agua del Genil hacia un ancho
cauce que se adentra en la ciudad por la cuesta del Pino y el paseo de las Palmas, donde
discurre al aire, junto a la calzada y llegar a los molinos del Marqués y Ganivet. Un recorrido
extraño, entre rural y urbano. En los molinos, la acequia se pierde en el subsuelo, donde el
agua camina paralela al Genil, hasta San Antón y Alhamar, por donde se dirige hacia la Vega.
Reaparece tras el parque Lorca, al otro lado de la vía de Circunvalación, el lugar donde puede
iniciarse la verdadera ruta del agua en la Vega. En la calle Virgen Blanca, a solo unos 100
metros de la rotonda de Neptuno, se encuentra el cauce que discurre hacia el interior de la Vega
por el Callejón de la Acequia Gorda, un recorrido sencillo, entre cortijos, que llevará al
camino de Purchil y el viejo molino de la Torrecilla. El agua baja entre los campos hacia el
camino de Camaura. La ruta puede hacerse entre pretiles y veredas pero es preferible continuar
por Camaura hasta conectar, de nuevo, con el camino de Purchil en dirección a la factoría de
Puleva. Desde allí el agua discurre junto a la calzada, en un cauce ancho desde el que se
derivan diferentes ramales hasta llegar a Bobadilla y las proximidades de Santa Fe.
La Acequia Gorda del Genil ofrece riego a 1.200 comuneros de cinco municipios, Granada,
Maracena, Atarfe, Albolote y Santa Fé, que dividen su territorio en 35 pagos, de los que 17 son
de la capital y 14 de la acequia principal. Desde hace un milenio el agua de Sierra Nevada riega
los cultivos de la Vega, es la clave para la supervivencia de un territorio y su biodiversidad,
incluida la especie humana.
VÍDEOS * ¿DÓNDE NACE LA ACEQUIA GORDA?
VÍDEO: MERCHE S. CALLE Y J. E. GÓMEZ
CUANDO EL DESHIELO RIEGA LA VEGA DE GRANADA
La acequia Gorda recoge las aguas del Genil para paliar la sed
de las tierras que rodean la ciudad
Es un corredor verde por el que discurre el agua de la sierra, que en verano muestra su mayor
caudal aportado por las nieves del invierno
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Ha pasado casi un milenio desde que la ciudad árabe de Granada se expandió por el sureste y
necesitó más agua. Las aportaciones que llegaban desde la sierra de Alfacar a través de las
acequia de Aynadamar, y las que tomaban su caudal desde el Darro, no eran suficientes para una
población que hizo crecer huertos y villas en el valle, donde proliferaban los baños, palacetes,
molinos e industrias, una urbe en la que el gran río que baja de las altas cumbres, el Genil
(que los árabes conocían como Singil, y los cristianos bautizaron como Xenil) discurría bajo las
puertas de la ciudad sin aprovechamiento alguno. La solución se llamó: al-Saqiya al-Kubra
(Acequia Mayor), que los habitantes realmente llamaron acequia Gorda por ser la más grande,
larga y con mayor caudal de los tres principales aportes de aguas para la ciudad y sus
campos.
A
su paso por el barrio de la Carretera de la Sierra
En pleno verano, mientras la mayoría de los arroyos, ramblas, manantiales y cursos de agua de la
península están agostados, es decir, semisecos, porque han agotado los suministros que la tierra
guardó de las lluvias del invierno, el Genil muestra todo su esplendor. Por su cauce baja el
agua procedente del deshielo de Sierra Nevada. Un buen año de nieves es siempre de bienes porque
el valle tendrá en el estío el aporte hídrico que necesita para afrontar las altas temperaturas
de los meses más cálidos. El agua, inició su recorrido en los borreguiles y glaciares de las
altas cumbres, en el Valdeinfierno y Valdecasillas bajo las caras norte del Mulhacén y la
Alcazaba, en decenas de arroyos, y los ríos San Juan, Maitena y Aguas Blancas. Todos ellos dan
forma y contenido al Genil, que deriva una parte de su caudal, que llega a un millar de litros
por segundo, al abastecimiento de la ciudad y la Vega, hasta Santa Fe.
¿Dónde está?
Los granadinos conocen la acequia Gorda a su paso por la Vega, pero casi nadie sabe dónde nace,
en qué lugar está la captación, e inicio del cauce que entra por la antigua carretera de la
Sierra y continúa hacia el Realejo, y menos aún que esa toma de aguas es un paraje natural que
merece la pena conocerse, en el que la infraestructura, construida para dar paso a la acequia,
ha generado una ancha balsa donde se retiene la fuerza de la bajada del río y, a base de
compuertas, se conduce parte del caudal a la entrada de la acequia. Esa pequeña pantaneta deja
correr el agua, y lo hace mediante una espectacular cascada. Centenares de personas pasan cada
fin de semana junto a ella sin saber que se trata del inicio de la acequia Gorda, ya que está en
una derivación del recorrido del paseo de la Fuente de al Bicha, poco después del puente que
cruza a la margen contraria, la ribera izquierda (aguas bajo) del río y que se dirige hacia
Cenes de la Vega y poco antes de llegar a un área de servicio donde hay una gasolinera.
La cascada está plenamente visible desde el camino que discurre junto al río, pero oculta casi
por completo a la carretera de la Sierra que pasa al otro lado del cauce. Junto al salto de
agua, una construcción tipo vivienda bajo la que se encuentra la conducción de inicio de la
acequia, y junto a ella, los soportes de las compuertas. Desde esa casa sale un canal de más de
dos metros de ancho que se interna en la vega de Cenes y discurre hacia la ciudad. Hasta hace
muy poco tiempo iniciaba el camino entre una densa alameda que ahora ha sido talada.
El nacimiento de la acequia Gorda es un lugar umbrío, con grandes sombras, poblado de
viejos álamos, algunos cipreses de repoblación y la vegetación propia de las riberas
mediterráneas, con juncos, masas de zarzamoras, mimbreras, retamas, e incluso olivos y vides en
los campos del entorno. En los puntos más cercanos al agua crece una planta muy especial, cola
de caballo, Equisetum ramosissimum.
Llegar hasta el nacimiento de la acequia es muy fácil. Se puede hacer a través del sendero que
desde le Genil, en la ciudad, llega hasta Pinos Genil, a través de la ruta de la Fuente de
la Bicha, o en coche por la carretera de la Sierra hasta la gasolinera que enlaza con Cenes de
la Vega, cruzar el puente del río y girar a la izquierda. Allí está la captación.
Junto a los muros
La entrada a la capital es la misma que tenía cuando fue construida en la época Zirí, entre el
año 1073 y el 1090. Accede al núcleo urbano por el que ahora es el paseo de las Palmas, donde se
produce una preciosa imagen al circular el agua, con un ancho cauce, junto a los muros de las
viviendas, a las que hay que acceder a través de pequeños puentes. Un paso de agua que genera
ecosistemas de ribera en el interior de la ciudad, y microhábitats en los que crecen vegetación
propia de las orillas de los ríos: sauces y mimbreras, y viven aves que necesitan agua cerca:
ruiseñor bastardo, mosquiteros y reyezuelos.
La acequia sigue por el viejo cuartel de las Palmas y pronto será el mayor atractivo del parque
que se construye en esta zona. Aquí, la acequia pasa por el Molino del Marqués y el de Ángel
Ganivet, y baja hacia el Salón para cruzar el Genil y llegar a la Vega.
En el molino del Marqués
Cinco cauces
Cuando fue construida, el cauce era único, pero poco después hubo que dividirlo en cinco. Se
crearon las acequias de Darabuleila, que ahora se llama Arabuleila, que recibía la quinta parte
del agua de la acequia principal, la del Realejo (la que hoy se asimila como principal), para
surtir de agua a industrias y huertos; la Tarramonta, que era para regar: otra que se denominó
el Jaque, también hacia la Vega y la de Santa Fe.
También fue necesario construir otra gran acequia que partía poco después de la primera
captación y que tenía que discurrir por cotas superiores para poder regar parte del Realejo, e
incluso llegar a la Alhambra.
Era la acequia del Cadí, que se construyó entre los siglos XI y XII entre el inicio de la colina
de la Alhambra y la calle Santiago, y que aún se mantiene.
Las acequias de Granada
Las tres principales aportaciones de agua a través de acequias en la ciudad de Granada proceden
de la Sierra de Alfacar, la de Huétor y Sierra Nevada. Desde la primera, en Fuente Grande, nace
la acequia de Aynadamar, con un milenio de historia, que baja hacia la ciudad para entrar en el
Albaicín. Desde el Darro, que nace en la sierra de Huétor, parte la acequia Real de la Alhambra,
también llamada del Rey, y las acequias de San Juan y de Santa Ana. Del río Genil, nace la
acequia Gorda, y la del Cadí. Todas ellas aportan un caudal medio de algo más de un millar de
litros por segundo. La acequia Gorda, en tiempos de gran deshielo, puede llegar a casi mil
litros por segundo por sí sola.
REGANTES DE LA ACEQUIA GORDA
La comunidad de regantes mantiene una web en la que se encuentran datos históricos y mapas del
recorrido de la acequia.
Aqui
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Adelfilla pelosa
Flora
Ailanthus altissima
Arundo donax
Cardaria draba
Celtis australis
Crataegus monogyna
Dittrichia viscosa
Epilobium hirsutum
Equisetum ramosissimum
Ficus carica (Higuera)
Fraxinus angustifolia
Hedera helix (Hiedra)
Lamium purpureum
Lythrum salicaria (Salicaria)
Mentha suaveolens (Mastranzo)
Ophrys lutea
Platanus hispanica
Populus alba (Alamo blanco)
Populus nigra (Alamo negro)
Prunus dulcis (Almendro)
Pyrus communis (Peral)
Retama sphaerocarpa (Retama)
Rhagadiolus edulis
Rorippa nasturtium-aquaticum
Rosa canina
Rubus ulmifolius (Zarzamora)
Salix atrocinerea
Salix babylonica
Salix purpurea
Scirpoides holoschoenus (Junco)
Senecio vulgaris (Hierba cana)
Ulmus minor (Olmo)
Ulmus pumila
Tamus communis
Taxus baccata
Veronica cymbalaria
Copicas / Yesquero
Hongos
Calocera cornea (Cuerno bonito)
Fomes fomentarius (Yesquero, casco de caballo)
Helvella solitaria (Copitas, orejones)
Coprinus comatus (barbuda o seta de tinta)
Valsa sordida
Fauna
Vertebrados
Cettia cetti (Ruiseñor bastardo)
Fringilla coelebs (Pinzón vulgar)
Motacilla alba (Lavandera blanca)
Passer domesticus (Gorrión común)
Sylvia melanocephala (Curruca cabecinegra)
Motacilla alba
Invertebrados
Argiope bruennichi
Carcharodus alceae
Calopteryx haemorrhoidalis
Cornu aspersum (Burgajo, Boyuno)
Favonius quercus
Lasiommata megera
Leptidea sinapis
Leptotes pirithous
Oxyloma elegans
Pararge aegeria
Pieris rapae
Pontia daplidice
Pyronia cecilia
Gris estriada y mariposa de las encinas (Nazarena)
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