PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
CUANDO EL AGUA HACE 'CRECER' LA TIERRA
En Alicún de las Torres la acequia del Toril autoconstruye su
particular acueducto natural
Las aguas termales han creado ecosistemas verdes alrededor de
formaciones rocosas generadas por el paso de la acequia durante
milenios
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Tiene casi tres kilómetros de longitud, lo que no es demasiado
para una acequia que riega gran parte de los territorios situados
en la comarca del altiplano granadino, pero posee una
particularidad, discurre sobre un cauce natural que poco a poco,
con el paso de los siglos se ha autoconstruido e incluso ha
crecido en altura hasta formar un largo acueducto que en algunos
puntos posee hasta diez metros de altura. Es la acequia del Toril,
que inicia su recorrido en los Baños de Alicún de las Torres. Este
curso de agua y todo su entorno está considerado como uno de los
espacios naturales de mayor interés geológico, vegetal y
faunístico de la provincia de Granada. La presencia del agua
convierte en un oasis un territorio que en su mayor parte se puede
considerar desértico y estepario.
Desde el núcleo urbano de
los baños de Alicún parte la acequia del Torres. En su inicio,
situado junto al hotel balneario, el agua discurre a ras del
suelo, como la mayoría de las infraestructuras de riego, pero poco
a poco, mientras el terreno baja en una suave pendiente, el agua
se mantiene en su nivel y llanea. Nadie ha construido una
infraestructura para que la acequia continúe su camino hacia los
campos con una suave pendiente. El agua carbonatada, los minerales
que lleva en suspensión se han depositado poco a poco, siglo a
siglo, hasta crear una base rocosa que ha crecido cada año hasta
convertir el recorrido en un verdadero acueducto natural.
Es un sistema de formación rocosa que se denomina travertino y que
es conocido en algunos puntos de la provincia de Granada como el
Azud de Vélez, las Angosturas de Albuñol y los tajos de Alhama.
Los depósitos que el agua sedimenta en el lecho de la
acequia hacen que la tierra crezca. Es posible hacer un
recorrido paralelo a la acequia del Toril. Andar junto a la pared
rocosa de formaciones blandas, sobre las que se encuentra el
cauce. Es una enorme pared de unos tres metros de espesor en su
base y poco más de 70 centímetros en su parte más alta, el lugar
donde corre el agua entre vegetación típica de espacios húmedos.
Ese muro natural se ha autoconstruido y ha dejado
pasos entre su cara norte y sur. Huecos a modo de cuevas y
túneles por los que se puede cruzar de un lado a otro de la base
de la acequia.
La pared rezuma agua. Los culandrillos de pozo y los helechos
crecen entre los huecos de tierra y mineral, donde se producen
surgencias de yesos y sales que, con el tiempo, se endurecen y
fosilizan.
Estudios del Instituto Geominero de España indican que los
travertinos de la acequia, tanto en su curso actual como en los
antiguos, tienen dataciones de hace alrededor de 205,746 años los
más antiguos y 35.000 años, los más modernos. Las investigaciones,
firmadas por Díaz-Hernández y Juliá en 2006 y Martín Martín en
2002. Dataciones que coinciden con una importante presencia del
hombre del neolítico en toda esa zona. La Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir mantiene estudios continuados sobre
los travertinos de esta acequia y la composición de sus aguas,
consideradas como minero-medicinales.
En pleno verano es
gratificante recorrer el camino paralelo a la acequia del Toril
porque la pared de roca emana una agradable sensación de frescor y
humedad. Tras andar alrededor de un kilómetro, la acequia se
separa de un viejo cauce, que ha quedado unos metros por debajo
del actual. Un paso entre la primera de las paredes conecta con
una verdadera trinchera que se ha formado entre las paredes de los
dos cauces. Un pasillo umbrío en el que abundan los grupos de
pequeñas aves paseriformes, jilgueros, verderones, verdecillos,
gorriones y golondrinas que han construido sus nidos en las
repisas de la vieja pared de carbonatos que ya no rezuman agua.
En el interior de estos
pasillos de roca, oscuros y protegidos de los vientos, donde las
temperaturas se mantienen constantes, crecen especies como el
ruibarbo de los pobres, una plata de gran porte y flores
amarillas. Frente a las paredes de la acequia hay un pequeño
acantilado formado por rocas blandas entre las que crece un
espartal, el ecosistema vegetal típico de la zona situada entre
Guadix y los montes orientales, donde se suceden los espartos y
especies arbustivas, algunas de ellas propias de terrenos muy
salinizados. Desde la acequia del Toril se contemplan los
llanos esteparios que caen hacia Alamedilla y Alicún de Ortega. Un
territorio cargado de historia donde el agua termal marcó siempre
la diferencia.
¿Cómo llegar?
Acceso: A través de la A-92 Norte, salida 11, por una carretera
muy recta que llega hasta los Baños de Alicún. Inicio: Junto al
hotel del balneario hay un aparcamiento a la derecha de la
carretera. Es donde se inicia el camino que discurre paralelo a la
acequia del Toril. Coordenadas: El lugar donde dejar el coche e
iniciar el camino: 37°30’32.08’’N - 3° 6’27.95’’O
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Thalictrum speciosissimum (Ruibarbo de los pobres)
Flora
Adiantum
capillus-veneris (Culandrillo de pozo)
Agrostis stolonifera
Atriplex halimus
Brachypodium phoenicoides
Centaurea aspera
Cirsium monspessulanum subsp.
ferox (Cardo de los arroyos)
Cochlearia megalosperma
Daphne gnidium
Dittrichia viscosa
Dorycnium gracile
Dorycnium rectum
Equisetum ramosissimum
Ficus carica (Higuera)
Hedera helix (Hiedra)
Hypericum caprifolium
Limonium alicunense
Linum maritimum
Lysimachia ephemerum
(Llisimaquia blanca)
Malva sylvestris
Mantisalca salmantica
Medicago sativa
Mentha suaveolens
Olea europaea
Opuntia ficus indica
Pellia endiviifolia
Picris echioides
Salsola vermiculata
Samolus valerandi (Pamplina de
agua)
Schoenus nigricans (Junco negro)
Scirpoides holoschoenus (Junco)
Sedum sediforme
Smyrnium olusatrum
Sonchus aquatilis
Symphyotrichum squamatum
Thalictrum
speciosissimum (Ruibarbo de los pobres)
Thapsia villosa
Trachelium caeruleum
Tripidium ravennae
Lysimachia ephemerum (Llisimaquia blanca)
Schoenus nigricans
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