PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
LA ACEQUIA 'ENCANTADA' DEL FARDES
En las laderas de las altas cumbres del parque de Huétor, el
agua camina hacia la vega norte de Granada
Desde sierra Harana el agua del río Fardes se separa a través de
un centenario canal nazarí y crea un denso bosque autóctono
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE

El agua se ondula de forma intermitente y cíclica con un
movimiento más rápido que la corriente. Una pequeña cabeza en
forma de flecha emerge tímidamente para sumergirse de inmediato.
Es una
Natrix natrix, una culebra de agua que busca
renacuajos para alimentarse. Sigue el curso del agua que discurre
sobre un lecho de piedra, un canal con siete siglos de existencia
que aporta la humedad necesaria para mantener uno de los pocos
bosques originales de encinas, quejigos, robles, sauces y
mimbreras de la sierra de Huétor. La presencia de un reptil de
esta especie entre las aguas es un bioindicador de la salud del
ecosistema. Significa que tiene la comida que necesita, con escasa
presión humana y al abrigo de las inclemencias del tiempo. Aporta
un halo de misterio entre las sombras y oscuridad que preside el
paraje por el que discurre la acequia del Fardes, la conducción
que los nazaríes crearon para captar en la Fuente Grande de sierra
Harana, el agua del río del mismo nombre y llevarla hasta el valle
de Granada, a la vega norte de la ciudad, para regar y dar de
beber a poblaciones como Cogollos Vega y sus alrededores.
La acequia recorre las laderas de una pequeña cordillera que
ejerce de frontera entre las sierras de Huétor y Arana (las dos
forman parte del parque natural) y donde se encuentra el pico del
Majalijar, el más alto de este espacio protegido, con 1.878 metros
de altitud. A su paso genera un paisaje vegetal completamente
diferente al del resto de estas sierras, donde se ha creado un
encinar-quejigal en el que incluso crecen arces, lo que genera un
bosque que invita a leyendas y misterios, que en otoño muestra
infinidad de colores rojos y amarillos, en primavera es una
explosión de verdor, y en verano, es el refugio de decenas de
especies animales que buscan sombra y humedad, y donde abundan
todo tipo de insectos e invertebrados, donde las mariposas, en
pleno mes de agosto, vuelan por centenares. Se arremolinan entre
quienes pasan por allí, junto a la acequia, y forman
imágenes fácilmente asimilables a leyendas de hadas y duendes
alados.
Leyendas
Es terreno abonado para el misterio. Los habituales de la sierra
afirman que en las horas del crepúsculo se percibe la imagen de
los acequieros árabes que cuidaron el cauce durante décadas, e
incluso sonidos que recuerdan los pasos de caballerías, algunas de
ellas de los ejércitos moros en sus viajes entre Levante y el
Reino de Granada. La luz filtrada por las encinas, cae sobre los
matorrales de Adenocarpus decorticans (rascaviejas), Berberis
hispanica (agracejo), Daphne gnidium (torvizco) y decenas de
pequeñas plantas que florecen en el estío gracias a la presencia
constante de agua. Las umbrías generan un espacio en el que pueden
verse anfibios sobre el pretil de la acequia, rastros de zorros y
hurones, donde se oye el canto de mosquiteros, un ave que habita
en zonas húmedas e incluso algún ruiseñor, mezclado con aves
forestales que acuden en busca de agua, arrendajos, trepadores
azules, e incluso rabilargos.
Es un paraje de ensueño situado junto al área recreativa más
visitada del Parque Natural de la Sierra de Huétor y al que se
puede acceder con solo un pequeño esfuerzo, o incluso como excusa
para una de las rutas más interesantes de este parque. Parte de la
Fuente de los Potros, en el inicio de la carretera hacia
Pradonegro. Junto al parque infantil un cartel señala el comienzo,
que se realiza por un sendero artificial preparado para personas
con movilidad reducida. En la parte más alta de ese camino, está
la verdadera vereda que sube en dirección oeste hasta encontrar un
recodo vallado que gira la derecha en un ángulo de 90 grados
(una parte de la valla suele estar rota para dar acceso a otros
puntos, y puede dar lugar a error, por lo que hay que hacer el
giro y subir unos escalones de piedra). El camino continúa hacia
arriba, muy pendiente, hasta llegar, en menos de 100 metros, a la
acequia. Todo cambia, el bosque de repoblación da paso al encinar
y la sauceda. El sendero continúa junto a la acequia, en dirección
oeste, como la corriente, con la pequeña pendiente que permite que
el agua discurra suavemente. Es poco más de un kilómetro y medio
de recorrido paralelo al canal en el que hay que cruzar pequeños
puentes de piedra que fueron construidos por pastores y leñadores
que acudían a esta zona con su ganado y caballerías, y que sirven
también para que pase el agua de los arroyos en tiempos de lluvias
y no destrocen la acequia. Junto al camino, a la izquierda, se
encuentra la valla del cortijo de las Mimbres.
Al terminar el camino de la acequia hay que bajar por una terrera
hasta llegar a otro arroyo que cruza un pequeño puente y que lleva
hacia el cortijo de las Chorreras, donde hay una alberca y pista
para los helicópteros del Infoca. Este carril termina, tras dos
kilómetros, en el que une la fuente de los Potros y la Alfaguara.
En esa confluencia, tras pasar varios arroyos, un giro a la
izquierda lleva hasta el lugar donde se inició el recorrido de la
acequia del Fardes. Habrán sido alrededor de 4,5 kilómetros.
Las altas cumbres del parque
Poco antes de terminar el recorrido, o al inicio si se hace en
dirección contraria, desde un gran prado, se divisa la cordillera
que limita las sierras de Huétor y Harana, donde se encuentran los
picos más altos del parque natural. Un territorio presidido por el
Majalijar y en el que se aprecia claramente los ecosistemas
vegetales que forman esta sierra. Arriba: vegetación rastrera, y
encinas pequeñas por falta de suelo. Más abajo, una franja de
encinar y quejigal, y en la base, la vegetación de ribera que
favorece el paso de la acequia, además de algunos bosquetes de
repoblación de Pinus pinaster. La parada junto al cartel
informativo de la cordillera es obligada.
¿Cómo llegar?
Por la A-92 en la salida 264 hacia Las Mimbres-Pradonegro.
Circular por la antigua carretera nacional hasta el cruce de
Las Mimbres. 1,5 kilómetros después está el área recreativa de la
fuente de los Potros, y en la carretera hacia Pradonegro, un
parque infantil. Desde ahí parte la ruta hacia la acequia.
Recorrido: Desde un sendero artificial se llega a la vereda, que
asciende hasta llegar a la acequia. El camino sigue paralelo al
cauce hasta que gira hacia la izquierda para bajar a un carril que
lleva a la era del cortijo del antiguo cortijo de las Chorreras
(ya no existe) y desde donde contemplar la cordillera de sierra
Harana. Desde allí, hacia el carril que vuelve a los Potros.
Coordenadas: Punto de partida de la vereda en:
37°18’34.15''N- 3°27’52.04»O. Bifurcación hacia acequia :
37°18’31.34''N- 3°28’6.17''O. La acequia está en:
37°18’34.43''N- 3°28’9.07''O. Era de las Chorreras, vista
sobre los montes del Majalijar 37°18’1.85»N-
3°28’37.97''O
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Dipsacus fullonum
Flora
Adenocarpus
decorticans (Rascavieja)
Allium roseum
Aristolochia paucinervis
Asparagus aphyllus
Berberis hispanica
Bituminaria bituminosa
Bryonia dioica
Carex echinata
Carlina corymbosa sunsp
hispanica
Catananche caerulea
Carthamus lanatus
Centaurea calcitrapa
Centaurea
castellanoides subsp. castellanoides (Escobilla fina)
Cirsium
pyrenaicum
Cistus albidus (Jara
blanca)
Clematis flammula
Crataegus monogyna
Cytisus scoparius
Daphne gnidium
Dipsacus fullonum
Eryngium dilatatum
(Azulillo)
Hedera helix
Helleborus foetidus
(Heleboro)
Hypericum perforatum
(Hierba de San Juan)
Juncus effusus
Juncus inflexus
Lapsana communis
Lathyrus
latifolius
Lavandula latifolia (Espliego)
Limodorum abortivum
Linum tenue (Lino
amarillo)
Lonicera splendida
Lotus corniculatus
Mantisalca salmantica
Mentha longifolia
Odontites viscosus
subsp australis
Ononis minutissima
(Anonis menor)
Picnomon acarna
Pinus nigra
(Pino salgareño)
Pinus pinaster
Quercus faginea
(Quejigo)
Quercus rotundifolia
Rhamnus myrtifolia
(Carrasquilla)
Rosmarinus offinalis (Romero)
Rubus ulmifolius
(Zarzamora)
Ruscus aculeatus
Salix alba (Sauce
blanco)
Salix babylonica
(Sauce llorón)
Salix elaeagnos
subsp angustifolia
Salix fragilis (Mimbre)
Sanguisorba
verrucosa
Scirpoides holoschoenus
(Junco)
Sequoiadendron giganteum
(Secuoya)
Scolymus hispanicus
Rorippa nasturtium-aquaticum
Tamus communis
Thapsia villosa
Ulex parviflorus (Aulaga)
Invertebrados
Acmaeodera degener
(Escarabajo de catorce puntos)
Arethusana boabdil
Argynnis adippe
Aricia artaxerxes
Colias crocea
Colias alfacariensis
Cordulegaster boltonii (Libélula tigre)
Gonepterix cleopatra
Hipparchia alcyone
Hipparchia
semele * Pardo-rubia
Hipparchia
statilinus
* Sátiro moreno
Iphiclides podalirius
Melanargia lachesis
Mylabris quadripunctata
Pararge aegeria
Pieris rapae
Polyommatus bellargus
Satyrium ilicis
Thyreonotus corsicus (Chicharra)