El
acelerador LHC. En busca del origen del universo
El Gran Colisionador de Hadrones
En marcha el mayor
experimento de física de la historia para explicar qué ocurrió
tras el 'Big Bang'
El más potente acelerador de partículas jamás construido
WASTE MAGAZINE
Y se hizo el Big Bang... por segunda vez
La tecnología humana logra reproducir la energía que dio lugar al
nacimiento del Universo
El Gran Colisionador de Hadrones registra choques de partículas a
una velocidad jamás alcanzada en su primer día de funcionamiento
Miguel Lorenci (EFE IDEAL) 30 de marzo de 2010
Madrid. «Los humanos podemos, al fin, jugar a ser Dios». Este
pensamiento burbujeó ayer por la mente de más un científico al
conocer el gran hito establecido por la historia de la ciencia y
de la humanidad gracias al Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por
su siglas en inglés). En este avanzadísimo ingenio que opera en
Suiza, a cien metros bajo tierra, se registró el choque de
partículas a velocidades jamás alcanzadas. Por primera vez la
tecnología humana era capaz de recrear la energía primigenia que
dio lugar al universo, el ‘Big Bang’, la explosión cósmica de un
inefable poderío que originó todo y que se pudo reproducir a
escala en el mayor colisionador atómico del mundo. Los científicos
del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) conseguían, por
fin, ayer desencadenar choques de protones de alta energía a la
supervelocidad de 7 Teraelectrovoltios (TeV), un choque generador
de una energía récord que recreaban las condiciones que siguieron
a aquel estallido universal de hace casi 14 millones de años y que
supone a su vez el inicio de un esperanzador camino para desvelar
los grandes enigmas del cosmos. El logro se celebró con enorme
algarabía en el mundo científico. Cuando los detectores Atlas,
Alice, CMS y LHCb del Gran Colisionador de Hadrones confirmaron el
choque de unos billones de partículas subatómicas a la vertiginosa
e inédita velocidad de 7 TeV, la sala de control del CERN fue un
clamor.
Había clara consciencia de
que la humanidad entraba en una nueva era, la de la ‘Primera
Física’, que supone el comienzo de una serie de millones de
choques similares que se producirán a lo largo de los próximos dos
años en este ‘túnel cósmico’, generando una ingente batería de
datos sobre los que los físicos investigarán la consistencia de la
‘materia oscura’ o ‘antimateria’ haciendo chocar las partículas
que rozarán la velocidad de la luz. «Física en acción» El
memorable éxito del LHC llegó al tercer intento y tras dos
fracasos consecutivos a lo largo de la mañana. «Estamos una
milmillonésima de segundo después del Big Bang», porfió el
portavoz del CERN, James Gillies. «Es realmente un momento
emocionante», afirmó Steve Myers, director de aceleradores y
tecnología del CERN, situado en las proximidades de Ginebra. «Esto
es física en acción, el inicio de una nueva era», precisó en
Ginebra la física y científica Paola Catapano, portavoz del CERN.
«Es un momento fantástico para la ciencia. Estamos al principio de
un largo y emocionante recorrido de la física de partículas»,
coincidía un emocionado Rolf Heuer, director general del CERN, que
confirmaba el éxito de la prueba en una videoconferencia desde
Japón, donde Heuer se hallaba junto al director científico del
laboratorio,
Sergio Bertolucci. Los
físicos y técnicos responsables del superacelerador de partículas
tienen la «certeza» de que repetirán esta hazaña «con éxito varias
veces a lo largo de la semana que viene y durante este año». Así
lo cree James Gilles, quien comparó el experimento con el
lanzamiento de dos agujas desde lados diferentes del Atlántico,
esperando que chocaran. El LHC aún no ha desplegado todo su
potencial. Está diseñado para producir choques a una velocidad de
14 TeV, lo que supone alcanzar el 99,99% de la velocidad de la
luz, un hito que podría ser una realidad en 2012.
La ‘partícula de Dios’
Científicos de todo el mundo procesan y analizan ya los datos de
la espectacular colisión en una gigantesca red de ordenadores.
Buscan evidencias de un eslabón perdido conocido en la teoría como
‘el bosón de Higgs’, comúnmente llamado la ‘partícula de Dios’ y
cuya existencia fue teorizada por los científicos Peter Higgs,
François Englet y Robert Brout hacer cuatro décadas. Esta
partícula sería crucial para explicar la masa de las partículas
elementales y por qué sus masas son tan diferentes entre sí.
Los físicos sueñan con que los experimentos del LHC permitan
esclarecer la composición de la ‘materia oscura’ y la ‘energía
oscura’, elementos invisibles que podría explicar un 96% del
cosmos. «En este tipo de física, lo importante de la observación
de nuevos fenómenos es recoger estadísticas», apuntó la científica
Despiona Hatzifotiadu. «Nos dará una idea de cómo fuimos creados».
¿Dónde está el agujero negro que iba a engullir el mundo?
El CERN no sólo batió ayer
todos los récords de energía en choques de partículas, sino que
además hizo saltar por los aires los augurios de quienes
profetizaban que el experimento provocaría un desastre de
proporciones apocalípticas. Ayer, pocos científicos podían evitar
acordarse de las profecías que se han vertido en los últimos años
sobre el LHC con más o menos envoltura científica. Pero el agujero
negro que presuntamente iba a engullir a la Tierra no se formó, ni
las partículas de materia extraña (‘strangelets’) que amenazaban
con cambiar toda la materia conocida en el planeta en una reacción
en cadena imparable, ni tampoco las temidas partículas de un solo
polo magnético. Para la Física, el fin del mundo puede esperar.
Las claves
¿Qué es el LHC? El mayor colisionador de partículas subatómicas
construido por el hombre.
¿En qué consiste? Básicamente, consta de un anillo subterráneo
de 27 kilómetros de circunferencia excavado bajo la frontera entre
Suiza y Francia, cuatro aceleradores secundarios y cuatro
sensores.
¿Para qué sirve? Los científicos esperan dar respuesta a grandes
incógnitas de la Física, entre ellas, qué partícula da masa a la
materia, cómo es la materia oscura o dónde está la antimateria.
El acelerador de energía
europeo consigue reproducir el BigBang
30/03/2010 (COLPISA/AFP).
Los científicos a cargo del mayor colisionador atómico del mundo
consiguieron este martes desencadenar choques de partículas
generadores de una energía récord, para recrear condiciones
similares a las que siguieron al estallido del BigBang del que
surgió el universo. "Esto es física en acción, el inicio de una
nueva era, con colisiones de 7 TeV (teraelectronvoltios)", dijo
Paola Catapano, científica y portavoz del Centro Europeo de
Investigación Nuclear (CERN) de Ginebra, al dar parte del
experimento. "Es un momento fantástico para la ciencia", señaló el
director general del CERN, Rolf Heuer, en una videoconferencia
desde Japón, apenas conteniendo su emoción.
Los vítores irrumpieron en las salas de control cuando los
detectores del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) marcaron el
choque de unos billones de partículas subatómicas a una velocidad
inédita, en un tercer intento que resultó exitoso. "Estamos una
milmillonésima de segundo después del BigBang", dijo el portavoz
del CERN, James Gillies. "Es realmente un momento muy emotivo",
afirmó Steve Myers, director de aceleradores y tecnología del
CERN.
"Con certeza estaremos repitiendo la hazaña varias veces en la
semana que viene y durante el año", añadió el científico, quien
había comparado el experimento con el lanzamiento de dos agujas
desde lados diferentes del Atlántico, esperando que chocaran.
'Partícula de Dios'
La nueva etapa, llamada 'Primera Física', supone el comienzo de
una serie de millones de choques similares durante un periodo de
18 a 24 meses. El LHC, que se encuentra en un túnel de 27
kilómetros de largo instalado en la frontera entre Francia y
Suiza, se detuvo pocos días tras su inauguración en 2008 y estuvo
14 meses en reparaciones. Sin embargo, tras su relanzamiento en
noviembre de 2009 el colisionador -que costó unos 3.900 millones
de euros (5.250 millones de dólares)- realizó varias hazañas sin
precedentes. Un mes más tarde había alcanzado ya una potencia
jamás vista de aceleración de haces de protones, de 2,36 TeV,
permitiendo el choque de más de un millón de partículas. Ahora,
tras alcanzar los 7 TeV, superó en tres veces y media la potencia
máxima de su competidor, el Fermilab de Chicago (Estados Unidos).
Científicos de todo el mundo procesarán y analizarán los datos en
una gigantesca red de ordenadores, buscando evidencias de un
eslabón perdido conocido en la teoría como el bosón de Higgs,
comúnmente llamado la 'partícula de Dios'. "En este tipo de
física, lo importante de observar nuevos fenómenos es recoger
estadísticas", indicó la científica Despiona Hatzifotiadu. "Nos
dará una idea de cómo fuimos creados en un comienzo". El
experimento podría también esclarecer la "materia oscura" y la
"energía oscura", materia invisible que podría explicar un 96% del
cosmos. Aun así, el LHC actualmente funciona sin desplegar todo su
potencial, pues está diseñado para producir choques a una
velocidad de 14 TeV, o un 99,99% de la velocidad de la luz, que
podría alcanzar en 2012.
La investigación para
observar y entender las misteriosas fuerzas del universo ha
inspirado películas de Hollywood, como 'Ángeles y demonios'. La
aventura también ha encontrado muchos escépticos, sobre todo en
Estados Unidos y Alemania, que señalan que el CERN está
interfiriendo con fuerzas que podrían llevar al mundo a ser
absorbido por un agujero negro o generar partículas teóricamente
destructivas conocidas como "strangelets".
EN VÍAS DE ENTENDER EL ORIGEN DEL UNIVERSO
Por Mauricio-José Schwarz / Ideal - Gráficos - Ideal
10-septiembre 2008.-
Fue el gran día. Unos minutos después de las nueve de la mañana se
hizo circular por primera vez un haz de partículas por el
gigantesco círculo que forma el Gran Colisionador de Hadrones
(LHC, por sus siglas en inglés), el más potente acelerador de
partículas jamás construido, en una experiencia que se podrá ver
incluso a través del sistema Eurovisión. A partir de este momento,
los científicos irán avanzando hasta lograr a lo largo de este mes
la aceleración y colisión de haces a una energía cada vez más
elevada. Si todo va bien, en los próximos dos años se avanzará
hasta llegar a los niveles operativos que, dicen sus creadores y
operadores, nos permitirán entender mejor el el origen del
universo. ¿Qué ocurrió segundos después del 'Big Bang', ¿cómo se
creó la primera materia y por qué tiene masa? En definitiva, ¿por
qué estamos aquí?
El acontecimiento de este 10 de septiembre se concibió en la
década de 1980, cuando un grupo de científicos del CERN (siglas en
francés de la Organización Europea para la Investigación Nuclear)
empezaron a diseñar un acelerador capaz de hacer chocar partículas
a una velocidad nunca antes alcanzada en la Tierra. El proyecto se
aprobó en 1994 y empezó a construirse en 1998. Su objetivo es
acelerar y colisionar haces de protones y, de modo secundario,
haces de núcleos de plomo. Las colisiones se registrarán en seis
detectores, llamados «experimentos» por los científicos del CERN,
que medirán distintos aspectos de las colisiones.
Inventados por el físico estadounidense Ernest Lawrence, los
aceleradores de partículas son cañones que utilizan electroimanes
para acelerar las partículas y hacerlas colisionar. Gracias a
ellos, se han descubierto, entre otros, las partículas elementales
llamadas quarks y la antimateria. El LHC es el mayor acelerador de
partículas jamás construido, lo que significa que podrá impartir
más energía a las partículas y por tanto conseguir que choquen a
una velocidad cercana a la de la luz. El acelerador en sí es un
anillo al vacío alojado en un túnel de 27 kilómetros de
circunferencia por debajo de la frontera franco-suiza, con 1.232
imanes para guiar los haces de partículas, 392 para mantener el
haz enfocado y más de 6.000 imanes superconductores enfriados casi
al cero absoluto para acelerar las partículas. Todo ello convierte
al LHC en el mayor experimento de física de la historia y en la
mayor máquina construida. La energía que el LHC impartirá a las
partículas es minúscula comparada con las energías del mundo a la
escala en el que nosotros vivimos, pero precisamente porque se
aplica a objetos tan pequeños como los protones y los núcleos de
plomo, éstos pueden alcanzar velocidades tales que permitirán
recrear a escala diminuta condiciones similares a las que hubo
en el universo algunos segundos después de que ocurriera el
'Big Bang' que le dio origen.
Lo que podemos aprender Los científicos a cargo del LHC
buscan responder preguntas fundamentales de la física actual. La
colección de teorías que tenemos hoy se conoce como 'modelo
estándar' y, aunque explican gran cantidad de fenómenos, tienen
huecos importantes que los físicos buscan cubrir con experimentos
como las colisiones que se llevarán a cabo en el LHC.
El bosón de Higgs
El 'modelo estándar' no explica por qué la materia tiene masa. Los
científicos han postulado una partícula elemental teórica -el
bosón de Higgs-, que sería responsable de que las otras partículas
tengan propiedades como su masa. El hallazgo del bosón (o de los
bosones) de Higgs confirmaría el 'modelo estándar' y llenaría
algunos de sus huecos, además de que permitiría avanzar hacia la
Gran Teoría Unificada o 'teoría de todo'.
La supersimetría
El modelo estándar tampoco describe unificadamente las cuatro
fuerzas fundamentales del universo, especialmente por las
particularidades de la gravedad respecto de las otras tres: la
electromagnética, la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear
débil. Se cree que existen partículas masivas que corresponden de
modo 'simétrico' a las partículas que ya conocemos, lo que se
llama 'supersimetría'. El LHC podría probar la existencia de
partículas supersimétricas.
La 'materia oscura'
El comportamiento del universo indica que la materia visible
responde únicamente por 4% de la masa del universo, por lo que
formas desconocidas de materia y energía, serían responsables del
96% restante. 'Materia oscura' y 'energía oscura' denotan algo de
lo que ignoramos todo, salvo su existencia y su masa. El LHC
podría permitirnos entender la naturaleza de la materia oscura.
La antimateria
Nuestras teorías dicen que la materia y la antimateria (partículas
idénticas a las que forman nuestro universo, pero de carga
opuesta) deben haberse creado en las mismas cantidades al momento
de producirse el 'Big Bang'. El LHC ayudará a explicar por qué
sólo vemos materia y nada de antimateria.
Los quarks
Los quarks son las partículas elementales que forman otras
partículas como los protones y neutrones. El LHC permitirá medir
de manera más precisa la masa de los quarks y aproximarnos a la
comprensión de los propios quarks y de su composición interna.
Pero quizá lo más atractivo de un experimento tan ambicioso como
éste es que se trata de un esfuerzo multinacional en el que
participan activamente miles de científicos, muchos de ellos
Premios Nobel de Física, y que seguramente ofrecerá conocimientos
inesperados, respuestas curiosas y nuevas preguntas sobre nuestro
universo. Lo que no conocemos es mucho más de lo que ya hemos
logrado conocer y además, como dijera el biólogo evolutivo J.B.S.
Haldane, «el universo no es sólo más extraño de lo que imaginamos,
es más extraño de lo que podemos imaginar».
Y el mundo no se acaba
Walter Wagner y el español Luis Sancho han adquirido una breve
notoriedad afirmando que el LHC puede generar fenómenos
hipotéticos como la materia extraña (strangelets), monopolos
magnéticos (partículas que sólo tengan un polo magnético en lugar
de dos, norte y sur) y agujeros negros en miniatura. En marzo de
este año iniciaron acciones ante un juez de Hawai pidiendo que
prohibiera los experimentos en el LHC hasta que los demandantes
certificaran su «seguridad».
Pero esta acusación no se sustenta con ningún desarrollo
matemático que probara que tales riesgos existen, es decir, no
resulta más que una conjetura vaga según han señalado los físicos
especializados, que observan que los cuerpos celestes del universo
están siendo bombardeados desde el principio de los tiempos con
partículas cósmicas a energías muy superiores a las del LHC sin
que haya ocurrido nada de lo que afirman Wagner y Sancho.
Walter Wagner lanzó la misma acusación contra el Colisionador
Relativista de Iones Pesados que funciona en Nueva York desde el
año 2000, sin que ocurriera nada. Y es que, pese a ser científicos
en un sentido amplio, ni Wagner ni Sancho son físicos nucleares.
Las entrevistas que ha dado Sancho a medios españoles revelan,
según los expertos, que usa palabras de la ciencia para hacer
afirmaciones sin sentido real en física.
Hawking apuesta a que no funciona
El físico británico Stephen Hawking, fiel a su costumbre de
apostar sobre los temas más abstrusos de la física se juega ahora
cien dólares a que el LHC no encontrará por fin al esquivo Bosón
de Higgs.Y eso, según él, «será aún más excitante».
No es su primera apuesta científica. En 1974, después de haber
escrito casi todo lo que se sabe sobre agujeros negros, apostó con
su amigo Kip Thorne que la estrella doble Cisne X1 (principal
candidato a ser el primer agujero negro observado con un
telescopio) no contenía uno de esos extraños objetos cósmicos. El
científico se jugó una suscripción de un año a la revista
'Penthouse' para su amigo contra cuatro años para él de la revista
satírica 'Private Eye'. Jugó con ventaja: o se confirmaban
sus teorías o «por lo menos» ganaría tiempo para
divertirse. Y tuvo suerte: perdió.
Exito en el inicio del acelerador LHC
El primer intento de hacer circular haces de
protones por el acelerador LHC del Laboratorio Europeo de Física
de Partículas (CERN) tuvo éxito, al lograr que las partículas
dieran una vuelta completa al enorme túnel circular de 27
kilómetros.
Por Agencia EfE / Ideal - 10-09-2008
El éxito de esta primera prueba del funcionamiento del Gran
Colisionador de Hadrones (LHC) fue acogido con fuertes aplausos
por las decenas de científicos presentes en la sala de control del
organismo, que aguardaban con espectación el resultado.
"Estoy seguro de que funcionará", pronunció el director general
del CERN, Robert Aymar, minutos antes de dar inicio la prueba, y
cuando todavía reinaba la expectación.
El director del proyecto LHC, Lyn Evans, había anunciado que no
sabían cuánto tiempo iba a demorar el haz en hacer una vuelta
completa, algo que al final se logró en poco más de 50 minutos.
Un haz de mil millones de protones logró cruzar los 27 kilómetros
del anillo en ocho etapas, tal y como estaba previsto.
El anillo está dividido en ocho partes y la primera prueba de hoy
ha consistido en lanzar el haz y lograr que pasase por la primera,
posteriormente se ha lanzado de nuevo y el haz ha atravesado la
primera y la segunda, en el tercer lanzamiento ha corrido por la
primera, la segunda y la tercera, y así sucesivamente.
La idea era comprobar que todo el sistema funcionase, que cada
pieza hiciese lo que tenía que hacer e indicase todo para lo que
estaba programada.
"Lo haremos paso a paso, iremos levantando los bloqueos cada vez
que una etapa se haya superado con éxito", había explicado Evans.
El director del programa señaló que el objetivo es poder lanzar
hoy de nuevo el haz y que haga todo el recorrido sin
interrupciones.
El haz, que es del tamaño de un cabello, se ha lanzado en la
dirección de las agujas del reloj, y si todo funciona
correctamente y hay tiempo, es posible que se lance en la
dirección opuesta.
Sin embargo, queda descartado que hoy choquen los protones, algo
que está previsto experimentar pasados un par de meses, una vez se
hayan hecho todos los controles y las pruebas necesarias.
Con ello los científicos esperan recrear las condiciones en el
Universo poco después del "Big Bang" e identificar nuevas
partículas elementales que revelen datos clave sobre la naturaleza
del cosmos.
La doctora en física de partículas y representante española en el
CERN María Chamizo explicó que las partículas del primer haz se
toparon hoy con un bloque que las ha absorbido. Asimismo, la
científica dejó claro que la velocidad con la que se lanzó hoy el
haz de protones era bastante menor a la que se alcanzará una vez
que el proyecto funcione al nivel óptimo.
Además, aclaró que hoy sólo se lanzó un haz, pero el objetivo es
que se lance un haz de mil millones de protones cada mil
millonésima de segundo.
La científica señaló que lo único que se ha comprobado hoy es que
el "sistema funciona", algo que sin embargo "es extraordinario"
porque abre la puerta a la obtención de millones de nuevos datos
que ofrecerán los cuatro detectores gigantes colocados en los
lugares donde colisionarán, en un futuro, los protones. EFE
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